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Alcaracejos nivel 0

Paisaje quemado en el Puerto Calatraveño [Foto: Solienses].

La discusión se centra ahora en determinar si el incendio del Puerto Calatraveño, en el término de Alcaracejos, debió ser catalogado en su momento como de nivel 1, lo que hubiera permitido a los afectados acceder inmediatamente a las ayudas económicas decretadas por el gobierno para trece comunidades autónomas, entre ellas Andalucía. Sin embargo, la Delegación del Gobierno de la Junta, encargada de este trámite, no lo consideró así y lo dejó en nivel 0, mientras que sí estimó el nivel 1 para el de Villaharta, de menores proporciones (113 hectáreas frente a 607).


Según el Decreto 371/2010 de la Junta de Andalucía, por el que se aprueba el Plan de Emergencia por Incendios Forestales de Andalucía, los incendios forestales se clasifican según su nivel de gravedad en:


Nivel 0: Referido a aquellos incendios que pueden ser controlados con los medios de extinción previstos en el Plan INFOCA y que en su evolución más desfavorable, no suponen peligro para personas no relacionadas con las labores de extinción, ni para bienes distintos a los de naturaleza forestal. También entran dentro de este nivel los incendios en los que, afectando a personas y bienes no forestales, no es necesario el despliegue de un dispositivo de protección civil.

Nivel 1: Referido a aquellos incendios que, pudiendo ser controlados con los medios de extinción incluidos en el Plan INFOCA, se prevé, por su posible evolución, la necesidad de la puesta en práctica de medidas especiales para la protección de las personas y de los bienes que puedan verse amenazados por el fuego.

Nivel 2: Referido a aquellos incendios para cuya extinción es necesario que, a solicitud de la Dirección del Plan, sean incorporados medios extraordinarios estatales, o puedan comportar situaciones de emergencia que deriven hacia el interés nacional.

Nivel 3: Referido a aquellos incendios en los que habiéndose considerado que está en juego el interés nacional, así sean declarados por el Ministerio del Interior.


El matiz se ha establecido, pues, en si el incendio de Alcaracejos supuso o no peligro para personas no relacionadas con las labores de extinción o para bienes distintos a los de naturaleza forestal que hicieran necesario el despliegue de un dispositivo de protección civil. Dos testimonios parecen apuntar a que sí existió tal peligro. Por un lado, el de la propia Guardia Civil, que la misma tarde del lunes tuvo que rescatar a 12 personas que habían quedado cercadas por las llamas. Por otro lado, la vivencia personal del Delegado territorial de Desarrollo Sostenible en la provincia de Córdoba, Giuseppe Aloisio, que el mismo día del incendio se enorgullecía en las redes sociales de su propia actuación en los primeros momentos del incendio: "Un vecino a pie de carretera nos advirtió que en el flanco derecho del fuego había muchas casas de campo diseminadas. Nos metimos sin pensarlo por un camino rodeados por humo y llamas y fuimos casa por casa avisando a los vecinos". Muchas casas de campo diseminadas es probable que constituyan un cierto "peligro para personas no relacionadas con las labores de extinción" y es posible que hubiera debido establecerse algún dispositivo de protección civil, pero la administración autonómica en aquel momento consideró que no. 


Cuando se supo que la declaración de zona catastrófica por parte del gobierno venía ligada a la declaración del incendio como de nivel 1 o 2, los políticos cordobeses de la Junta con competencias en materia de incendios comenzaron el sálvese quien pueda en un impúdico esfuerzo disculpatorio que apunta veladamente al personal técnico a sus órdenes. La primera fue Araceli Cabello, Directora de Medio natural, quien critica que la oposición socialista cuestione "las decisiones técnicas de quienes dirigen la extinción de los incendios", como si la declaración del nivel de riesgo del fuego fuera una decisión de los técnicos encargados de su extinción y no de los políticos correspondientes, en este caso el Delegado del Gobierno de la Junta a petición del Delegado territorial de Desarrollo Sostenible, según él mismo ha escrito.


Más dolorosa aún resulta la última explicación del Delegado de Desarrollo Sosteible, quien pone nombre propio (y no es el suyo) a la decisión de no elevar el incendio de Alcaracejos a nivel 1:

"¿Por qué no se declaró en Nivel 1 en Alcaracejos? Porque la dirección de extinción, en su primera evaluación, consideró que no era necesario. Decisión técnica, como siempre se toma en estos casos. Quiero recordar a todos que el mismo Director del Centro Operativo Provincial del INFOCA, Eduardo Nicolás, fue protagonista en primera línea de fuego y participó en primera persona (y el primero) en el desalojo de las personas que ocupaban las viviendas diseminadas próximas al Puerto Calatraveño y próxima a lo que era en ese momento el frente (o la cabeza) del fuego. Cuando ya vio que no había peligro para las personas, mantuvo el incendio en el nivel 0. Yo, circunstancialmente, estaba con él y recuerdo todas las comunicaciones que intercambió por la emisora con los demás Técnicos de Extinción (TEX) y con los Agentes de Medio Ambiente que le informaban de la evolución del fuego, actuando ellos también, en ese improvisado dispositivo de rescate. Se actuó sobre la marcha. Experiencia y tesón llevan de sobra. Se determinó que no era necesario hacerlo. Ya no había peligro".


El propio Director del Centro Operativo Provincial (COP) del Infoca en Córdoba se ha visto obligado a salir para defender su labor. En declaraciones al digital Cordópolis, Nicolás defiende el nivel de alerta 0 que se decretó en el incendio de Alcaracejos en base a los criteruos técnicos que estipula el citado decreto y explica que en la evaluación previa al incendio constató "que era bastante fuerte y que, además, estaba descontrolado. Fui, junto con Aloisio, a buscar el frente para evaluar las dimensiones del incendio y establecer un plan de ataque. Fue ahí cuando nos encontramos varias casas y nosotros mismos sacamos a sus ocupantes, les dimos agua y los llevamos a un lugar seguro. No hubo necesidad alguna de declarar un dispositivo especial de protección civil". Estimó el Director que el incendio de Alcaracejos podía ser controlado "por los medios de extinción previstos en el Plan Infoca. Estos planes son muy robustos y contamos con muchos medios a nuestra disposición, por lo que teníamos una capacidad de extinción bastante grande". A pesar de ello, ardieron más de 600 hectáreas.

