Pedro Tébar y los miedos ancestrales

La obra ganadora, que será publicada próximamente por la Fundación José Manuel Lara, forma parte de una trilogía sobre Los Pedroches que el autor anda construyendo: Música en la almohada cuenta las historias de su infancia, Canción de la madre agua está basada en relatos que poseen una base real, y la tercera, que está elaborando, será una novela que resuma todos los ingredientes para convertirla en "una épica de Los Pedroches", según declaró el autor en el acto que dió a conocer el fallo del jurado. Por lo demás, el compromiso de Pedro Tébar con la comarca no es solamente literario: allá nos lo hemos encontrado participando activamente en todos los actos convocados para reclamar que el tren pare el Los Pedroches.
Por cortesía del autor, Solienses publica en exclusiva unas líneas de uno de los cuentos de la obra premiada:
" Se decía antiguamente, cuando había afiladores por las calles y de tarde en tarde, en las encrucijadas, una mujer muy sucia y una cabra bailaban y cantaban al son de una trompeta, que los húngaros se llevaban a los niños y había que cerrar muy temprano las puertas de las casas. Se decía también que la sangre y la grasa de los desaparecidos servía para alargar la vida de los tísicos y los tuberculosos. Todo esto se decía en Mardencina cuando, sin saber muy bien ni cómo ni por dónde, llegaban a las plazas unos hombres risueños de dentaduras doradas, de manos y dedos dorados, que llevaban colgada de sus hombros la lámpara de Aladino. Y, en las manos, un artilugio de metal, también dorado, que, movido con la habilidad de un campanero, repiqueteaba, din dan, din dan, y anunciaba a todos su presencia. Aquel sonido se alargaba por las calles adoquinadas, entraba en las casas por los postigos y llegaba a las cocinas donde la abuela mondaba y partía las patatas que había traído el abuelo del huerto. Y la abuela se santiguaba y suspiraba. Luego miraba hacia la puerta y veía pasar, din dan, din dan, la sombra de oro del quinquillero."
3 comentarios :
Felicidades a Pedro Tébar por ese premio tan merecido y porque guarda, con sus libros, la esencia de nuestra Comarca; esa esencia que explica muchas de las cosas que suceden a diario y que, a veces, no tienen explicación desde otra óptica.
Felicidades y ehorabuena, jarote.
Este anciano pedagogo quisiera nuevamente y desde este medio, Solienses, volver a felicitar, como ya lo hizo ayer mediante las páginas del "diario CORDOBA", a otro ilustre escritor y fuerza viva de nuestra comarca.
Gracias a Pedro, por contribuir a la defensa de los intereses comarcales y, más todavía, por hacerlo desde la parcela de la cultura y el mérito de la docencia. Podrá ser que nuestro aislamiento sea únicamente de infraestructuras, pero la fuerza y el poder de su palabra, el compromiso y la apuesta por mejorar lo de todos los pedrocheños,-tanto tiempo en el olvido-, le hancen merecedor de mis más sinceros reconocimientos.
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