La Casa de los Velarde de Añora

La Casa de los Velarde de Añora

Fachada de la Casa de los Velarde de Añora.

El Ayuntamiento de Añora tiene la intención de adquirir próximamente la denominada Casa de los Velarde, situada en la Plaza de las Velardas de esta villa. Se trata de una buena noticia para el patrimonio histórico-artístico de la comarca, pues no cabe duda de que la intervención del consistorio noriego garantiza el mantenimiento y recuperación de las estructuras arquitectónicas de este edificio y la preservación de los valores históricos y artísticos que alberga. Al parecer, se tiene la intención de ubicar en este nuevo espacio de propiedad municipal el futuro museo etnológico de la localidad, en el que tendrá un lugar destacado todo lo referido a la Fiesta de la Cruz.

La Casa de los Velarde constituye la única vivienda señorial que existe en Añora y, por tanto, representa una singularidad patrimonial en el conjunto urbano de la localidad. Su construcción data de comienzos del siglo XVIII, siendo sus primeros moradores Miguel Ignacio Velarde Tello e Isabel Fernández de Lama, que contrajeron matrimonio en 1709.

Miguel Ignacio Velarde Tello era natural de Torremilano (hoy Dos Torres) y descendiente de la poderosa familia de los Morillo-Velarde, una estirpe de caballeros hijosdalgos asentados en aquella localidad desde hacía varias generaciones. Isabel Fernández de Lama, por su parte, pertenecía a una familia muy influyente en Añora. Su padre, Miguel González Bermejo, había sido teniente de gobernador del Marqués del Carpio en 1699-1700, su hermano Bartolomé Sanz de Lama fue presbítero vicario de la iglesia parroquial y dueño de una cuantiosa heredad y su tío Fray Juan de San Bernardo ocupó el cargo de Provincial de la Orden de San Francisco en Granada.

En esta casa nació Bernabé Velarde Tello en 1719, quien, siendo el segundo hijo del matrimonio, se labró un notorio curriculum eclesiástico: colegial en el Mayor de Cuenca, catedrático de cánones en la Universidad de Salamanca (1756-1772) y canónigo de la Santa Iglesia de Córdoba, donde murió en 1778. Casas-Deza lo considera un “varón de gran saber y virtud que gozó de mucho concepto y reputación en toda España”.

La casa, con planta baja y encamarado, ocupaba en su origen, según la tradición, toda la manzana de viviendas en la que hoy se encuadra, aunque tenemos noticias de que a mediados del siglo XVIII ya se hallaba fragmentada. Habiendo sido su distribución muy modificada a lo largo de los siglos resulta imposible determinar en la actualidad qué estructura presentaría en su época de esplendor, aunque es fácil imaginarla similar a otras casas señoriales semejantes de Dos Torres o Pedroche.

El elemento artístico más valioso del conjunto es su fachada, que presenta una portada de granito compuesta por ciclópeas jambas y dintel lisos, rematados por un frontón partido con pináculos. Se trata de una composición sin paralelos civiles en la comarca, a pesar de su clasicismo barroco. De entre las alas del frontón surge un cuadro a modo de ventana, que quizás cobijase en su día el escudo de armas del linaje de los moradores y que hoy esta ocupado por una imagen irreconocible, evidentemente postiza. El recuadro, flanqueado por volutones, está rematado con un frontón curvo y una venera en su tímpano. El conjunto recuerda al escudo de los Morillo-Velarde de Torremilano que se conserva en la calle Parra de Dos Torres.

Siguiendo el modelo de numerosas construcciones nobiliarias, que producen en sus respectivas localidades modificaciones urbanísticas de cierta relevancia, resulta probable que la plaza que se extiende frente a la vivienda fuera abierta al tiempo de su construcción, como manifestación señera del poderío familiar. Con el tiempo, las herederas femeninas del linaje, que siguieron viviendo en la localidad (al contrario que los descendientes masculinos, que mostraron siempre su voluntad de volver a Torremilano, donde se les ofrecían mayores oportunidades de promoción y riqueza), acabaron, gracias al genio popular, dando nombre a la plaza, que desde tiempo inmemorial es conocida en la localidad como Plaza de las Velardas.