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09nov2006

Covap: cedo la palabra

Me quedo sorprendida de la literatura idílica y de añoranzas que se escriben estos días como apoyo a Covap, yo creía que apoyar era consumir sus piensos y comercializar productos a través de ella .

Desde la literatura demagógica y barata de un tal Antonio en Solienses, (del cual me da la impresion de que no parteó nunca ninguna vaca los días de Navidad, yo alguna parteé y no guardo un recuerdo tan grato) me duele que opine quien no come de esto.

(...) Nuestra cooperativa se sigue manteniendo y seguirá cumpliendo el objeto para el que fue fundada y además dispondremos de un nuevo vehículo con el que afrontar los retos que nos plantea un mercado (...) que nos guste o no es el que es y donde mi cooperativa ha de vender mi leche (en mi familia tenemos la mala costumbre de comer, vestir,y de educar a nuestros hijos).

APOYO la propuesta del consejo rector porque mi cooperativa lo necesita, porque nada perdemos y sí tenemos mucho que ganar y porque en esta sociedad que se crea somos accionistas los mismos que cooperativistas, lo del no a la propuesta es el miedo a ser libres.

Señor Antonio de Solienses, me despido atentamente porque mis cubeteros berrean, la vaca Margarita está de parto y además tengo que fregar el tanque de leche que me la ha recogido mi cooperativa y que me la seguirá recogiendo durante muchos años, a pesar de aquellos que como usted siguen anclados en el pasado que no es otro que el banquillo para ordeñar y el carro para llevar la leche al centro de recogada.

Firmado: Maria de Guía del Pozo Moreno ,socio 6425 [Tomado del Libro de firmas de adhesión de Todos con Covap]


Desde luego hay que ver y leer la cantidad de descomedimientos que tiene uno que aguantar a medida que pasan los días en boca y pluma de algunos de los que nos representan en Covap y de algunos de nuestros representantes políticos e institucionales, cual si fueran gatos defendiéndose panza arriba.

Me parece que Antonio Merino pone el dedo en la llaga que se le ha abierto a Covap. Con los sentimientos no se come, pero predisponen el corazón y el alma de las personas para la lucha diaria. Tal desprecio sólo manifiesta la prepotencia y el miedo al valor de la democracia y del pueblo.

De alguna forma, todos los vecinos de este Valle contribuimos a su desarrollo económico, cultural y social y siempre nos hemos sentido orgullosos de nuestra Cooperativa. Tanto, que incluso compramos sus productos aún siendo notablemente más gravosos que otros de los existentes en el mercado. Y esto no sólo lo hacemos los que aquí habitamos, sino cientos de personas que viven en otras tierras y sienten lo mismo. Por lo tanto, todos hablamos de un sentimiento que merece un gran respeto por parte de quién se debiera sentir representante del mismo y no sólo de los intereses económicos de parte de ellos.

Los que somos neófitos en estas materias mercantiles nos hemos hecho gran cantidad de preguntas - entre ellas ¿Por qué COVAP no podría tener la mayoría del capital de la tan pretendida Corporación? -, otras han sido respondidas desde el Consejo Rector con mayor o menor éxito para su entendimiento y a veces con gran imprecisión. Más, ¿por qué nos da la sensación de que esto no se está haciendo bien?.

Recuerdo que a mis 12 años (1973) ya le ayudaba a mi padre, aliviando su ingente quehacer, en la trascripción al libro de Actas de las reuniones de aquellos Consejos, aún sin entender muchas de las cosas que escribía; pero lo hacía con orgullo, como si fuera un privilegio. Y mi padre, que en aquellos años veíamos poco por sus continuas e interminables reuniones nocturnas del Consejo y sus viajes a Madrid, me hablaba de la Cooperativa como la empresa que haría grande a este Valle. Personas como él, socios ¿no productivos? que nunca percibieron beneficio alguno por sus sacrificios, que jamás les fueron reconocidos por nadie y personas como los “indoctos” productores, han hecho de nuestras vidas lo que ahora son: familias felices que hemos podido crecer en nuestra tierra de una forma digna y hemos aprendido a amar la herencia que nos legaron.

