Crisis
El alcalde de Pozoblanco deberá explicar algún día por qué ha permitido que se llegue a esta situación, a este espectáculo bochornoso tan poco edificante. Lo vivido durante esta semana en Pozoblanco me parece tristísimo, un enfrentamiento cívico digno de mejores causas. La guerra de comunicados, ruedas de prensa, entrevistas, trípticos y arengas de todo tipo supone el fracaso total del procedimiento político, una suspensión absoluta del estado de concordia que debe presidir la vida municipal, incluso en el desacuerdo y las posturas contrarias. Una intolerable quiebra de la racionalidad que no se olvidará fácilmente y que habrá causado en la conciencia ciudadana heridas profundas que tardarán mucho tiempo en cicatrizar. Y todo por nada.En ninguna de sus intervenciones públicas el alcalde ha sido capaz de justificar su postura con coherencia. Su apelación a la legalidad dejó pronto de resultar irritante para volverse patética, una tabla de naufragio a donde aferrarse desesperadamente, un conejo tramposo en la chistera. Los ciudadanos querían saber por qué y sólo supieron por qué no. Sin necesidad de ello, el alcalde ha ofrecido una imagen agotada de sí mismo y se ha manifestado incapaz de ponerse al frente de una demanda exigida colectivamente por aclamación. Nadie le hubiera reprochado el fracaso, pero todos le imputarán su falta de compromiso real con la resolución de un problema cuyo significado simbólico quizás no ha sido capaz de comprender: el salto de un Pozoblanco decimonónico a una ciudad del siglo XXI.
Ignoro aún las repercusiones que los sucesos relacionados con la alineación de la avenida Marcos Redondo tendrán en la vida política de Pozoblanco, incluida la del propio partido socialista, que no saldrá indemne del atolladero. La radicalización de algunos discursos no se hubiera producido si el problema se hubiese afrontado de otro modo y quien hubiera debido evitarlo resultará necesariamente el más perjudicado, pero no será el único. Se han alimentado arroyos que quisiéramos secos, se han regado flores que mejor estarían marchitas. La historia política reciente ofrece modelos de ejemplaridad en los que aprender y el suspenso debería alentar conductas personales que permitan una última redención, un postrero gesto de pundonor. Quizás en la soledad de la conciencia se alberguen todas las razones, pero la vida pública requiere una transparencia incompatible con los arcanos místicos.
Manifestación en Pozoblanco en favor de la alineación de la avenida Marcos Redondo: Fotos y vídeos. Manifiesto
Actualización 19-4-08
- Unas 4.000 personas piden la alineación de Marcos Redondo (Córdoba)
- Más de 4.000 personas reclaman la alineación del Paseo Marcos Redondo (El día de Córdoba)
- 4.000 personas, por el ensanche de Marcos Redondo (ABC)
4 comentarios :
Si yo estuviera en su piel y leyera este comentario bien titulado "Crisis", la que su torpeza política ha provocado en Pozoblanco y acabará pagando su Partido en las próximas elecciones municipales, me moriría de vergüenza. Si la tiene, rectifique ya de una puñetera vez, o ¡váyase por donde ha venido, necio!
Un acontecimiento tan grave, de esta naturaleza, exige en un país democrático la dimisión inmediata. Como se puede aún mantener en la poltrona quien pone a Pozoblanco en pie por incapacidad de dar soluciones políticas y funcinales. Que además son de estricto sentido común. Si no es capaz de resolver esto, que está a la vista de todos, que no hará con otros asuntos que no salen a la luz. Los políticos estár para resolver, no para crear problemas. Ni el Pueblo quiere tan poco legulegos de cortas miras. Para eso no los necesitamos.
El primer impulso ha sido borrar el comentario del anónimo primero, cuando he leído la palabra "necio". Luego, tras mirar su significado en el DRAE, he pensado que el término no tiene por qué ser necesariamente un insulto.
¿"Un postrero gesto de pundonor" sería la dimisión?
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