"Estoy hecha de mil contradicciones"
En torno al poemario Leves certezas de Victoria López Mata
De los tres conceptos (lenguaje, memoria, profecía) que José Luis Rey delimita en la poesía de Victoria López Mata, me quedo con el tercero. La profecía, el don de conocer cosas futuras por inspiración divina -aunque la autora declare no creer en dioses ("Fe")-, es una esperanza frente al porvenir, una firmeza a la que agarrarse en este mundo de inseguridades ("Certezas"). La esperanza, por ejemplo, de una voz poética liberada "de aquellos miedos/ que venían a ocultar nuestra verdad" ("Homofobia").
Porque está el lenguaje, sí, y su búsqueda de la noción exacta, vale, ahí está la función primordial del poeta: destripar las palabras como Paz y triturarlas como Neruda para alzarse al fin con la verdad y la belleza. Ese trabajo amanuense y artesano, fabril, tan esencial. Una inmensa tarea pero insuficiente. Y luego está la memoria, tan presente en los poemas de Victoria López Mata. La memoria de la infancia en el campo, la colina frente al composanto en la que su bisabuela no quería construir una casa, "los días/ en los que jugábamos a ser niñas". Una memoria ya lo suficientemente nutrida, a pesar de la juventud de la autora, como para amontonar por separado recuerdos y olvidos ("Vidas olvidadas").
Pero todo ello carecería de sentido sin la profecía, el oráculo que augura tiempos nuevos. Vencer la nostalgia de una pasión secreta, de un amor frustrado quizás por la inseguridad, tal vez por cierta cobardía de mostrarse ante ella como una es, ahora finalmente superada: "Recórreme por fin con las heridas/ que hicieron cicatriz en mi camino", indagar en lo más hondo del inconsciente para que "saque fuera trozos de mi vida/ que siguen escondidos/ agazapados". De la oscuridad del misterio surge la luz profética sin miedo "de miradas hirientes,/ de terribles escarnios en pasillos/ y piedras arrojadas a mi espalda". Victoria López Mata alienta un porvenir profético basado en su memoria y en la doma del lenguaje, pero sobre todo en la promesa de indagar en sus propios sentimientos inciertos, contrariados por un viaje a Perú, o la verdad que se cuela (en realidad: claves) entre las hojas del suelo en un bosque estonio, emociones íntimas apuntadas veladamente y que, sin embargo, serán en el futuro la única certeza entre tantas contradicciones.
Victoria López Mata: Leves certezas. Editorial Cántico. Colección Doble Orilla, 2024.
Victoria López Mata (Villanueva del Duque, 1988) cursó estudios de Magisterio, especialidad en Inglés, en Córdoba y actualmente se dedica a la enseñanza en un colegio público de Madrid. En la actualidad, está cursando el grado de Filosofía por la UNED. Es hija del escritor y poeta Alejandro López Andrada. Leves certezas es su primer libro publicado.
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