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Orden en el desconcierto

Según el DRAE moderar es "Templar, ajustar, arreglar algo, evitando el exceso". Justamente es lo que pretendo hacer al moderar los comentarios anónimos que se escriben en Solienses. Pienso que los tiempos del debate salvaje tuvieron su momento, pero ya ha pasado. Los años nos han llenado de cicatrices y nos han hecho más sabios y más resistentes. Solienses, pues, no es un garante de la libertad de expresión entendida al modo en que todo es lícito y posible. Diariamente se reciben en este blog decenas de comentarios escritos por personas que desconocen el sentido de las palabras decoro o educación, por no hablar ya de razonamiento y argumentación. Llenos de insultos, consignas políticas repetidas como papagayos, artimañas provocadoras de troll caduco, rabietas infantiles, ajustes de cuentas, insistencias vanas sobre asuntos banales o tergiversaciones groseras que dañan la razón. En todas las direcciones.

El nivel de competencia de Solienses no puede medirse sólo por las entradas de opinión o de información que yo mismo firmo, sino también por la calidad de sus comentarios, anónimos o con nombre (aunque ninguno debidamente identificado estará sometido a moderación). En consecuencia, progresivamente he ido limitando el acceso de ciertos comentarios que, en función de mi propio criterio, no resistían el más mínimo análisis, por escaso que fuera el rigor. Aun así, ya ven la altura de muchos de ellos. Por eso mismo, considero una obligación inexcusable un mayor grado de exigencia en la moderación, de modo que, aun a costa de algunos enfados e incomprensiones, lo que pueda leerse en la sección de comentarios no resulte, como tantas veces ocurre, una colección de desechos.

Disculpen, pues, los amantes de la libertad así entendida, que deberán aprender de su propia experiencia en otro lugar. Todos los lectores son bienvenidos a Solienses, pero no todos los comentaristas. La blogosfera está llena de sitios donde sus cavilaciones insustanciales serán bien recibidas. Pero aquí no. Un poco de orden en el desconcierto no vendrá mal.

3 comentarios :

Anónimo | martes, mayo 11, 2010 8:11:00 a. m.

Me parece muy correcta su postura, yo, su pagina la miro para ver sobre todo cultura informacion y formacion, de las criticas que se ocupen en otro sitio. Gracias.

Anónimo | martes, mayo 11, 2010 11:45:00 a. m.

También las críticas deben ser bien recibidas. Naturalmente escritas, como dice Antonio, con moderación. Todo lo que se hace con templanza, educa. Lo que se hace con algarabía y violencia provoca más violencia.

noriega | jueves, mayo 13, 2010 9:53:00 a. m.

Seguramente muchos de los de mi edad y mayores, hayan entrado alguna vez en un gallinero lleno de gallinas, que al vernos, todas como locas han empezado a revolotear sobre nuestras cabezas y a cacarear, formando una gran algarabía y alboroto. Eso es lo que se llama en mi pueblo, un gallinero alborotado, y esa es justo la sensación que yo he sentido al entrar y leer, en algunas ocasiones, los comentarios sobre algunos temas aquí planteados.

A veces, he dejado aquí mi comentario, declarando sentir vergüenza ajena y propia, después de leer esta clase de comentarios que en todos los sentidos, y sobre temas referidos principalmente a mi pueblo, lejos de alegrarme de ser noriega, o poder sacar alguna conclusión positiva, la sensación que me han dejado, ha sido la contraria. Pero, como en muchas ocasiones, nadie somos totalmente inocentes o culpables, todos podemos poner nuestro granito de arena para una u otra cosa y también, creo, el editor de esta página, ha manifestado no sentir vergüenza alguna por ello, porque si no, decía él, seriamos piedras, lo cual daba la sensación de que todo vale, con tal de manifestarse, o al menos a mí así me lo parecía. En fin, leamos varias veces, lo que escribimos, porque hay veces que más vale el silencio. Punto pelota.

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