El cura de Conquista
En 1618 Vicente Espinel publicó su obra Vida de Marcos de Obregón. En el Descanso XIII de la Relación Primera, hay una alusión jocosa a Conquista, que traigo aquí para quien no la conozca:Caminamos con todo el gusto que pudimos mis mercaderes y yo, buscando por el camino ocasiones en que tenerlo: llegamos a la Conquista, que es un pueblecito que se comenzaba entonces, un domingo por la mañana: entramos a oír misa, que la estaba diciendo un clérigo que pronunciaba la lengua latina como gallego. La misa era de Requiem, porque habían enterrado aquella mañana un pobre, y ayudábale un sacristán, que sobre un sayo pardo muy rozagante traía una sobrepelliz de cañamazo. Acabada la misa, diciendo el responso sobre la sepultura, acabó el clérigo diciendo: "Requiescat in pace, alleluja, alleluja". El sacristán le respondió con muchos pasos de garganta: "Amen, alleluja, alleluja". Lleguéme al buen hombre, y díjele: "Mire, padre, que en misa de Requiem no hay alleluja". Respondióme muy confiadamente: "Arre allá, señor estudiante; ¿no ve que es entre Pascua y Pascua?". Fuimonos cayendo de risa por todo el camino.
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