Sisapo

Sisapo

Yacimiento arqueológico de Sisapo, en La Bienvenida (Ciudad Real)

Aunque parezca mentira por la explosión roja de amapolas, la foto es tan sólo de hace apenas un mes. Estamos en La Bienvenida, en el Valle de Alcudia, donde una lentísima excavación arqueológica lleva varios años intentando sacar a flote la ciudad de Sisapo, capital de un importantísimo territorio minero de la época romana en el que se ha documentado una ocupación desde finales del siglo VIII a.C. La identificación no es definitiva, pero ciertos indicios epigráficos encontrados en el yacimiento han inclinado hacia este lugar la ubicación de un topónimo que se cita en varias ocasiones en las fuentes griegas y latinas (especialmente al referirse al minio sisaponense, principal producto de sus explotaciones mineras) y que, según Plinio, pertenecía al conventus cordubensis. Hasta ahora, además de otros restos secundarios, la intervención se centra en una calle porticada, varias tabernae y, sobre todo, una domus, de la que se ha descubierto un patio con peristilo y varias habitaciones cubiertas por vistosos mosaicos bastante bien conservados.

Con respecto a este distrito minero básico del norte de Sierra Morena, Los Pedroches eran el camino natural de salida de buena parte del mineral allí obtenido, que probablemente era tratado en bruto en sus factorías antes de ser evacuado hacia el Guadalquivir. Las vías romanas que atravesaban la comarca estarían orientadas fundamentalmente a esta misión. Sin embargo, la importancia de Los Pedroches en época romana no debía radicar solamente en su situación estratégica, sino que también resultó relevante su propio potencial mineralógico, a pesar de que la escasez de investigación sobre el tema y la ausencia de alusiones en los autores clásicos nos impidan, de momento, mayores concreciones.



Catálogo de improperios (II): Disfruta haciendo daño

Voltaire, aunque parece creer en Dios, nunca ha creído más que en el Diablo, puesto que su Dios no es más que un malhechor que, según él, sólo disfruta haciendo daño. [Rousseau, Carta a Voltaire sobre la providencia]