Los dos libros de las aguas
Esta tarde he comenzado a leer El libro de las aguas (Algaida, 2007), la última novela publicada por Alejandro López Andrada, y, habiendo leído tan sólo el primer capítulo, resulta que ya la he leído toda completa. Y no es sólo por el caso singular de que, como sugerí hace unos días, el argumento de los avances me pareció absolutamente clónico de obras anteriores, sino porque -digámoslo ya- El libro de las aguas, la última novela publicada de Alejandro López Andrada, es un autoplagio de su propia novela Bruma (Huerga&Fierro, 1997). Para determinarlo así ni siquiera hace falta la inquisidora labor del filólogo crítico, sino que el más vulgar de los lectores se dará cuenta enseguida de la ocurrencia, por lo que no me afanaré aquí en resaltar las semejanzas, que son ellas toda una. No es que se trate de dos novelas iguales: es que es la misma novela, con distinto título y con ligeras modificaciones en el texto.
Por un momento pensé que la cosa habría sido planteada así abiertamente por el autor, como una actualización o reedición corregida de una obra anterior, pero, por más que he buscado en las entrevistas que estos días se han publicado en prensa sobre el nuevo libro, no he encontrado ni la más mínima alusión al hecho destacable de que no estamos ante una nueva novela, sino ante una vieja narración parcialmente reescrita (véase, por ejemplo, El País y el Córdoba, donde el propio autor se refiere a El libro de las aguas como "mi nueva novela"). Tampoco en ningún lugar del nuevo libro se hace alusión a Bruma, que ni siquiera se cita entre las obras anteriores del autor. Me abstendré de momento de mayores comentarios críticos, visto que en este lugar siempre pisamos terreno peligroso, pero el hecho merecería quizás algún tipo de explicación por parte del autor -y no digo ya del editor- antes de que todos empecemos a pensar que estamos ante un fenomenal timo literario.
Bruma (Huerga&Fierro, 1997). Comienzo del capítulo 1 titulado "El retorno"
EL viento del sur, como en los años de mi niñez, ha vuelto a hundir en mi alma un olor a espliego. Piso de nuevo la misma tierra, el mismo camino; todo parece igual, nada ha cambiado: el silencio y las ruinas, la soledad, y un perfecto abandono, siguen siendo los dueños de este paisaje: igual que siempre. Sin embargo, miro hacia atrás y no me conozco. Soy un extraño en este lugar inhóspito y muerto.
Han pasado treinta y seis años desde aquel día, y aún puedo oír los pasos crujiendo en la hierba, las voces nocturnas agigantadas por el viento, mi respiración jadeante entre los zarzales y las mimbres. De no haber llegado a saltar de la camioneta en aquel recodo del camino, hoy, sin duda alguna, no estaría aquí contando esta historia, sino enterrado en cualquier lugar criando ortigas. Sin embargo, aún estoy vivo, y puedo contado; y es por ello que he regresado a Bruma, mi pueblo natal, para narrar la oscura historia de mi vida, que parece ficticia, increíble, tal vez irreal, propia de un viejo relato aliñado por brujas y duendes.
El libro de las aguas (Algaida, 2007). Comienzo del capítulo 1 titulado "El retorno"
EL AIRE DEL SUR, COMO UNA FLOR DE ESCARAMUJO, ha hundido en mi sangre el aroma de aquel tiempo. He vuelto a pisar, de nuevo, el mismo mundo; todo parece igual, nada ha cambiado. El silencio, las ruinas, la soledad y un perfecto abandono siguen siendo los dueños de este paisaje: igual que antes. Sin embargo, si miro atrás, sólo veo lluvia y un hombre perdido huyendo entre las aguas. A pesar de intentado, no sé reconocerme. Me siento un extraño en este inhóspito rincón, en este paraje herido por las sombras donde no habita nadie que no sean los autillos cruzando, al anochecer, el cielo negro. En este lugar, ahora mismo, no soy yo. Aquél que escapó de esta tierra desolada, tras sortear la muerte, ya no existe. Sólo flotan escombros dentro de mi alma. En mi corazón fermentan los recuerdos.
Han pasado treinta y seis años desde aquel día, y aún puedo sentir los pasos crujiendo en la hierba, las voces nocturnas agigantadas por la brisa, el jadeo de mi respiración en las espadañas. De no haber llegado a saltar de la camioneta en aquel pequeño recodo del camino, no estaría aquí, sin duda, contando esta historia, sino en cualquier lugar criando ortigas. Sin embargo, estoy vivo y aún puedo contarlo, y es por ello que he regresado a este pueblo, Bruma (donde vi la primera luz hace muchas décadas), con el fin de narrar unos hechos de mi vida que, ahora, cuando los evoco nuevamente, parecen casi irreales, inverosímiles, como si fueran fragmentos de una imagen que, a mitad de la noche, la luna esboza en un cristal de una ventana azotada por el viento.
