Los artesanos enseñan su oficio
La artesanía es un amoroso compromiso con el pasado y la tradición realizado desde el presente con agradecimiento. No se trata solo de fabricar cosas a mano, sino manteniendo vigentes unas técnicas de trabajo que se han ido perfeccionando a lo largo de los siglos hasta llegar a un punto óptimo de ejecución que sus actuales practicantes, no obstante, quieren depurar aún más. La artesanía es un elemento constitutivo de la cultura ancestral más profunda de los pueblos, oficios aprendidos durante toda una vida que arrastran consigo un instrumental básico, tecnologías y destrezas que solo se aprenden con la enseñanza viva del maestro, hasta un vocabulario propio solo abierto para iniciados. El trabajo del artesano exige una habilidad refinada que solo se consigue con el ejercicio diario y la herencia generacional recibida.Los Pedroches, como en otros ámbitos de la cultura popular, ha sabido conservar muchas de estas prácticas tradicionales de elaboración artesanal. Aquí tenemos todavía curtidores, herreros atados al yunque y el macho pilón, pedreros de maza y cincel, guarnicioneros y talabarteros que moldean el cuero, carpinteros del olivo y la encina. Las instituciones así lo han reconocido, nombrando a la comarca Zona de Interés Artesanal y distinguiendo a algunos de sus trabajadores como Maestros artesanos. Pero el principal reconocimiento que falta es el de la propia ciudadanía, que debe concienciarse de la necesidad de actuar en favor de la preservación de estos usos y costumbres, que constituyen un elemento económico residual, pero un componente histórico y cultural de primer orden, una riqueza exclusiva para la definición de nuestra propia identidad comarcal.
Desde hace años, los artesanos de Los Pedroches se agrupan en la asociación Ofiarpe, que ahora ha editado un nuevo catálogo de socios en versión digital y ha abierto una página en YouTube, donde recoge pequeños vídeos en los que se muestra el trabajo de cada uno de sus asociados. Es una forma primera de acercamiento a estas ocupaciones que sorprenderán, en algunos casos, por el empleo de técnicas de producción que pensábamos ya extinguidas. Pero no, aquí están, conservadas como en una excepcional reserva india de los usos laborales vencidos por los siglos. Acercarse a sus talleres, a sus tiendas, y adquirir los productos que allí se ofrecen sería el siguiente modo de apoyar un trabajo amarrado a los sentimientos que nunca estará suficientemente agradecido.
Francisco Pozo Higuera, tenería y curtidor (Villanueva de Córdoba).
Santiago Valverde López, carpintería de olivo (Santa Eufemia).
La Fragua de los Moreno, forja (Añora).
Juan Antonio Fernández, carpintería (Pozoblanco).
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5 comentarios :
El reconocimiento cultural ya esta, ya lo tenemos, falta el economico. Y en este tema la guerra esta casi perdia, (no es falta de ortografia, aqui se dice asi).
Si creo que como archivo historico y como publicidad para otros sectores es buenisima.
Lleváis razón: mucho orgullo de teneros ahí, mucho reconocimiento y alabanza...Pero ¿se le ve la punta? Lo artesanal debía estar muy bien pagado porque es un trabajo de especialista y no son muchos en la competencia. Hoy un relojero que engrase un reloj de pared y le coloque una cuerda nueva te cuesta un pastón. No sé si el trabajo de un curtidor está bien pagado pero el problema está en la demanda, que al no haber bulla, al final, no salen las cuentas.¿Le importa hoy a nuestros regidores que este tipo de trabajo desaparezca? Les da igual. ¿Tendría cabida algún tipo de subvención? Sí. Porque al protegerlo estaríamos protegiendo nuestra historia, nuestra tradición, algo que puede desaparecer. ¿No están protegidos los patios de Córdoba? Pues eso.
El problema está en que no saben ni dónde estamos. Si esa riqueza estuviera en Cordoba ciudad o en la Subbética, en Montilla o en Lucena, otro gallo cantaría pero, Los Pedroches? Ahh, si, por ahí arriba? Visto lo visto, deberíamos pedir la independencia.
No se aprecia el trabajo de los artesanos de nuestra comarca por nuestros gobernantes. Sobreviven gracias a que los trabajos que realizan son de calidad y son reconocidos por sus paisanos y vecinos que solicitan sus trabajos. Pero apoyo institucional tanto a nivel económico, técnico o comercial es muy escaso. De aquí a 20 años me parecen que van a quedar pocos en ejercicio. Y creo que es un error.
Difícil el panorama que se presenta para los artesanos. Ya veremos. Pero si es necesario el apoyo económico de las instituciones para este sector como bien se hace para otros sectores como el agrícola y ganadero sin el cual también tendrían el futuro incierto y ya sabemos lo necesarios que son.
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