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El Centro Municipal del Conocimiento de Añora llevará el nombre del inmunólogo noriego Francisco Sánchez Madrid


Francisco Sánchez Madrid, junto al alcalde de Añora, descubre el rótulo que da nombre al Centro Municipal del Conocimiento [Fotos: Solienses].

El Ayuntamiento de Añora inauguró ayer oficialmente el Centro Municipal del Conocimiento Francisco Sánchez Madrid, un edificio polivalente con distintos espacios dedicados a la cultura, las nuevas tecnologías y la educación que llevará el nombre de uno de los vecinos más ilustres de Añora. Se trata de Francisco Sánchez Madrid, catedrático de Inmunología del Departamento de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid, jefe del servicio de Inmunología del Hospital Universitario de la Princesa y Premio Nacional de Investigación Ramón y Cajal 2020


Francisco Sánchez Madrid coloca su bellota en el "árbol del conocimiento".

A modo de acto inaugural y en un salón de actos de la Casa de la Cultura tan repleto como permiten actualmente las normas sanitarias, este doctor en Bioquímica por la Universidad Autónoma de Madrid realizó la primera aportación al centro del conocimiento con una conferencia sobre inmunidad en el ámbito del Covid-19 y descubrió posteriormente el rótulo que lleva su nombre en el edificio, algo de lo que ha dicho sentirse muy honrado. Además, y de forma simbólica, Francisco colgó la primera de las bellotas de la encina del conocimiento, un árbol en el que se reflejan las distintas disciplinas científicas y artísticas y que cuenta con una serie de frutos que cada año serán completados por personas de relevancia en ámbitos como las letras, las ciencias o las artes. El alcalde de Añora, Bartolomé Madrid, ha anunciado igualmente que cada año se desarrollará un programa de becas que llevará el título del homenajeado, quien además presidirá el comité de selección de aspirantes.


 
Presentación por parte del alcalde y charla inaugural de Francisco Sánchez Madrid [Vídeo: Cope Pozoblanco].

Francisco Sánchez y Bartolomé Madrid durante el acto de ayer.

Una de las dependencias del Centro Municipal del Conocimiento.

Aula de informática.

Vista general del edificio.
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Hace un siglo tampoco hubo feria en Añora

La historia se repite cíclicamente. El año pasado no se celebró en Añora la feria en honor de Nuestra Señora de la Peña, debido a la incidencia de la pandemia provocada por la covid-19, que durante más de un año ya ha conseguido romper por completo el ciclo ritual y festivo de nuestro pueblo. Todo parece indicar que tampoco este año se desarrollará una feria con normalidad, dado que el coronavirus continúa entre nosotros a la espera de cualquier descuido. En este contexto, nos resultará interesante conocer que hace justamente cien años tampoco se celebraron en nuestro pueblo las fiestas patronales, aunque por motivos muy diferentes.


En la reunión plenaria del Ayuntamiento de Añora celebrada el 7 de agosto de 1921, el alcalde-presidente, que a la sazón lo era José Reyes Gil Benítez, manifestó “que debiendo celebrarse en el mes actual las tradicionales fiestas en honor de Nuestra Señora de la Peña, era necesario acordar lo que se estimara más conveniente respecto a los festejos que en ellas se habían de celebrar. Y enterada la corporación de lo expuesto por la presidencia (…) se acordó por unanimidad que en este año, en que por los tristes sucesos de Melilla está toda la Nación apesadumbrada y dolorida, no se celebren festejos de ninguna clase por parte del Ayuntamiento, limitándose este a distribuir una abundante limosna de pan a los pobres de la localidad”.


Los “tristes sucesos de Melilla” a los que alude sucintamente el primer edil se refieren en realidad al episodio de la guerra con Marruecos conocido como “Desastre de Annual”. Se trató de una grave derrota militar del ejército español producida durante la guerra del Rif y una importante victoria para los rebeldes rifeños comandados por Abd el-Krim. Se produjo entre el 22 de julio y el 9 de agosto de 1921, cerca de la localidad marroquí de Annual, situada entre Melilla y la bahía de Alhucemas. La batalla ocasionó la muerte de alrededor de once mil quinientos miembros del ejército español, nueve mil españoles y dos mil quinientos rifeños leales al Gobierno encuadrados en unidades indígenas. Tras esta derrota humillante para España, la guerra continuó todavía durante seis años, hasta que en 1927 Abd-el-Krim reconoció la legitimidad del protectorado español de Marruecos.


Soldados españoles en la guerra del Rif.

En la siguiente sesión plenaria, celebrada el 21 de agosto, el señor alcalde dio cuenta de una iniciativa que había surgido de “varios jóvenes de esta vecindad” para “celebrar algunos actos y abrir una suscripción con el fin de enviar alguna cantidad a cada uno de los hijos de este pueblo que en la campaña actual defienden el honor de España contra las hordas rifeñas, como modo de demostrarles el afecto y recuerdo de sus paisanos y, además, contribuir con la mayor cantidad posible a los gastos del hospital de sangre instalado en la capital de la provincia”. El ayuntamiento apoyó sin reservas esta “patriótica empresa” y acordó contribuir económicamente a la iniciativa con cien pesetas. No tenemos constancia clara de cuáles serían estos “actos” que se celebrarían para recaudar fondos, pero sí conocemos, al menos, la realización de dos capeas organizadas con este motivo durante los días de feria.


Según el Diario de Córdoba del 14 de agosto, el Gobierno Civil autorizó la celebración de dos novilladas “en la plaza de toros de Añora” –suponemos que portátil- los días, 24, 25 y 26 de agosto (sic). Y así debió llevarse a cabo al menos una de ellas, aunque no exenta de contrariedades, pues todavía en la reunión del ayuntamiento celebrada el 6 de noviembre de ese año, más de dos meses después, el alcalde informa a la corporación de que “los organizadores de la novillada que se celebró durante las fiestas de Ntra. Sra. De la Peña, con el fin de recaudar fondos para los heridos de la campaña de Marruecos, habían solicitado que se abonara por el ayuntamiento la cantidad de cien pesetas que se les exigían por los dueños de las reses que en dicha novillada se capearon, pues de otro modo, de abonarse esta cantidad con los fondos que para tan patriótico fin habían conseguido juntar, se mermaría mucho la cantidad reunida”. El ayuntamiento no tuvo entonces más remedio que acceder por unanimidad a lo solicitado y abonar las cien pesetas en cuestión.


