Territorios míticos, geografías inventadas
El territorio mítico de Los Pedroches.
La suerte que tienen los escritores de Los Pedroches es que no necesitan inventar ningún territorio mítico. Basta con que observen, se sumerjan, se empapen de la realidad que les rodea y sean capaces luego de expresarlo de modo convincente. La geografía de sus sentimientos ya existe, antes de que la crearan Rulfo o García Márquez. Así lo entendieron Muñoz Molina o Llamazares, que simplemente copiaron con sensibilidad a su tierra en el papel, mientras que Luis Mateo Díez o, sobre todo, Benet se han perdido en la tarea inmensa de crear de la nada lo que ya era. De Benet conocimos el destino: cuando se dió de bruces con el resultado de la invención se negó a aceptar su existencia.
Hasta el momento, el más sólido intento de entregar a la literatura una visión mítica de Los Pedroches lo ha llevado a cabo Alejandro López Andrada, que estos días, por algún extraño azar, ha recibido el encomio de otros dos novelistas cordobeses, Gutiérrez Solís y Pérez Azaústre. Su propósito, sin embargo, ha corrido suerte diversa. Si bien en su poesía se percibe el aliento firme de una interpretación espiritual de esta tierra, con innegables aciertos e incluso pinceladas maestras, especialmente en su peculiar percepción e interpretación del paisaje y el territorio, sin embargo en su obra en prosa el logro resulta más discutible. Ignoro por qué figuras principales de la literatura española (Muñoz Molina, Llamazares, Caballero Bonald) han elogiado su obra narrativa en prólogos encendidos, regalando alabanzas por encima del merecimiento. Esta convicción, que resulta evidente desde la más somera crítica literaria, no suele ser entendida desde otros acercamientos solidarios, habitualmente más emocionales que artísticos, ignorando probablemente que la defensa pueblerina de una obra no beneficia a un autor al que queremos analizar ya desde la perspectiva de una figura que ha alcanzado cierta posición en la literatura andaluza y que la crítica, incluso severa, de una obra no representa necesariamente un rechazo al autor, sino sólo una reflexión estilística sobre sus tanteos, en espera ilusionada de un acierto mayor. Porque el surco poético de Alejandro ya no admite réplicas: su nombre está escrito para siempre en la historia literaria de Los Pedroches, tiene garantizada su pequeña inmortalidad en los anales artísticos de nuestra tierra y goza del privilegio inconmensurable de contar con discípulos aventajados, y no sólo Francisco Onieva, que ya supera al maestro, bebiendo ambos de las mismas aguas superiores, sino también otros que callan o aún estan por venir.
Con anterioridad a Alejandro, hubo otros intentos de conformar una imagen literaria de la comarca y en esos conatos incluyo a Hilario Ángel Calero y, sobre todo, a Antonio Porras, el único que, hasta el momento, ha sido capaz de ofrecer una construcción artística acabada del territorio pedrocheño y ello, aumentando así la paradoja, a través de un texto no propiamente poético sino ensayístico. Su obra Prácticas de economía popular observadas en la villa de Añora (1914), independientemente de su interés en el campo del derecho consuetudinario y del estudio de la tradición popular, constituye la más relevante muestra literaria de geografía humana de Los Pedroches, mientras que su producción estrictamente narrativa (novelas y cuentos) no ha logrado alcanzar, ni de lejos, tal sustento, a pesar de los elogios del mismísimo Azorín.