28 comentarios :
Pero hombre ¿Cómo se te ocurre cuestionar a nuestro eximio escritor oficial? Al ponerlo en evidencia sólo consigues que vuelvan a tacharte, desde las instancias culturales oficialistas, de envidioso y marrullero. Si es que algunas personas no sabéis nada más que "crispar" el ambiente.
Lo que pasa aquí es que la animadversion del editor de Solienses por López Andrada es clara y publica.
El Viento derruido lo valoró como muy malo con leer un capitulo, este libro como autoplagio leyendo un solo capitulo.
Creo que la objetividad brilla por su ausencia, ¿ por qué ese empeño en echar tierra sobre el que sin duda es mejor escritor de Los Pedroches y referente en la poesia cordobesa?
Creo que Solienses debería cambiar la coletilla de "Cultura en los Pedroches" por "Contra la Cultura en los Pedroches"
Supongo que tan grave acusación no se basa sólamente en la lectura del primer capítulo, sino que el crítico habrá cotejado toda la novela, aunque no lo diga. Desde luego, los dos fragmentos que se reproducen se parecen "como dos gotas de agua".
Hombre, lo grave sería que plagiara a otros escritores, pero si se copia a sí mismo, allá él y sus lectores.
¿Ha intentado Solienses hablar con el escritor para saber si él lo considera una reedición o no? Como siempre A.Merino, en nombre de la cultura, intenta pasar por noticia sus propias conclusiones y descalificaciones.
Efectivamente, "El libro de las aguas" es una reedición mejorada de “Bruma”, que el autor JAMÁS ha intentado ocultar, aunque A.Merino lo presente aquí como su “gran descubrimiento”. López Andrada es el propietario de las dos novelas, y como propietario y autor puede reescribir, mejorar, reeditar, cortar y pegar lo que le de la gana.
Por otro lado, con “El libro de las aguas” hemos ganado todos: A su editor le interesa (esto es evidente), el autor corrige y mejora lo que hace 10 años escribió (ya que ahora lo hace desde la madurez literaria) y además, y creo que es lo más importante, como Bruma hace muchos años que no se puede adquirir, ahora con “El libro de las aguas” los lectores tenemos acceso a la compra de ésta novela y por tanto al disfrute de su lectura, sobre todo los que hemos descubierto a López Andrada no hace demasiados años, como es mi caso.
Y finalmente decir que, creo que ésta nueva edición ha visto la luz en su justo momento, ya que en éstos tiempos que corren más que nunca, hay que mirar al futuro sin las rencillas del pasado, basándose en ése valor, cada día menos apreciado por muchos, que es el perdón.
¡Enhorabuena Alejandro!
Querido Antonio,
me sorprende la empatía que observo en tus comentarios hacia mi querido y buen amigo Alejandro López Andrada.
Yo te pediría, ya que todos pertenecemos a esa hermosa tierra del Valle de los Pedroches, nos ayudemos, transmitiendo amor y confianza, para lograr la firmeza ante la adversidad de la vida, que como tú sabes, cada día que pasa es más corrosiva o agresiva hacia el Ser Humano.
Todos tenemos un por qué mirarnos a sí mismos, para ver y transmitir a los demás que antes de criticar al prójimo, debemos mirar nuestro ombligo a ver si realmente estamos haciendo el bien para con las personas de nuestro entorno, y aunque sólo sea por humildad, "respetar al prójimo" como a sí mismo.
QUISIÉRAMOS SER RESPETADOS
Antonio, no me gustaría que tomaras esto como un reproche, pero sí que lo tengas en cuenta, ya que escritores de la talla y categoría de Alejandro López Andrada, no nacen todos los años en el Valle de los Pedroches, es por ello que pido a tí y a cuantas personas puedan ayudar, que lo hagan con mensajes positivos de amor y cariño y nunca con ánimo de destrucción.
Pues las personas nacemos y crecemos para luchar y sobrevivir, y en esa batalla, tenemos todo el derecho del mundo a "acertar" o "equivocarnos".
Desde Barcelona, Cecilio Burón Rodriguez, con todos mis respetos para los lectores.