Según sabemos, el ayuntamiento solía organizar con motivo de las fiestas patronales ciertos actos festivos de carácter popular, conciertos de bandas municipales (para 1921 consta la existencia de una banda en Añora), capeas y juegos tradicionales, como carreras de sacos y cucañas. En ocasiones llegaron a prepararse funciones de fuegos artificiales y hasta proyecciones cinematográficas. Un elemento muy destacado de estos días era la feria de ganado que se organizaba en el Ejido de San Martín, donde se realizaban transacciones económicas con animales, principalmente equinos. Todas estas celebraciones fueron suprimidas en señal de duelo por los sucesos de África. En el ámbito religioso, tenían ya lugar los dos grandes desfiles procesionales de bajada y subida de la Virgen, además de solemnes funciones religiosas durante los días de feria, que quizás se mantuvieran también aquel año.


En la reunión del 7 de agosto el ayuntamiento había decidido limitar su acción durante la feria a “distribuir una abundante limosna de pan a los pobres de la localidad”. Esta decisión formaba parte de la labor de beneficencia que el consistorio llevaba a cabo durante todo el año con respecto a las “familias pobres”, de las que solía elaborarse un censo anual. Estas familias tenían asistencia médica y farmacéutica gratuita, además de otros posibles beneficios. El Ayuntamiento también socorría ocasionalmente a los vecinos que debían afrontar un gasto imprevisto, como en aquellos tiempos debía suponer un traslado obligado a Córdoba: en varias ocasiones el ayuntamiento contribuye con la cantidad de 25 pesetas para que algunos noriegos puedan viajar a la capital provincial para ser sometidos a diversas operaciones médicas por prescripción facultativa. La “abundante limosna de pan” prometida, sin embargo, parece que no fue tan cuantiosa en esta ocasión, pues, al informar de los “gastos originados con la limosna de pan repartido a los pobres de esa vecindad durante las fiestas de Ntra. Sra. de la Peña”, extrañamente se incluye en la misma cuenta “la gratificación a los guardas rurales por el arreglo de la ermita de Ntra. Sra.”, resultando un importe total gastado de 231 pesetas. Como curiosidad comparativa, las velas facilitadas por el comerciante local Antonio Bernal Montero para las fiestas de la Purificación de Nuestra Señora (popularmente, la Candelaria) de los años anterior y corriente ascendió a cien pesetas. Las cuentas municipales del año anterior presentaban un cargo de 55.355,49 pesetas.


1921 no fue la primera ocasión en que se suspendieron las fiestas patronales de agosto en honor de la Virgen de la Peña. Ya en 1914 el consistorio de Añora había tomado la misma decisión, esta vez con motivo del comienzo de la llamada I Guerra Mundial. En sesiones plenarias celebradas el 9 y el 23 de agosto de 1914, el ayuntamiento noriego decide secundar la iniciativa de la reina para llevar a cabo una suscripción nacional con el fin de socorrer a los emigrantes españoles que debían retornar a España, a la vez que decide suprimir los festejos de agosto, “dedicando los fondos que en ellos había de emplearse en cosas de más provecho y necesidad”. Más concretamente, los concejales acordarán ya en septiembre no invertir ningún dinero en festejos mientras persistan las penosas circunstancias “de la terrible crisis obrera que existe, efecto de la paralización de muchas industrias como consecuencia obligada de la guerra europea”.


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Artículo publicado en la Revista Municipal de Añora (agosto de 2021).
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El secreto de la sierra

Paisaje quemado en las proximidades del Puerto Calatraveño [Fotos: Solienses].

Creo representar a la mayoría de la comarca cuando manifiesto mi gran desconocimiento sobre la sierra de Los Pedroches. Para muchos, ese ámbito de olivos y barrancos pertenece a otro territorio de la ucronía que pudo existir, pero no existe. Por mi parte, me imagino a los que habitan la sierra como poseedores de un enigma de religión que no quieren compartir, porque ellos conocen el secreto y los demás no, y es mejor que no se sepa. La sierra desconcierta porque no cuadra con la imagen que uno tiene de su realidad, en la que ha crecido y la que le enseñaron sus mayores, y solo los privilegiados que desde niños visitaron la Loma de Buenavista y la Gargantilla ampliaron lo suficiente su horizonte como para gozar ahora de un territorio favorecido por la naturaleza sintiéndolo como propio, porque lo es, pero no todos lo sabíamos.


Acudí a visitar el escenario del incendio y, siendo un viaje al infierno, hubiera necesitado un Virgilio que me guiara. La escultura de Aurelio Teno en el Puerto Calatraveño señala la puerta de entrada y, desde allí, los restos de un horror que no cuesta imaginar. La ceniza lo cubre todo y por todo el espacio se levantan los esqueletos de unos árboles que no resistieron el fuego. Aquí hubo encinas, allí un pinar, más al lado los olivos y, por doquier, jaras, retamas, lentisco. Tiemblo al suponer el fuego llegando a la puerta de las casas diseminadas por las laderas y veo las llamas circulando por las vaguadas antes de ascender por la vertiente. Los cortijos con sus perros, sus caballos, sus cerdos. Las cabras triscando en el peñascal. Hay campos verdes de olivos que han resistido, otros que no, y convendría preguntarse por qué. Trepo una ladera para conseguir el encuadre y mis zapatillas se hunden en una masa de polvo negro suave como el atardecer, que ayer quizás era la fronda de un madroño. Se oye un ladrar cansino a lo lejos, todavía con la ansiedad del que no quiso estar allí aquel día, pero estaba.


