Respetuosa veneración
Cuando visito los cementerios, me gusta detenerme en la parte más antigua, donde se iniciaron los primeros enterramientos, porque allí pueden encontarse, a veces, pequeñas joyas artísticas que suelen pasar desapercibidas en el ambiente habitualmente tétrico que envuelve a los camposantos. Ya en una ocasión me referí a ciertas lápidas que se conservan en el cementerio de Pedroche, que me parecieron poseedoras de un gran interés, y ahora de nuevo he recogido estas dos, que se hallan en el cementerio de Pozoblanco, en las que percibo una delicadeza ornamental que no se encuentra ya en las lápidas más modernas, casi todas ellas de serie y sin la más mínima elegancia decorativa.
Lápidas del cementerio de Pozoblanco
En la zona media de casi todos los cementerios, en cambio, pueden encontrarse estas otras, documentos de nuestra historia, voluntad de familiares que sin remordimientos han condenado a sus difuntos a cargar con el rencor para toda la eternidad.
4 comentarios :
Respecto al tema de ritos y cementerios, un buen amigo de Torrecampo, tras pasar alli todo el día en un ambiente muy festivo, me quede sorprendido,cuando tras la despedida, a eso de las nueve de la noche, me comentó que antes de irse a casa iba a visitar el cementerio.
Mi pregunta fué la siguiente ¿ahora? ¿de noche?.
Pero cuando me quede de piedra fue cuando me convencio para que los acompañasemos y pudimos ver como decenas de personas visitaban DE NOCHE el camposanto torrecampeño,perfectamente iluminado.
Ignoro si esta costumbre se hace en mas lugares o solo en Torrecampo, en cualquier caso es una costumbre muy peculiar.
No se si tienes contactos en Torrecampo, Antonio ,o hay algun amable tiznao que nos pueda hablar de esta curiosa costumbre.
Fue una experiencia algo extraña, pero agrdable.
Amigo Antonio, te adjunto otra curiosidad de la lápida de los padres del arcipreste viejo, y es que tiene la firma de Mateo Inurria. No lo ha captado la máquina pero conste en el borde.
Yo soy de Torrecampo. Esta curiosa costumbre creo que viene de los años 50. Por aquellos tiempos, el hijo de un electricista murió, y su padre, todos los años, decoraba para estas fechas su tumba en la tierra con muchas luces, a la manera de los árboles de Navidad actuales. La gente del pueblo iba por la noche a presenciar tan precioso espectáculo...
Si mal no recuerdo, este fue el origen de la tradición en mi pueblo. De todos modos, dentro de dos semanas vuelvo para Torrecampo (estoy estudiando en Madrid) y prometo investigar la curiosa costumbre.
Es cierto que se realiza este rito en el pueblo. Yo, por ejemplo, lo realicé el pasado jueves por la noche con mis amigos, y mucha gente nos acompañaba en búsqueda, quizá, de tranquilidad, paz, sosiego... Hace unos años se adecuaron las instalaciones del camposanto, embelleciendo el recinto con flores, e iluminándolo. La visión es fabulosa: en medio de la oscuridad, parpadeantes velas de llama amarilla descubren su fuego a través del plástico rojo...
¡Un saludo!
Aquí dejo el artículo al que me refería ayer: http://www.torrecampo.es/DOCS/1191580095.pdf
Está en la página 26. No recordaba la mayoría de los detalles...
¡Un saludo!
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