Encerrados

Encerrados

Ayer estuvieron en Pozoblanco, impartiendo conferencias sobre temas de actualidad dentro de las Jornadas de Otoño de la Fundación Ricardo Delgado Vizcaíno, Juan Fernando López Aguilar, Ministro de Justicia, Gabriel Cisneros Laborda, diputado y ponente constitucional, Manuel Jiménez de Parga, ex-presidente del Tribunal Constitucional, Pedro González-Trevijano, rector de la Universidad Rey Juan Carlos, Antonio Jiménez Rico y José Luis Borau, directores de cine. Hoy, sin embargo, ningún periódico andaluz (salvo los cordobeses) recoge siquiera una breve reseña de su presencia o de sus palabras. Todos los medios de comunicación nacionales, en cambio, se hacen eco del fallecimiento de un matrimonio de Belalcázar por inhalación de humo de un brasero de picón. Éste es el periodismo que gusta y así es como se construye la imagen de una comarca deprimida.



Por cierto, comprobando que en la página de Canal Sur tampoco se hace ninguna reseña de las intervenciones de ayer en las Jornadas de Otoño (aunque sí del suceso, con vídeo incluido -RealOne Player-), me he encontrado con esta sorprendente noticia antigua en la que se habla de "algunas aldeas de Pozoblanco". Ay, qué razón tiene Pedro cuando asegura que el revisionismo de la historia ha llegado también a Los Pedroches.



Hoy se entrega a la jarota Juana Castro el Premio Jaén de Poesía, obtenido por su obra Los cuerpos oscuros. Según declaró la autora en una reciente entrevista, el libro "trata del alzheimer y la demencia. Los he vivido de primera mano y creo que un poeta siempre escribe de su experiencia, aunque hay otros que no lo hacen y los respeto. Luego, hay que transformar esa experiencia en obra de arte. Pero, al final, es experiencia. En el libro, unas veces se narra y otras se sacan fuera las pasiones. Desciendo a lo más insondable, a lo más terrible del alma humana". Juana Castro, natural de Villanueva de Córdoba, afirma también: "El primer poema que escribí fue cuando mi padre y mi madre estaban solos en el pueblo y yo notaba que estaban empeorando. El poema se llama "Los encerrados", porque estaban atrancados, siempre con el cerrojo de la puerta echado y en el último cuerpo de la casa era donde hacían la vida. Eso lo escribí en el 98, y en el 99 se lo diagnosticaron... Aunque, bien pensado, más que de la tristeza sería poesía de la conciencia del envejecimiento, de la conciencia de ir perdiendo la vida, que son los recuerdos...". La metáfora me parece deslumbrante. También Los Pedroches a veces parecen atrancados, viviendo en el último cuerpo de la casa, sin conciencia de envejecimiento, de ir perdiendo la vida...