Tiempos modernos
Casilda Cobos Cano (Foto: Diario Córdoba)
Dos recientes noticias nos informan de cómo poco a poco las nuevas tecnologías se van imponiendo en Los Pedroches, tanto en los ámbitos públicos como privados. Curiosamente, en ambos casos se trata de experiencias pioneras en Andalucía, que han encontrado en nuestra comarca, seguramente gracias al carácter emprendedor de sus promotores, el clima adecuado para su implantación. La primera de ellas, de la que hoy mismo informa el diario Córdoba, consiste en la instalación de una red Wi-Fi en el Hospital de Pozoblanco, de modo que los pacientes ingresados y sus familiares podrán conectarse a internet gratuitamente durante su estancia en el centro sanitario. La otra, de la que informaba ayer el mismo diario, nos cuenta que Casilda Cobos Cano, una ganadera de Pedroche, acaba de introducir en sus instalaciones de vacuno de leche un nuevo método de ordeño denominado VMS DeLaval, cuya principal característica, además de la gestión de otros aspectos de la explotación, consiste en que las vacas se ordeñan solas a través de un robot gestionado por un ordenador. Leyendo esta noticia, por asociación de ideas, me ha venido a la cabeza la última asamblea extraordinaria de Covap, cuya consejo rector al pleno arropó a la dirección sentándose todos ellos juntos en el estrado del salón de actos del recinto ferial de Pozoblanco. Así se pudo visualizar de una forma más evidente que los catorce miembros que lo componen son todos ellos hombres, como queriendo mostrar que la ganadería sigue siendo sólo cosa de varones. Noticias como ésta, sin embargo, nos informan de otra realidad: que las mujeres han estado desde siempre ligadas a las explotaciones ganaderas y que en la actualidad, como ocurre también en otros ámbitos, comienzan a hacerse visibles precisamente por su valentía al enfrentarse a entornos desconocidos mediante experiencias pioneras. Una realidad que quizás merecería una mayor representatividad en los órganos de gobierno de nuestra cooperativa.
Consejo rector de Covap en la última asamblea extraordinaria.
Para la temporada navideña-invernal he cambiado la foto de cabecera. Recordando aquello de que la sierra también es Los Pedroches, he colocado un fragmento de una preciosa foto del olivar nevado que Pedro Torres me mandó cuando las nevadas de principios de año.
8 comentarios :
Una vieja reivindicación esta de La sierra es Los Pedroches, que muchos no alcanzan a comprender.
Bonita y acertada estampa de cabecera.
En la foto del consejo rector de Covap, ¿la primera de la izquierda no es una mujer?.
La única mujer de la foto es la notaria que daba fe del acto. Muy significativo.
Hay una mujer de vocal, de apellido Gómez, está a la derecha, justo detrás del estrado y de gris con camisa blanca.
Agradezco tu cortesía y permíteme hacer hincapié en que sirva tu cabecera como homenaje a todas las familias que en estas fechas se entregan a la cosecha del fruto del aceite de la vida. Especialmente en esta semana, cuando acaban de amanecer los primeros diamantes de escarcha entre nuestras dehesas y olivares.
***Crónicas de la Sierra***
--¡Venga con la garrafa de aguaaa!- grité a un par de críos que me encontré en plena curva. Iba por la carretera de La Canaleja con la furgoneta cargada para dar un porte de aceitunas a la cooperativa. La mañana era soleada y los chiquillos no pasaban de los 14 años. Uno vestía un chandal azul y camiseta de mangas cortas. El otro se arremangaba unos pantaloncillos de pana marrón muy gastada y una camisa a cuadros con la jarapilla fuera. En una mano casi arrastraba una garrafa de agua, y lo conseguía con la chaquetilla del chandal, seguramente del compañero, que portaba en la otra.
--Llévanooos- respondió desafiante uno de ellos. Su voz aguda, aún infantil, se fundía con el murmullo de un arroyo que trepaba por los fresnos escapando del cauce.
--Pues como no os subáis encima de los sacos ahí atrás... ¿vais muy lejos?
--¡Qué va!- respondió el otro. Su voz sonaba rajada y agitada, casi sin aliento. --No le hagas caso a éste que es un gilipollas.