En un punto del recorrido, frente a la mina Guillermín, me encuentro un panel turístico que me informa de la situación. En un contexto de explotaciones mineras de barita y plata ya abandonadas, hoy se busca el reclamo de los peregrinos del camino mozárabe a Santiago, que dista 946 kilómetros de aquí. Se invita a subir a un montículo cercano, desde donde imaginar las penosas labores de la extracción del mineral, allí por el arroyo Lorito -que parece marcar ahora la frontera del incendio-  y el Alcanfor. Las montañas de residuos -avisa el cartel- constituyen un espacio pleno de biodiversidad. Allí se establecieron colonias de conejos y depredadores como el zorro o el tejón y en los castilletes y edificios abandonados nidifican cernícalos primilla, aviones comunes, golondrinas dáuricas y rapaces nocturnas como el búho real o la lechuza común. En las balsas mineras solían habitar también aves acuáticas y distintos anfibios, como la salamandra y el tritón. ¿Qué habrá sido de todos ellos?


Es difícil definir las dimensiones del desastre y pienso que no debería especularse con ello. Más que una solución grandiosa de aluvión, que a saber cómo terminaría, convendría un trabajo constante de recuperación y puesta al día mantenido en el tiempo. La sierra requiere alguna intervención pero solo hasta cierto punto, hasta allí donde no contribuya a desvirtuar unos valores esenciales que la justifican. Mejores carreteras, arreglo de caminos, limpieza, algunas infraestructuras básicas. El restablecimiento natural de lo destruido en la medida que se pueda. La ayuda económica a los afectados por las pérdidas. Recordemos que el medio natural tiene sus propios mecanismos de regeneración, a los que hay que ayudar, pero no controlar ni dominar. La sierra tiene un secreto y debe mantenerlo. Los que allí habitan lo saben, se ve en sus caras, se adivina entre las líneas de sus escritos, en el tono de su voz. De pronto, un día, nacerá una brizna verde en la inmensa negrura que ahora lo cubre todo y ese será el inicio de una nueva esperanza, a la que deben principalmente encomendarse los habitantes de la sierra. Porque el progreso está lleno de amenazas para ese territorio y muchas veces la destrucción del fuego es tan solo la primera de ellas, la puerta que abre todas las demás.






La escultura de Aurelio Teno en el Puerto Calatraveño.


Manchas verdes en medio de las cenizas.

A lo  lejos, se ve la sierra que se ha salvado del incendio.

El camino mozárabe a Santiago se ha visto afectado por el incendio en un tramo.

El fuego ha llegado hasta la misma puerta de algunas casas.
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Crónica de dos días negros en la sierra de Los Pedroches

Vista aérea del incendio del Calatraveño en sus primeros momentos [Fotos: Plan Infoca].

El incendio declarado el pasado domingo en el término de Villaharta nos había impactado por su proximidad a la población, con espeluznantes imágenes de las llamas descontroladas acercándose al pueblo. Antes de que fuera sofocado del todo, en una de esas coincidencias macabras que depara el destino, un nuevo incendio se declaró en las proximidades del Puerto Calatraveño, en el término de Alcaracejos. Eran las 15:20 horas del lunes cuando el Infoca dio noticia de este nuevo incendio, que al principio se ubicó erróneamente en Espiel, y que rápidamente se extendió por la Sierra de Los Pedroches en la línea que va desde el Calatraveño hacia La Chimorra. La zona (poblada de encinas, alcornoques, quejigos, madroños, olivos, pinos y monte bajo) posee un alto valor ecológico y cinegético y está salpicada de chalets y cortijos, algunos de ellos dedicados al turismo rural, todos los cuales -ocupados por ser día festivo- quedaron en un riesgo extremo. Veinte bomberos forestales, dos helicópteros de transporte y extinción y tres aviones de carga en tierra participaron inicialmente en el operativo. Hora y media más tarde se aumentó el dispositivo de ataque, con cuarenta bomberos, seis helicópteros, cinco aviones pequeños de carga en tierra, un avión pequeño de coordinación y un avión pequeño anfibio, lo que da noticia de la virulencia con la que avanzaba el fuego. La carretera N-502 queda cortada en ambos sentidos a la altura de Espiel.


El Delegado de Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía en Córdoba, Giusseppe Aloisio, se encontraba en el Puesto de Mando Avanzado del incendio de Villaharta cuando se conoció la noticia del fuego iniciado en el Calatraveño. Junto al Director del Centro Operativo Provincial, Eduardo Nicolás, se dirigieron al Puerto para tomar conocimiento de la situación. "Una vez allí, muchos nervios y mucha tensión, como en los primeros momentos de un gran incendio", cuenta Aloisio. "Un vecino a pie de carretera nos advirtió que en el flanco derecho del fuego había muchas casas de campo diseminadas. Nos metimos sin pensarlo por un camino rodeados por humo y llamas y fuimos casa por casa avisando a los vecinos. Son esos momentos dónde actúas sin más, movido por lo más importante, que es salvar vidas", ha escrito el delegado en su perfil de Facebook. En el Puesto de Mando Avanzado están también Jorge Paniagua, Coordinador Provincial de los Agentes de Medio Ambiente, y Jorge Luque, Jefe de Servicio de Espacios Naturales Protegidos y Técnico de Extinción.


Las llamas alcanzaron al monumento de Aurelio Teno que corona el Puerto Calatraveño.

A las siete y media de la tarde, afortunadamente, se dio por controlado el incendio de Villaharta, que había arrasado 112 hectáreas. El operativo de Alcaracejos, en cambio, se preparaba para una noche difícil. A media tarde la fuerte columna de humo del incendio podía divisarse desde lugares lejanos, como la ermita de San Roque de Dos Torres, que a esas horas celebraba los actos religiosos en honor a su patrón. Rafa Sánchez publica en el diario Córdoba una primera galería de imágenes que muestran la desolación y ruina en que ha quedado la zona afectada. Conmueve especialmente, por su simbolismo, la que recoge la estatua de Aurelio Teno coronando el Calatraveño rodeada por el negro de las cenizas. Agricultores, ganaderos, guardas, cazadores y distintos propietarios que pasaban el puente en sus cortijos volaban por las pistas de aquella sierra salvando ganado, trazando cortafuegos con los cultivadores y las gradas de disco para proteger los olivos, según informa Francisco Javier Domínguez. A las nueve se estimaba ya una superficie calcinada de 370 hectáreas. Durante toda la tarde el trabajo de las brigadas había sido incesante en la zona de cabeza y el flanco derecho, donde se registró mayor actividad y algunas reproducciones. 


