Encinas
Leo en Los Pedroches Información de esta semana (hoy me llegó en el correo) que los diputados de Infraestructuras y de Cooperación con los municipios han reconocido "no tener conocimiento de que se hubiese presentado o estudiado alguna alternativa sobre el trazado de la tubería de conexión a Villanueva de Córdoba desde la red de abastecimiento de la zona norte", la cual, ya lo hemos comentado en otras ocasiones, provocará la tala de un número de encinas que se ha cifrado en unas 1.500. Los diputados dicen que se ha exagerado el número de encinas que se verán "afectadas" (es decir, arrancadas) y que la cifra "se verá reducida sensiblemente" cuando se hagan las obras. Según el diputado de Cooperación con los municipios, sólo se verán "afectadas" (es decir, arrancadas) las encinas "imprescindibles".Tales declaraciones me llenan de preocupación. Siendo ellos los responsables de esta infraestructura, su reconocimiento de que no hay otras alternativas en estudio (como si proponerlas fuera cosa de otros, y no de ellos mismos) tan sólo viene a corroborar que será el primer proyecto el que finalmente se lleve a cabo, sin que tan siquiera se tengan en cuenta las reclamaciones de los propietarios, de los grupos ecologistas o de los simples ciudadanos preocupados por su entorno. No consuela escuchar que finalmente no serán 1.500 árboles sino "sensiblemente" menos los "afectados", pues que se arranquen mil encinas no me preocupa menos que que se arranquen mil quinientas. Ni siquiera tranquiliza que sólo se vayan a arrancar las "imprescindibles" pues éstas pueden ser doscientas o tres mil. Y más digo: esa imprecisión en el cálculo de ejemplares arrancados, digámoslo claro, esa ignorancia de cuántas encinas finalmente van a desaparecer, sólo viene a confirmar la sospecha inicial de que este tema ni siquiera se ha estudiado previamente, que no se ha hecho ningún estudio de impacto ambiental de la obra, que no se han previsto las consecuencias ni los daños. De otro modo no se hablaría con esa vaguedad sobre el número de encinas arrancadas (léase bien, arrancadas, no afectadas), pues basta saber contar (una, dos, tres, cuatro....) para, sin necesidad de estudios de ingeniería pecuaria, determinar con toda exactitud el número de encinas que tienen sus días contados por causa de esta obra.
Lo siento, pero me duele este daño que adivino y esta indolencia ante una responsabilidad entregada ya a la fatalidad. La obra finalmente se hará y nunca sabremos exactamente cuántas encinas se destruyeron. Pero ahí están las declaraciones de Juan Torres, diputado de Infraestructuras, y José Antonio Albañir, diputado de Cooperación con los municipios. No olvidemos sus nombres.
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