No hay que ponerse así ya que lo que A.Merino reprocha es que se hable de "nueva novela" cuando es una reedición con algunas modificaciones. No se puede hablar con rigor de una nueva novela y ésto nada tiene que ver con la calidad literaria de la misma. Y lo que está claro es que, gracias a Solienses, el panorama social, político, cultural, de la Comarca, está vivo, porque si solamente tuviésemos a la prensa/TV/radios provinciales, podríamos pensar que casi ni existimos.
Eso, eso, apoyemos sin dudar a nuestros emergentes intelectuales, y no se nos ocurra opinar desfavorablemente sobre ellos ni sobre sus obras, pues los pobrecitos intentan hacerlo lo mejor posible, y siempre, claro, en beneficio de sus lectores.
Sobre la calidad que se anteponga la razon corporativa del terruño.
Alejandro López Andrada no es el mejor escritor de Los Pedroches. Pero como esta afirmación está basada en el sentido del gusto y el gusto está demostrado que es variado y lo que a mí me parece excelente a otro le puede parecer dulzón y a otro puede parecerle algo picado, pues vamos a dejar ahí la cosa. Pero sería conveniente que desmenuzáramos las obras de los escritores de Los Pedroches para comprobar qué están aportando, no a su tierra, que ya es bastante, sino a la literatura en general. Sería como un aprendizaje que nos enriquecería a todos. Y luego, seguramente, llegaríamos a la conclusión de que tenemos excelentes escritores sin tener que decir cuál es el mejor.
Sobre lo que nos propone Antonio, aún no queriendo entrar en faena porque no he leído el texto, sí me gustaría decir que la idea de que un autor escribe siempre el mismo libro es cierta pero con muchos matices. La obra puede tener el mismo ambiente, respirar el mismo clima, incluso repetir personajes. Pero la obra resultante debe ser nueva. Alejandro es el más prolífico escritor de Los Pedroches pero esto tiene un riesgo. Si el editor me pide un libro nuevo yo tengo que entregarlo porque ese es mi contrato. Y se exprime al escritor. Entonces hay que echar mano de lo que tengo y tratar de escribir algo distinto. A veces sale y a veces no sale. Le pasa ya a García Márquez que tiene que recurrir a cortar y pegar,como un amable paisano ha dicho. Pero Alejandro todavía no es el divino "Gabo". En fin he tratado de explicar a mi manera lo que puede haber ocurrido. Pero lo que nos muestra Antonio en su página no huele demasiado bien máxime cuando todos hemos leído declaraciones del autor diciendo que se trata de una novela nueva, de ambiente gótico,romanticismo etc. Esperaremos para leer el libro entero.
Y otra cosa, Antonio sí hace cultura en Los Pedroches. Es crítico pero siempre nos deja la última palabra. No es crítico lietrario pero lee mucho y tiene derecho a opinar. Como todos nosotros.
Sin entrar en el tema central que aquí se señala, quisiera destacar que el precioso título "El libro de las aguas" tampoco es original, pues así se titula una obra de la poeta María Victoria Atencia: "Paulina o el libro de las aguas"
http://www.escritoras.com/escritoras/escritora.php?i=36
Alejandro deberá agradecerle a Antonio este descubrimiento, pues muchos ahora se comprarán los dos libros sólo para comparar.
Puestos a mirar con lupa, también hay que decir que no es cierto todo lo que Merino ha dicho: “Tampoco en ningún lugar del nuevo libro se hace alusión a Bruma, …“.
Si nos fijamos bien en los dos fragmentos que ha puesto Merino en éste artículo, podemos ver que en la parte copiada de “El libro de las aguas”, concretamente en el final del último párrafo dice: “Sin embargo, estoy vivo y aún puedo contarlo, y es por ello que he regresado a este pueblo, Bruma (donde vi la primera luz hace muchas décadas)…”.
Esto es prueba suficiente de que por una parte Merino se ha precipitado, cegado por su afán de censurar todo lo referente a Alejandro (que me gustaría saber por qué), y por otra parte está claro que es evidente que el autor no ha querido engañar a nadie, porque ya en el primer capítulo del nuevo libro lo primero que aparece es el nombre de BRUMA.
Aquí lo que hay es mucha envidia y afán por torpedear todo lo que no esté alineado con el editor de Solienses.
Cuando alguien, en los Pedroches, tenga una serie de premios equiparables a López Andrada entonces que hable, mientras tanto, el autor está por encima de "personajillos" que se creen con derecho de todo sin criterio, ni rigor literario.
También hay alguno que cree ayudar a López Andrada haciendo de portavoz suyo, pués también que se calle y deje que el autor hable o permanezca en silencio, como yo creo que debe estar y no rebajarse a "entrar al trapo" de alguien que como he dicho antes no ha mostrado más que animadversión y envidia al autor.
