Riesgo y decisión

Riesgo y decisión

Hay que partir de una evidencia objetiva incontestable: no hay ningún modo de recorrer en línea recta la distancia entre Puertollano y Córdoba sin atravesar, con mayor o menor daño, el mar de encinas de Los Pedroches. Esa única variable sobre la cuantía del daño sería la que justifica los múltiples estudios dilatorios que los dos últimos gobiernos de la nación vienen encargando una y otra vez con amplio aparato de propaganda, no se sabe si con la voluntad de hallar una imposible solución o de ir ocupando el tiempo en juegos florales que nos lleven sin mayor compromiso ni riesgo hasta las próximas elecciones. La noticia viene tan repetida en los ya más de tres años que dura Solienses
que volver a comentarla se vuelve rutina intolerable, esa en la que la política aliada con el periodismo parecen querer envolver nuestras vidas, haciéndonos creer novedad lo que no es más que repetición y aburrimiento.

La nueva redacción del estudio previo del corredor Puertollano-Córdoba que el Ministerio de Fomento ha licitado por un presupuesto de 1.596.15 euros sólo es un inútil gasto más que no encontrará ninguna solución nueva que no se haya descubierto ya en anteriores estudios. Resulta evidente que lo único que se requiere aquí es una decisión política firme que nadie parece estar dispuesto a tomar por el coste electoral que inevitablemente va a suponer. La disyuntiva protección medioambiental frente a progreso alcanza en este caso un nivel de paradigma cuya resolución en uno u otro sentido resultará decisiva en la toma de posición ideológica del gobierno que la resuelva, en un exigente ejercicio de radical definición que nuestros políticos de hoy, acostumbrados cómodamente a nadar entre dos aguas, no parecen estar dispuestos a realizar.

En este contexto, resultan reveladoras las declaraciones del presidente de la Mancomunidad de Los Pedroches, siempre bordeando el patetismo en este tema: Luciano Cabrera considera que el no haberse planteado todavía en la nota de Fomento un trazado concreto de la infraestructura es una «estrategia que yo comparto, porque, así, ni se violenta ni se enfada a nadie». Porque todos sabemos ya que, cualquiera que sea la decisión que finalmente se adopte (incluso si no se adopta ninguna, que es otra forma de decisión), la ejecución de este proyecto resultará necesariamente violenta y enfadará a mucha gente, pero así avanza la historia, con violencia, con enfados, con riesgos, con decisión.



Tres días en Los Pedroches | Reencuentro con la comarca