Y esta es nuestra obligación ahora, transmitir esa herencia y enseñar a nuestras hijas e hijos a amarla y procurar que también crezcan e integren sus familias en esta tierra. Porque a mí me enseñaron que la herencia no se vende, sino que se acrecienta y se lega a los nuestros para procurarles los mismos medios que a nosotros nos han hecho prosperar en todos los ámbitos.

Por ello me entristece leer y oír tanta descortesía.

El Consejo Rector ha tenido la confianza de todos o casi todos desde el principio, que no es parvo, pero no hay que sobrevalorarla, más al contrario hay que reconquistarla cada día. Para ello no hay mejor norma que la fidelidad para con los socios y la humildad en la disciplina de la gestión.

Y no me cabe la menor duda de que hay que avanzar, adaptarse a los nuevos tiempos, a las exigencias del mercado. Pues bien, ¡AVANZEMOS!, pero de momento, no me han convencido, más bien me han creado demasiadas incertidumbres. ¿Es que no podemos hablar, informar y debatir sobre otras alternativas?

Firmado: José María Sánchez. [Tomado de un comentario al artículo Sentimientos de Solienses]



Y más opiniones...

5 comentarios :

Anónimo | jueves, noviembre 09, 2006 10:33:00 p. m.

¡¡Antonio, hombre, por lo menos viste a tus hijos, que no digan estas cosas de tí!!

Te lo dice la dueña de la vaca Margarita, nombre de vaca de toda la vida, y también tendrá un perro que se llame Caneli.

Anónimo | viernes, noviembre 10, 2006 1:55:00 a. m.

¿por qué será que cuando se habla a destiempo se hace tan mal?

No nos acostumbramos a que haya personas que piensen de manera diferente a como lo hacemos nosotros.No señor.

¿Se ha dado cuenta que a algunos no se les pasa ni por la imaginación que puedan estar equivocados? Ni la duda tienen.

Es como un mantra que se repite sin cesar:"Por lo tanto aunque no lo entiendo estoy tranquilo".

Yo tampoco.Bueno, pseudotampoco.

Anónimo | viernes, noviembre 10, 2006 10:08:00 a. m.

Aunque tarde y con no muy buenos modos, parece que los partidarios del SÍ se han lanzado también a explicar sus razones. Lástima que a la mayoría de ellos les pierda su fe ciega y el engaño de creerse millonarios sin serlo.

Anónimo | sábado, noviembre 11, 2006 6:55:00 p. m.

El hecho de que una empresa como Covap y una comarca estén tan profundamente engarzadas hace que el futuro de Covap vaya unido al de Los Pedroches. Por tanto el cambio afectará profundamente a la comarca. Los pilares de la economía de esta zona estaban hechos con materiales de una naturaleza social y el salto es nada más ni nada menos al capitalismo global. Profundo debate que va más allá de los intereses de los socios (que no es poco). Sin embargo, que curioso, no hay manifestaciones de los agentes sociales. Lo cual me hace pensar que la transformación va a ser inevitable. Y creo que va a ser inevitable porque no hay debate social y no lo hay porque posiblemente los socios estén "desdibujados" o "desubicados" y por tanto sea extremadamente dificil establecer estrategias a los partidarios del NO (parto de un pre-juicio, la transformación perjudica a los socios y ellos son absolutamente conscientes de ello). Qui prodest? A todo el mundo menos ¡ay¡ a los socios.

Anónimo | sábado, noviembre 11, 2006 10:45:00 p. m.

Dª Maria de Guia ¿ usted vive de la vaca Margarita, de la vaca COVAP o de quien ordeña la vaca de la Covap?

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