Es muy gordo acusar a alguien de autoplagio sin informarse de que efectivamente es una reedición revisada de BRUMA, como se adivina en los primeros parrafos del libro
El debate, creo yo, es si es una nueva novela o,como dice Alejandrina, "es una reedición revisada de BRUMA, como se adivina en los primeros párrafos del libro", en cuyo caso, el autor y el editor deberían haberla presentado como tal.
Y todo ello sin señalar este feo solecismo: "y es por ello que he regresado a este pueblo".
aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
En efecto, la versión de "hortigas" con hache se parece bastante a la de ortigas sin ella.
No querría ofender a nadie, pero creo que Antonio, que tan mesurado y que en otras tantas ocasiones acierta, hoy, en lo referente a ´López Andrada se ha equivocado, movido por su odio visceral hacia él. Si se hubiese tomado la molestia de hablar con López Andrada, sin duda que no hubiera hecho las afirmaciones que ha hecho. los que lo conocemos sabemos que El libro de las aguas es una reescritura de Bruma, una novela anterior, como muy bien ha explicado mi amiga alejandrina, con la que tuve el gusto de hablar un rato por teléfono sobre el tema. Por ello no tengo mucho nuevo que aportar y suscribo aquí sus palabras. ¿Acaso no es legítimo que un autor vuelva sobre su obra diez años después para mejorarla, siempre que se haga con honestidad? Los que lo conocemos no tenemos duda. Además, una entrevista dura 30 o 40 minutos y luego el periodista pone los dos o tres párrafos que más le interesan, sino los que hablan que hagan la prueba; no creo que él haya ocultado ese dato en ningún momento. Igualmente, se han vertido en la página afirmaciones muy rotundas sobre premuras y compromisos por contratos editoriales. Hay que hablar menos y conocer la realidad. En Los Pedroches no tenemos a ningún Gala ni a ningún Pérez REverte. Sobre el tema de si es o no el mejor escritor de la comarca, creo que es ocioso y será el tiempo el que lo sitúe en su lugar; lo que sí que creo que es indudable es de que es una de nuestras señas de identidad - junto a tantas otras -, uno de nuestros referentes culturales, con lo cual no creo justo que se le ataque tan desproporcionadamente. Le pese a quien le pese Alejandro está ahí y ha conseguido lo que ha conseguido. No creo que Alejandro entre al trapo, si es lo que algunos quieren; él debe de estar por encima de todo esto. Querría cerrar con las palabras de concordia, de amor, de sosiego, de tranquilidad, de reflexión que lanza Cecilio Burón.
Dejando de lado gustos y "calidades", hoy por hoy Alejandro López Andrada es un referente cultural de la comarca de Los Pedroches. Y Antonio Merino -Solienses- un referente de la agitación cultural a través de internet (labor posiblemente efímera, pero cuyo valor debemos también reconocer).
Antonio tiene derecho a criticar lo que le parezca; Alejandro, a cabrearse -o no- y, por supuesto, como todo escritor, a no entrar en debates con sus críticos, tanto si son favorables como, sobre todo, si son desfavorables; nosotros, a opinar lo que queramos de todo ello a través de los comentarios en páginas como ésta.
Todo ello, siempre que todos nos mantengamos dentro de unas reglas básicas de educación que impiden entrar en ataques personales.
Y ahora mi opinión sobre todo este debate: creo que a Alejandro le hacen un flaco favor quienes se alteran ante la aparición de críticas negativas (en este caso, centradas en la no alusión directa en el libro a que se trata de una "revisión" de una obra anterior, error que muy posiblemente podamos achacar más al editor que al autor...). La defensa de la cultura (y del valor de la obra de Alejandro como manifestación cultural de nuestra tierra) no creo que deba suponer la defensa a ultranza de la unanimidad en los gustos. Como alguien ha dicho, estas pacíficas "polémicas" hacen que se vendan (y se lean) más libros. Y eso es bueno.
Pues yo no veo las "equivocadas" afirmaciones del señor Merino en contra del señor Andrada. Simplemente nos hace saber, y nos da una prueba contundente de que, al menos hasta ahí, el nuevo libro es una reescritura del anterior.
¿Es acaso un pecado publicar ese descubrimiento?
Recuerdo que en un libro del señor Andrada, creo que era El viento derruido, el señor Merino descubrió que la portada era una foto de la calle Ramblilla de Pozoblanco, lo que expuso como un hecho curioso, teniendo en cuenta que para nada en el libro se habla de Pozoblanco.
Los que critican al señor Merino deberían cuestionarse si hay cosas que es mejor ocultar y no darles luz porque... ¿por qué?
