Tras su
presentación en sociedad el mes pasado en Villanueva de Córdoba, el próximo martes 13 de diciembre daremos a conocer también a todos los cordobeses de la capital la aparición de la nueva novela de Pedro Tébar
La isla del gavilán. El acto tendrá lugar a las 19:30 en la Delegación de Cultura de Córdoba (C/ Capitulares, 2) y en él, además del autor, participaremos la poeta Juana Castro y Antonio Merino, editor de Solienses. Esperamos contar con la asistencia de los naturales de la comarca que viven en Córdoba y también de los cordobeses que quieran conocer mejor Los Pedroches y su literatura.
3 comentarios :
También decir a paisanos y comarcanos cordobeses que el azadón de los materos utilizado en los desmontes de La Jara y la Concordia, finales del XIX y principios del XX, ha viajado hasta aquí para ser presentado como un elemento imprescindible en aquella dura tarea. Pesaba, según don Juan Ocaña, 14 libras que equivalen a más de 6 Kg. Ha sido fabricado en una fragua y carpintería jarotas. Estará con nosotros en el acto.
Menuda herramienta que nos traes, estimado Pedro, el azadón. En mi pueblo lo utilizábamos para "esmontar", es decir limpiar el monte, sobre todo de retama y jara. Yo, como era pequeño no me atrevía con el azadón, cogía o bien un pico o una azada. Lo que también creo, que aunque era muy pesado, pienso que el azadon no llegaba a los 6 kg. Pero tampoco lo puedo afirmar. Y mis felicitaciones por tu nueva novela. Que la disfrutes y la disfrutemos.
Es verdad que es muy pesado ese azadón, estimado anónimo del día 7, creo que paisano o circundante. Todos los que lo han sopesado dicen que cómo era posible su manejo. Yo lo he probado en La Pizarra y te puedo asegurar que cada vez que lo clavas en la tierra, haces un gran agujero. Y creo que era eso lo que buscaban: arrancar de raíz la jara y la madroña, "para siempre jamás". Luego estaba el hacha que tenía en la cresta -por eso se le llamaba también "el crestellado"- , que le añadía más peso que el de una simple azada. Y hay que sumar el astil. Más tarde, poco a poco, le fueron reduciendo el peso y esos son los que aún se conservan y han servido de modelo. Pero lo hemos fabricado siguiendo siempre la fuente escrita de Don Juan Ocaña Torrejón: "Su más característico instrumento de trabajo -se refiere a los materos- era el azadón, de un peso de catorce libras y que se le decía "el crestellado", por el apéndice que tiene el ojo en su parte superior", (La Dehesa de la Jara, pag. 61). Un saludo y gracias por tu felicitación y buenos deseos.
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