Tres curvas más adelante, apenas 200 metros más allá, dos parejas adultas reían alborotadamente. Ellos vareaban un olivo que había justo en el borde de la carretera, mientras ellas sostenían en alto el extremo de una lona de malla verde en la que las aceitunas se amontonaban formando caprichosas bolsas desperdigadas. Los de las varas, al ver llegar el vehículo, pararon para mirar al tiempo que ellas recogían parte del fardo permitiéndome el paso.
--¡Vamos con la faena!- les saludé entre cordial y solidario.
--¡Vamos!- dijo el que parecía más mayor de los varones apoyando verticalmente la vara en el suelo.
--¿Cómo lo lleváis? ¿Os queda mucho todavía?
--Joer que si queda... Si acabamos de empezar ahora en el puente. Y algunas están todavía duras de caer, las mu putas.
--Nosotros también hemos empezado ahora porque eso decía mi hermano, que algunos tajos habían tenido que parar después de conocer los primeros resultados de rendimiento. Y es que no pasaban del 12%
--Pos ya ves... Si lo que no puede ser es coger las aceitunas verdes porque te cuesta los cuartos y además luego nos quejamos de que el aceite pica y está amargoso. Pero claro, luego la gente tampoco quiere cogerla del suelo... y tó a la vez no puede ser.
--¡Hombre, ya están aquí los del agua!- interrumpió la mujer más joven extendiendo la mano en claro y desesperado gesto por alcanzar la garrafa.
--¿Qué, habéis subío a Las Mesas a por el agua?- les increpó la otra mujer, mientras los críos cruzaban por encima de la lona.
--A ver- inquirió el hombre que hasta ahora había permanecido en silencio fumando un cigarro --Huélele las manos que seguro que se han parao por ahí pa fumar a escondías.
El grupo estalló nuevamente en carcajadas y los niños les hicieron unas muescas de burla saltando una y otra vez.
--Pero hombre, bajaros del fardo que vamos a llevar las aceitunas ya molías a la cooperativa- les gruñó el primer interlocutor con quien entablé la conversación, agarrando la vara, hizo amagos de darle con la empuñadura a uno de los chicos.
Y allí los dejé entre risas y cachondeos enfilando para el pueblo con mi cargamento. Por el camino fui distrayendo mi atención en el paisaje y siempre había alguna lona -si no más cerca, más lejos- salpicando umbrías, lomas, solanas y puntales.
Ya en la cooperativa y una vez que hubimos volcado todos los sacos a la tolva, la chica que controlaba el proceso me entregó un ticket de color rosa en el que entre otros datos de proveedor y parcelas se podía leer:
Procedencia: Vuelo -- X
Suelo --
Cantidad: 1643 Kg
Matrícula de transporte: SUS MEDIOS.
Sus medios... sus medios... sus medios...
lHay que informarse ante de hacer declaraciones falsas. Pilar Gómez es miembro del Consejo Rector de Covap y, creo, sigue siendo mujer.
Por favor, vaya a graduarse la vista e informese antes de hacer afirmaciones falsas.
Por supuesto que pido disculpas a la señora Pilar Gómez y prometo acudir a revisarme la vista. Cometí un error al decir que no había ninguna mujer en el consejo rector de Covap, habiendo, como parece, una. Sigo pensando que se trata de un porcentaje insuficiente, en relación con la participación de la mujer actual en el mundo ganadero, pero eso no disculpa el fallo y aprendo la lección para próximas ocasiones.
Pilar Gomez no pertenece al Consejo Rector su cargo es Interventora la diferencia de funciones es grande en teoría.
Por desconocimiento y falta de ejercicio de sus funciones la mayoría de los interventores de las Cooperativas gozan del estatus de miembros del Consejo, pero según los estatutos no participan en la gestión de la Cooperativa ni representan a ésta ante terceros.
Por lo tanto, es preferible, que las interventoras de las Cooperativas sean mujeres ya que los interventores (masculinos) tampoco ejercen sus funciones, para el ejercicio de este cargo los conocimientos de leyes y cuentas son más utiles que el sexo.
Publicar un comentario