Durante la noche se retiraron los medios aéreos, pero el efectivo humano se aumentó a sesenta bomberos forestales (que manejaban tres autobombas de extinción de 3.500 litros cada una y dos bulldozzer), siete técnicos de operaciones y extinción y dos agentes de medio ambiente, todos ellos procedentes de Huelva, Sevilla y Jaén. Seguía preocupando mucho la cabeza del incendio que estaba fuera de control y se temía que alcanzara el cerro de La Chimorra, una zona de más difícil acceso que hubiera dificultado tremendamente las labores de extinción. Se llevó a cabo con éxito una maniobra de contrafuego, consistente en provocar intencionadamente fuego en dirección contraria del frente para crear un corte entre la vegetación. Al no encontrar combustible el fuego se apaga en la zona quemada previamente. Por la noche, el viento amainó y bajó la temperatura, lo que permitió trabajar algo más cómodamente a los retenes.


Durante la noche, muchos vecinos permanecieron en sus propiedades rurales intentando colaborar para que el fuego no llegara a sus casas. Cuando ya se veía imposible de evitar, otros participaron cortando mallas y alambradas para facilitar la huida de los animales.



El martes por la mañana el Infoca informa de que, a pesar del viento y las dificultades del terreno, se ha logrado perimetrar gran parte del incendio con maquinaria pesada y herramientas de mano. A las nueve de la mañana contaba todavía con puntos calientes y ya trabajan cuatro medios aéreos. Pronto se aumentarán hasta ocho estos medios, entre aviones y helicópteros. A las diez y media se anuncia con júbilo que el incendio se ha estabilizado, es decir, que sin llegar a estar controlado, evoluciona favorablemente al no presentar ya frentes activos que hagan avanzar el fuego libremente. En seguida se anuncian cifras terribles: una superficie quemada superior a las 600 hectáreas en un perímetro de 21 kilómetros, según estimación provisional. Entre bomberos y técnicos han llegado a participar 80 efectivos. Se trata del mayor incendio forestal de la provincia desde 2007. Se han quemado parajes como el Puerto Calatraveño, el Barranco de la Lechuza, las Minas de Guillermín, la Cuesta de las Hoyas, Los Corteses, La Chimorra de Mancebo o el Alcanfor.


Por la mañana visita el lugar del siniestro Araceli Cabello Cabrera, Directora de Medio Natural de la Junta, y los alcaldes de Alcaracejos, Jose Luis Cabrera Romero, y Pozoblanco, Santiago Cabello Muñoz, quienes recorrieron parte de la superficie quemada y visitaron a los vecinos afectados. El Ayuntamiento de Alcaracejos instaló dos carpas para acoger al Puesto de Mando Avanzado. Comienza a difundirse el rumor de que la causa del incendio haya sido un fallo en un transformador de la red eléctrica, que habría comenzado a arder, pero Endesa desmiente enseguida tal posibilidad.


De izquierda a derecha, Santiago Cabello, alcalde de Pozoblanco; Araceli Cabello, Directora de Medio Natural; Gisseppe Aloisio, Delegado de Desarrollo Sostenible; y José Luis Cabrera, alcalde de Alcaracejos, el martes en el Puesto de Mando Avanzado.

Se continúa trabajando para controlar todo el perímetro, pero la noche del martes todavía deben continuar trabajando 28 bomberos forestales. A las 9:15 de la mañana de hoy miércoles el Infoca ha informado de que esta madrugada el incendio ha quedado finalmente controlado (todo el perímetro se encuentra rodeado de una línea de control, formada por una franja de terreno sin vegetación o con vegetación ya quemada), pendiente ya tan solo de su remate y liquidación. En las aproximadamente 40 horas que el incendio se ha mantenido activo, se han quemado 607 hectáreas, que incluyen terrenos agrícolas, olivares, fincas cinegéticas, encinares, chalets, cortijos e instalaciones ganaderas. Harán falta semanas para evaluar los daños. No ha habido que lamentar víctimas personales. Las pérdidas en ecosistemas y biodiversidad serán incalculables. La sierra, esos segundos Pedroches siempre aislados y olvidados, nos han traído en dos días la bofetada de su presencia y el aviso en altavoz de que no podemos renunciar a la riqueza natural que representan para nuestra comarca. Habrá que estudiar serenamente por qué este desastre ha sido posible, huyendo de análisis complacientes y apuntando sin miedo a las causas, para corregirlas de cara al futuro. Pero eso será mañana. Hoy solo nos queda llorar.


Una pareja de la Guardia Civil observa el incendio durante la noche.

Crónica elaborada con informaciones obtenidas a partir de las redes sociales del Plan Infoca (Twitter y Facebook) y de Giusseppe Aloisio (Facebook y Twitter).
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Dos Torres celebra a su patrón San Roque

Ermita de San Roque en Dos Torres, ayer [Fotos: Solienses].


Dos Torres ha suspendido de nuevo este año la feria en honor de San Roque, que debería celebrarse estos días, pero mantuvo para ayer, día de la fiesta del titular, algunas celebraciones religiosas y la tradición de las alfombras de sal. Aunque no se realizó la procesión del santo hasta su ermita, durante toda la mañana se confeccionaron estas singulares creaciones artísticas, que en esta ocasión reprodujeron motivos relacionados con el coronavirus, la inclusión y la naturaleza. Una tarde menos calurosa que la de las jornadas precedentes permitió pasear por la larga calle San Roque contemplando las alfombras de sal, hasta desembocar en la Plaza de la Villa, engalanada de fiesta. La Banda de Música de Dos Torres también hizo el recorrido, para detenerse ante la parroquia de la Asunción, donde tocó varias piezas ante la imagen de San Roque. Desde la ermita del santo protector contra las epidemias de peste, allá en el cerro, podía distinguirse claramente a lo lejos una espesa columna de humo procedente del Puerto Calatraveño, donde a esas horas ardía la Sierra de Los Pedroches.