Dejémonos de pamplinas, Alejandro ha intentado meter un gol y se lo han parado. Los periodistas publican lo que le dicn el autor y la editorial, y si estos le hubieran dicho que se trataba de una reedición, los periodistas lo hubieran dicho. Pero por todas partes se habla de "nueva novela", de su "séptima novela" y esto aparece tanto en declaraciones de Alejandro como en las notas de prensa. ¿Alguien puede aportar algún testimonio donde se diga que esta novela era la misma que Bruma?. Pues eso, que Alejandro quiso meter un gol y se lo han parado.
Lo que pasa es que ya parece una cuestión personal lo de Antonio con respecto a cualquier movimiento que Alejandro hace, por poner un ejemplo (aunque hay más):
- Calle dedicada a Alejandro en El Viso: Merino critica a Alejandro.
- Premio Fray Luis de León: Merino insinua que se lo dan porque Alejandro conoce al jurado.
- Libro de las aguas: Merino dice que es un "autoplagio" y un timo literario.
Esto lo que parece es una obsesión de Merino por Alejandro. ¡Ya está bien!
Pero ¿tiene razón Antonio en la crítica que hace en esta entrada? ¿No se avisa en el libro de que se trata de una revisión de un texto anterior? Si es así, me parece interesante saberlo...
OLE¡¡Ahi esas dos parrafadas que son fantásticas y demuestran una verdad a voces y lo dice una persona que posee todas las obras de Alej. y buen conocedor de su prosa de cal y encina.
Un saludo y mi más firme apoyo a lo afirmado por el autor del blog en el mismo.
Me parece muy valiente el autor de este blog (que acabo de descubrir, por cierto), que da su opinión abiertamente, mostrando la verdad y su identidad cuando la mayoría de los que contestamos aquí nos refugiamos bajo el seudónimo de anónimo (como veis, me incluyo). No sé si el autor de solienses tendrá algo en contra de Alejandro. Algunas personas publican en su comentario que, el autor de solienses, dice que Alejandro ha ganado un premio porque conocía al jurado. Él no lo dijo, fue otra persona, la que publicó el comentario.
Respecto al tema que se está tratando... poco más que decir que no se haya dicho ya. Sólo puedo exponer mi opinión:
Creo que en esta ocasión (no sé en otras, me ha sido imposible leer íntegros todas las entradas al blog sobre Alejandro) no ha ofendido al autor, simplemente ha sacado a la luz algo que ha descubierto. No sé si será cierto lo que se expone, lo que sí es cierto es que los párrafos coinciden.
A mí Alejandro me parece una gran persona, que esta haciendo mucho por esta tierra, que si tiene premios es porque se los ha ganado.
También digo, que a mí en particular no me gusta el tipo de literatura que hace. Porque mis preferencias literarias son otras. Esto no quiere decir que sea mal autor, me leído muchos libros de autores consagrados que no me han gustado, y a otros les encanta!
Tengo que decir que me he leído algunos libro suyos y que otros, al intentarlo, los he dejado sin terminar ya que el tedio me invadia al navegar por su páginas.
Pero como ya he dicho, que no me guste su literatura, no quiere decir que no me alegre cada vez que gane un premio, cuando lo han hecho hijo predilecto del pueblo donde ambos nacimos, que me alegre de encontrármelo por la calle y saludárlo...
En fin, sea como fuere, le mando un abrazo anónimo a Alejandro para que la inspiración le alcance y no se tengan que prestar sus libros a evaluaciones de este tipo.
El diccionario de la Real Academia española define así plagiar:
(Del lat. plagiāre).
1. tr. Copiar en lo sustancial obras ajenas, dándolas como propias.
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Bueno, bueno, bueno... Y digo yo: ¿Cómo va a ser "autoplagio" lo que ha hecho López Andrada? No sé si se habrá dado cuenta Solienses de que Alejandro no ha copiado obras ajenas, sino transformado su propia obra.
Por lo tanto, decir que a esto no se le puede llamar plagio, y en segundo lugar, apelar un poco al sentido común y no echar por tierra una gran novela y un gran trabajo como es "El libro de las aguas" sin haber pasado siquiera de la primera página.
A esto no se le puede llamar plagio, y por eso no se le llama plagio, sino "autoplagio", es decir, copiar en lo sustancial obras propias.
Ni plagio ni autoplagio... si pertenece a una obra suya ¿Cómo va a ser copiado? De todas maneras, mi recomendación es que lean ambos libros y luego juzguen, que me parece a mí que aquí hay ciertas personas que hablan mucho y no leen tanto.
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