Una piscina histórica

Una piscina histórica

Entrada a la piscina de Conquista.

Hace unos días se inauguró la piscina municipal de Conquista. Sorprende tanto el hecho de que el pueblo no contara todavía con este servicio tan básico como el que se hayan tardado seis años en contruirlo. La buena noticia, además de la propia de que los conquisteños podrán refrescarse más cómodamente este verano, reside en que los arquitectos de las nuevas instalaciones han puesto en práctica una norma que debería ser habitual en nuestros pueblos, como es el reutilizar antiguas edificaciones que forman parte de nuestro pasado histórico para acondicionarlas a nuevos usos acordes a los tiempos actuales, de modo que se conjugue la conservación del patrimonio arquitectónico con los avances sociales de la localidad. En este caso, cabe destacar que la piscina de Conquista ha adaptado para vestuarios la antigua carbonera de la estación del ferrocarril de vía estrecha, contribuyendo así al mantenimiento futuro de unas instalaciones que de otro modo seguramente hubieran acabado despareciendo con el tiempo (como lo han hecho ya tantas otras infraestructuras vinculadas a esa línea). El esfuerzo de integración del viejo edificio, que además confiere un interesante valor histórico-artístico a las nuevas instalaciones, debe ser destacado como ejemplo para futuras actuaciones y como demostración de que la conservación del patrimonio histórico de lo que llamamos arqueología industral no tiene que ser necesariamente una carga para los municipios, sino que puede fácilmente ser asumido, con un mínimo esfuerzo económico suplementario, a través de su incorporación con un nuevo uso al entramado urbano de los servicios públicos de cada localidad.


Vista exterior de la antigua carbonera del ferrocarril, convertida ahora en vestuarios de la piscina de Conquista.