Visita a Almadén
Fachada del Real Hospital Minero de San Rafael de Almadén
Un día de fiesta cualquiera, un domingo, puede ser un motivo oportuno para visitar Almadén, ese pueblo tan cercano que para muchos de nosotros ofrece todavía la lejanía psicológica del espacio y del tiempo. La excusa puede ser una visita al Real Hospital de Mineros de San Rafael, edificio construido entre 1755 y 1773 para prestar asistencia sanitaria a los mineros de la comarca, recientemente restaurado y convertido, entre otros usos, en Museo del Minero. La visita merece la pena, no sólo por el contenido del edificio, sino por el edificio en sí mismo (sus grandes bóvedas de cañón de ladrillo visto ofrecen una deliciosa rusticidad). El museo se estructura en tres áreas interpretativas: en la planta baja, la historia de la minería en Almadén (con explicación de los modos de extracción del cinabrio y la transformación en mercurio) y el Hospital minero; en la planta alta, un vistazo a la sociedad minera, con sus sombras y sus glorias. Hay también una recreación, en su ubicación original, de la enfermería y de la sobrecogedora "sala de forzados", donde se internaba a los prisioneros enfermos para mantenerlos separados del resto de los trabajadores. El recorrido , muy didáctico, se compone de recursos audiovisuales, dioramas, interactivos, paneles gráficos y piezas originales. Impresiona un breve vídeo que muestra los efectos en enfermos reales de hidrargirismo, la principal enfermedad producida por el mercurio.
Aunque parece que se retrasan más de lo previsto, hay proyectos para convertir el antiguo cerco minero de Almadén en un parque arqueológico industrial que, visto lo visto, puede ser un gran revulsivo en la economía de la zona de la mano del turismo. Hay proyectada una bajada a los pozos, un recorrido por las galerías y una recreación de los ambientes mineros, lo cual puede constituir una experiencia única en España, la cual, si se organiza con orden y rigor, puede convertirse en una muestra de lo que debe ser la reutilización moderna del ya abandonado patrimonio minero. A veces hay que dejar de llorar por antiguos esplendores que de ningún modo pueden ya regresar y ponerse manos a la obra para construir futuros levantados sobre los cimientos de nuestros antecesores.
Algo así ha ocurrido con la plaza de toros de Almadén, de mediados del siglo XVIII, encantador ejemplo de adaptación de espacios tradicionales en desuso a las necesidades de la sociedad actual. Se trata de una excepcional plaza hexagonal, rodeada de 24 viviendas de dos plantas abiertas a ella a modo de gran patio de vecinos. Hoy todo el conjunto, declarado monumento en 1979 y en el que destacan sus grandes chimeneas, ha sido restaurado, conservando todas sus formas, aunque con una funcionalidad diferente. Las viviendas han sido convertidas en un hotel rural y un resturante, que ofrece la delicia de comer con vistas al albero poligonal.
En el Real Hospital de Mineros pudimos comprar, de recuerdo, un pequeño botecito con mercurio de las Minas de Almadén y Arrayanes S.A.
Detalle del interior del Museo del Minero.
Plaza de toros de Almadén
Exterior de la Plaza de Toros de Almadén
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