En la calle San Roque se inicia el recorrido de las alfombras de sal.

Jóvenes de Dos Torres pasan junto a una alfombra que reza "La mirada de todos".

Una mujer retoca una de las alfombras.

Decoración ferial en la Plaza de la Villa.

Soportales engalanados.

Alfombra con flores.

Tocando la campana de la ermita.

La Banda de Música de Dos Torres inició en la ermita su recorrido hasta la Iglesia.

 

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"Que no se olvide por lo que estamos aquí"

Familiares de las víctimas colocan rosas en el monolito erigido en su honor [Fotos: Solienses].

Pasando ya las ocho de la tarde, unas cien personas aguardaban ayer en el cementerio de Hinojosa del Duque el comienzo del acto institucional de la jornada que se había convocado sobre la Memoria Democrática. Entonces, antes de que comenzaran los discursos oficiales, una mujer desplegó una bandera republicana y gritó a los asistentes: "Traigo esta bandera para que no se olvide por lo que estamos aquí". Y la colocó sobre la base del monolito levantado "en memoria de los hombres y mujeres que perdieron su vida por la libertad y la democracia 1939-1978", según reza la inscripción que precede a todos los nombres. Luego se procedió a inaugurar el monumento, sobre el que se derrama una finísima capa de agua ("las lágrimas de los que murieron", según sugirió el alcalde, Matías González). La bandera permaneció allí durante todo el acto, en el que participaron, además del alcalde citado, el delegado de Memoria Democrática de la Diputación de Córdoba, Ramón Hernández Lucena, y los alcaldes de El Viso, Juan Díaz, y Santa Eufemia, Antonio Castillejo, entre otros. Sus discursos estuvieron llenos de buenas intenciones y grandes palabras. 


Autoridades inaugurando el monolito en el cementerio de Hinojosa del Duque.

Se habló de memoria, de olvido, de heridas, de reparación, de lucha por la libertad, de conciencia colectiva, de sacrificio, de sufrimiento, de silencio, de justicia. Palabras que el auditorio absorbe a beneficio de inventario, porque va de suyo, sabemos a lo que vamos cuando vamos allí. Hay un intento como de guardar un imposible equilibrio, como de no querer ofender, aun sabiendo que eso es imposible, que estos actos no pueden desarrollarse sin levantar el dolor y la indignación, aun sabiendo que solo así será posible sanar heridas, esas que siguen clamorosamente abiertas por mucho que algunos sectores insistan en haberlas cerrado hace tiempo a su modo. Por eso, porque algunas palabras han ido conformando un nido de confortabilidad que ya apenas significa nada, el gesto de la mujer de la bandera contribuyó a colocarlo todo en su justo lugar. 


Casimira Caballero y su hermano Miguel.

Quise saber más y me acerqué a ella. Se llama Casimira Caballero. Sus abuelos Martín y Luis figuran en esa larga lista de nombres que inundan el monolito recién inaugurado. Participa en la iniciatìva MiércolesRepublicano y pertenece a la asociación Dejadnos llorar de Córdoba, que reivindica los derechos de las víctimas del franquismo, pero sobre todo, insiste en poner en primer término el motivo verdadero por el que lucharon los ahora homenajeados. "Lucharon por la libertad y por la democracia, sí, pero también, y sobre todo, por la República, que no se olvide -me dijo, con un punto de indignación-. Murieron por esto, por la República. Porque estoy harta de asistir a actos de este tipo en los que ni siquiera se pronuncia la palabra República. Y traía la bandera porque sabía que no se iban a acordar". 


La palabra República. Como si diera miedo. De hecho, en todo el acto transcurrido hasta entonces, nadie la había pronunciado todavía. Quizás porque es una de esas palabras que aún no ha encontrado acomodo, como libertad o democracia, conceptos que a nadie hieren. Pero República sí. La palabra República es una palabra que todavía molesta.


Monumento en honor a los prisioneros hinojoseños en Mauthausen.

Luego, todos nos trasladamos al Parque de los Cinco Puentes, donde se iba a inaugurar un monumento dedicado a los hinojoseños internados en el campo de concentración nazi de Mauthausen. Ambos monumentos han sido realizados por el escultor local Eduardo Ruiz Peñas, miembro de la asociación de artesanos Ofiarpe. Allí, de nuevo, se escucharon los discursos institucionales, todos muy correctos, señalando el sufrimiento padecido en los campos de exterminio y la acción reparadora que suponía sacar del olvido el nombre de nuestros paisanos que murieron allí o fueron en aquel lugar marcados para siempre. El alcalde de Hinojosa ofreció la palabra a los familiares de las víctimas que quisieran intervenir y entonces, de nuevo, se obró el milagro de convertir un acto protocolario en una ofrenda humana llena de emotividad y sentimiento. Habló Emmanuel Chamorro, rebosante de emoción desde la primera palabra. "Todos los actos de memoria histórica en este país llegan tarde -dijo-. Y el problema de que lleguen tarde no es tanto que las personas ya no estén con nosotros y no puedan sentirse honradas, sino que el mensaje que se ha lanzado a las nuevas generaciones es que aquí no ha pasado nada". Y aquí sí ha pasado algo, continuó, aludiendo a la desesperanza que sintieron quienes, tras la muerte del dictador, observaron que no se rehabilitaba el nombre de las víctimas y que los autores y cómplices de aquella atrocidad que había significado la guerra y la posguerra quedaban absolutamente impunes. 


Emmanuel Chamorro.

Emmanuel contó la historia de su tío-abuelo Rafael Chamorro, que se subió a un convoy militar con 17 años sin que su familia lo supiera. Uno de tantos. Luchó en el frente del Ebro y en la defensa de Madrid y volvió a su pueblo solo una vez durante toda la guerra. Como tantos otros españoles, al término de la contienda cruzó la frontera francesa y fue encerrado en un campo de refugiados, donde las condiciones eran terribles. En el año 41 ingresó en Mauthausen, donde fue uno de los seis (de catorce) hinojoseños que lograron sobrevivir. Avisó de la necesidad de rescatar la memoria de todos ellos como "actores de su historia": "No fueron obligados a la guerra. Mi tío quiso ir por unos valores, unos valores de libertad, de respeto, de igualdad, unos valores que anteceden el feminismo de hoy, que anteceden el ecologismo de hoy, que anteceden todos los valores mejores del siglo XX". Quiso terminar con un mensaje de certidumbre colectiva: "En la puerta de Mauthausen había un frontispicio que recogía un verso que Dante puso encima de la puerta del Infierno: "Vosotros, que entráis aquí, dejad en la puerta toda esperanza". El verdadero homenaje a la España que sufrió las consecuencias de la guerra y la dictadura es justamente eso: no perder la esperanza. La memoria de estos hombres y mujeres, su venganza póstuma frente al fascismo y el nazismo consiste en que nos neguemos a perder la esperanza en un mundo mejor donde ese terror no vuelva a ser posible".


¿Quién podría seguir hablando tras las palabras de Emmanuele, que ya lo había dicho todo? Todo no. Porque todavía faltaba una palabra que pronunciar. Tuvo que ser Sebastián Pérez, coordinador provincial de Izquierda Unida en Córdoba, un comunista de la nueva cosecha, quien la dijera. Habló como familiar de una de las víctimas de Mauthausen que se honraban allí. Sebastián felicitó al pueblo de Hinojosa por la reivindicación de la memoria de los que defendieron los valores de aquella esperanza "que supuso la II República Española, un hito de libertad, de justicia social, de dignidad". Hubieron de pasar casi dos horas de acto conmemorativo antes de que la molesta palabra República fuera pronunciada. Ya estaba casi todo hecho. 


Por duro que resulte reconocerlo, la inmensa mayoría de Hinojosa dio la espalda a esta conmemoración, voluntariamente o forzada por las presiones que no cesan. Sigue siendo la otra historia, como apuntó Emmanuel, "la historia de los que quedaron, de los hermanos, de los padres, de los hijos, de los primos, de las familias que vivieron cuarenta años silenciadas, cuarenta años sin levantar la vista al salir a la calle". Pero, ochenta años después, ¿no sería hora ya de levantar la vista del suelo y de gritar? El Ayuntamiento de Hinojosa dio ayer un paso importante como institución en este sentido, pero el pueblo prefirió seguir callado y no conceder siquiera una pequeña opción a la esperanza.


Nombres de los prisioneros hinojoseños en Mauthausen.
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Ven acá pacá

Dos conejos de Julio Linares.

Pozoblanco siempre ha sido semillero de culturas alternativas (Pleasure, Pop-zoblancoPeriscopia) que luego, con el paso del tiempo, se disuelven inevitablemente en la demanda estandarizada, que es la única que sobrevive. Pero, mientras tanto, resulta hermoso asistir a los intentos generacionales por difundir las formas de expresión artística de vanguardia, tan minoritarias y rompedoras. Un aire contemporáneo en medio de tanta tradición. Suelen ser azucarillos que terminan diluyéndose en la nada, un parpadeo, un rápido destello, un rayo de sol que deja ciego... Pero, que al menos quede el recuerdo.



La semana que viene tendrá lugar en Pozoblanco el encuentro cultural "Ven acá pacá", una iniciativa de la asociación Alpaca (en colaboración con el Ayuntamiento) dirigida a la difusión de la cultura contemporánea en Los Pedroches así como a promover la cultura independiente y el encuentro entre  artistas y otros agentes culturales en la comarca. Para la edición de este verano se ha programado música en directo, arte visual y cine de verano. El encuentro consta de las siguientes actividades:


- Exposición "Par" del artista Julio Linares en la Casa de la Viga, del 17 de agosto al 29 de agosto de 20:00 a 22:00. La inauguración será el día 17 a las 20:00 h. y se contará con la presencia del artista.


- Proyección de la película Donkeyote (Chico Pereira, 2017) y charla posterior con el director, 18 de agosto a las 22:00 h. en el anfiteatro Aurelio Teno (Av. el Silo, 1).



- Encuentro audiovisual "Opereta de la dualidad", el 19 de agosto a las 22:00 h. en el anfiteatro Aurelio Teno (Av. el Silo, 1), a cargo de lo artistas Pedro Díaz, Álvaro Legido y Laura Morgue. Se trata de un proyecto meta-artístico que reflexiona en torno al concepto de dualidad. Esta pieza propone la interacción vital entre disciplinas artísticas materializándose en una obra total mediante el diálogo entre la composición musical, videográfica y pictórica.



- Encuentro audiovisual "Narraciones sonoras", el 20 de agosto a las 22:00 h. en el anfiteatro Aurelio Teno (Av. el Silo, 1). Se trata de sesiones de música a cargo de Baldman (Claudio Baldman, Pozoblanco, 1997) y Mrtnz (Ricardo Martínez, Pozoblanco, 1995), acompañados por la intervención visual de Juan (Juan Lopez Lopez, La Rambla, 1980). Con un formato VJ & DJ set, los artistas nos sumergirán en un relato contado a través de melodías e imágenes de amplio espectro, creando paisajes ágiles y abstractos.

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La selva de Socorro Merino

Socorro Merino, en su casa de Añora [Foto: Solienses].

Socorro Merino (Añora, 1954) comenzó a pintar tras su reciente jubilación como maestra de educación primaria. Es autodidacta, y quizás por ello ensaya todos los temas y todas las técnicas, del figurativismo a la abstracción: acuarelas, óleos, acrílicos... hasta spray. En la mayoría de su obra se repite la naturaleza como tema principal (flores, árboles, paisajes), con motivos que suenan conocidos, tomados de aquí y allá. pero de vez en cuando manifiesta también su auténtica vena creativa reflejando en el lienzo su particular visión de las cosas. Es entonces cuando sus pinturas adquieren un mayor interés: cuando la ermita de la Virgen de la Peña aparece rodeada de un entorno de fantasía o sublima en estética naif los símbolos de su pueblo.



Es una pintora prolífica, aun necesitada de depurar su arte y su producción. Reclama algo más de atención, empezando por su propio pueblo, donde hasta el momento tan solo ha expuesto una vez en un local privado. Ha comenzado a vender algunos cuadros a través de internet, lo que alimenta su inquietud. Su casa es su taller: de las paredes abovedadas cuelgan decenas de obras que inundan todas las estancias. "Y en la cámara tengo más", dice. Ahora en verano no practica tanto, pero ya está deseando estrenar el nuevo caballete de aluminio, más flexible y manejable, que le ha regalado su hija para seguir perfilando una inspiración artística que se oculta todavía tras las flores de catálogo. 


Sorprende su copiosa producción, una selva donde buscar, y llama la atención poderosamente la explosión de color que desprende cualquiera de sus cuadros, incluso cuando imita o copia abiertamente modelos de referencia. Socorro, que tiene voluntad de perseverar, aún no ha dado lo mejor de su obra y ojalá que no tardemos en verlo colgado en las paredes de una sala de exposiciones o de nuestras propias casas. 


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Un paseo por los alrededores

Dystilo de Zalamea de la Serena [Fotos: Solienses].

Cuando se impone el verano, con sus largos días de hastío, conviene mirar al exterior más cercano. Aunque por alguna extraña razón la contemplemos muy lejana, Extremadura está a un paso de Los Pedroches, compartiendo con nosotros similitudes geográficas, paisajísticas y culturales. La zona más próxima a nuestra comarca nos ofrece un patrimonio histórico de muchísimo interés y, sin embargo, completamente desconocido para la mayoría. He aquí un ejemplo.


A 56 kilómetros de Hinojosa del Duque se encuentra Zalamea de la Serena, a la que se llega pasando por Monterrubio, Puerto Hurraco (de resonancias tremendistas) y Esparragosa. Zalamea ofrece al visitante, entre otros muchos, dos grandes atractivos singulares: el dystilo sepulcral romano ubicado en la plaza de la Constitución y el yacimiento de Cancho Roano, situado en las proximidades. Zalamea es, además, la patria chica del famoso alcalde de Calderón de la Barca, que cuenta con un centro de interpretación de la obra.


El dystilo (dos columnas sobre un podio) es un impresionante monumento funerario conmemorativo fechado a comienzos del siglo II d.C. Único en su género en la Península Ibérica, tiene una altura total de más de 23 metros. Fue declarado Monumento Nacional por Decreto de 1931.


Detalle del yacimiento de Cancho Roano.

A unos 8 kilómetros de Zalamea se encuentra el yacimiento arqueológico de Cancho Roano, un singular edificio del que todavía no ha logrado describirse su función exacta. Interpretado básicamente como un santuario, Cancho Roano se ha definido como "un centro comercial de carácter religioso donde los mercaderes extranjeros e indígenas buscarían una sanción religiosa a sus intercambios comerciales". El hallazgo de un gran número de molinos de grano, de telares o de vasos rituales, por su parte, "parece evidenciar la existencia de rituales religiosos, tal vez relacionados con las cosechas o la fertilidad de la tierra". Antes de la visita al propio yacimiento, se aconseja detenerse unos minutos en el Centro de Interpretación, justo enfrente, donde, con la ayuda de una audioguía, nos adentramos en el contexto histórico y cultural del lugar. Una vez visto todo, podemos apreciar ciertas semejanzas tipológicas y formales entre algunos restos encontrados en Cancho Roano que allí se exponen (réplicas, porque los oríginales están en el Museo Arqueológico de Badajoz) y los materiales que del yacimiento de La Atalayuela (Alcaracejos) se conservan en el Museo Municipal de Añora. Me consta que uno de los investigadores principales de Cancho Roano se interesó por estos materiales y los estudió en su día.


Algunos materiales encontrados en Cancho Roano que guardan paralelismos con los hallados en La Atalayuela.

Vista general del yacimiento de Cancho Roano desde el Centro de Visitantes.

Para completar la ruta de una jornada nos dirigimos a Castuera, a 15 kilómetros, donde lo más interesante resulta pasear por la calle de la Constitución para descubrir viviendas solariegas como la Casa de la Sirena, con una espectacular portada. Luego, tras recorrer unos treinta kilómetros moteados de castillos y torres de vigilancia en roquedales de difícil acceso, llegamos Cabeza del Buey, donde hacer un descanso para refrescarnos. Antes pasamos por Almorchon, localidad tantas veces oída a cuenta del tren que la unía con Córdoba y que resultó ser apenas una estación ferroviaria. A poco más de 20 kilómetros de Cabeza del Buey nos encontramos ya en Belalcázar, de nuevo en casa.


Detalle de la fachada de la Casa de la Sirenas, en Castuera.
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Los caños de la Guizuela

Han desaparecido los caños de bronce de la fuente de 1896 [Foto: Solienses].

Durante el año pasado el Ayuntamiento de Pozoblanco restauró la fuente de la Guizuela, que se encuentra a unos dos kilómetros de Pozoblanco en el camino de Añora, muy cerca de una antigua caseta del tren que presenta un estado ruinoso. Suele ocurrir con estas infraestructuras alejadas de la población que no se realice en ellas un mantenimiento adecuado y poco a poco se vayan deteriorando sin que los responsables de su cuidado lo adviertan. Ayer mismo se difundían en redes sociales unas fotografías que presentaban todo el recinto interior inundado, con el agua por encima de las cajas y a la altura de los caños. No sé cuándo habrían sido tomadas esas imágenes, pues ayer por la tarde acudí a verla y todo estaba normal. Si había habido algún percance, se había resuelto ya. Bueno, no del todo.


Fuente de la Guizuela inundada, en fecha indeterminada, según imagen difundida en redes sociales [Foto: J. Sánchez Carrillo].


Es cierto que el agua había regresado a su lugar natural, pero me llevé una decepción al observar los caños, aquellos caños de bronce tan bonitos que se instalaron tras la restauración. Dos de ellos (los correspondientes a la parte fechada en 1896) han desaparecido y el otro (el correspondiente a la cartela de 1800) está totalmente cubierto por el óxido y a punto de caer también. Ignoro si se trata de un acto de vandalismo o han sido retirados por los responsables del mantenimiento, pero lo cierto es que la imagen de la fuente, pocos meses después, dista ya mucho en su atractivo de lo que se presentó en diciembre del año pasado.


Los caños tras elproceso de restauración en 2020 [Foto: Solienses].