En el campo del relato dos autores comarcales han publicado en los últimos años varias obras que caminan también en esta dirección, y no me detengo en Juan Bosco Castilla (El farero, 2005), cuyo interés, de momento, parece más centrado en la intriga argumental que en las devociones telúricas, incluso en su obra Cuentos de Los Pedroches (2001), donde la presencia de la comarca es más un recurso estructural para dar coherencia a la diversidad que un objetivo de representación territorial. Francisco Antonio Carrasco, por su parte, ha situado sus dos libros de relatos publicados hasta el momento (El silencio insoportable del viajero y otros silencios, 1999 y La maldición de madame Bovary, 2007) en la imaginaria Villaviciosa, una localidad que los pedrocheños reconocemos fácilmente, porque es la nuestra, la de cada uno, aunque no se nombre. Carrasco cuenta historias secas de perdedores en la España rural del franquismo que, sin embargo, podrían ubicarse sin desarraigo en cualquier otro territorio de aquella época de tristezas, porque el fiero sentir de los personajes domina sobre sus entornos. Pedro Tébar, en cambio, inició con Música en la almohada (1999) una apuesta arriesgada por definir con firmeza el territorio mítico de Los Pedroches, no una geografía inventada, sino una recreación artística de la tierra en que nació, atendiendo a su pueblo, a sus habitantes, a su paisaje, a sus historias y a sus ritos. Su universo particular se llama Mardencina y los relatos de aquel primer libro buceaban en el mundo de su infancia, devolviéndonos con su exquisita prosa clásica unos modos de vida y unas formas de ser y pensar todavía hoy familiares, no obstante su lejanía.
Ahora, Pedro Tébar acaba de publicar Canción de la madre del agua, libro que resultó ganador de la cuarta edición del Premio Internacional de Narrativa Corta Generación del 27 y que ha editado la editorial Renacimiento. En esta ocasión, Tébar compone un catálogo de leyendas que oscilan entre lo tradicional y lo histórico, entre lo que llamamos popular, recogido de la transmisión oral, y la transformación legendaria de hechos más o menos históricos aprendidos en los libros, que se citan. El resultado es necesariamente heterogéneo y menos unitario que en su anterior libro, aunque se recurra a la abuela contadora de relatos como hilo conductor de tanta diversidad. Las leyendas -de siempre o de nuevo cuño, pero con adobo propio- pretenden construir el universo mítico (ahora usado el término en su justo significado etimológico) de Mardencina, convirtiendo en reales las fábulas de la infancia y en leyendas los lances de la historia. Aquí están los mitos fundacionales ("La Virgen de la encina"), las señas del imaginario colectivo comarcal ("La reina Cava") y los pilares de su épica ("Las guerras y los hombres", sobre los enfrentamientos carlistas en La Garganta), aunque yo prefiera aquellas narraciones que conforman la verdad de esta historia, aquellas aprendidas al amor de la lumbre, aderezadas con la invención fabulosa de abuelas y tíos, que pudieron no ser verdaderas o serlo, pero que han formado y asentado la conciencia alegórica de los que nos sentimos orgullosos de haber nacido en nuestro pueblo: las culebras que mamaban a la recién parida, los fantasmas y aparecidos mendicantes de misas por cumplir, los guerrilleros de las frías noches de invierno en los cortijos, el muerto por un rayo, la inquietante presencia del tío Marango, del tío del sebo, del saco, el mantequero...
En la exposición artística de Tébar hay una doble labor de artesanía. Por un lado, una objetivación de conocimientos obtenidos desde la propia experiencia y las vivencias personales, inherentes a cualquier niño que ha aprendido en la enciclopedia de la vida callejera de un pueblo, y, por otro, el análisis de la materia antropológica desde fuera, como modo de captar todas las significaciones posibles de un relato que no podrían abarcarse exclusivamente desde lo meramente vivido. La Canción de la madre del agua no es, sin embargo, una obra de etnología, siéndolo, sino una creación artística de trascendencia espiritual, un análisis de mentalidades a través de la reflexión sobre los miedos colectivos y también los individuales. Pero junto con su Música en la almohada constituye, sobre todo, el primer logro literario en la creación de un universo poético de Los Pedroches, exclusivo e intransferible, donde lo que se cuenta identifica y lo que se percibe retrata interiormente. Resulta el redescubrimiento de un universo mítico que no es del autor, que no pertenece a su invención, sino que es de todos los que hemos mamado Los Pedroches, aunque haya sido Tébar quien le haya puesto mano y pintura, porque en el mundo fabuloso de la madre del agua, de la mamacabra, está el retrato de nuestra infancia, el cobijo de nuestros temores ancestrales y nuestras esperanzas imaginarias y la guía y referencia para el remedio de lo que ha de venir, si no es el olvido.
Para leer este verano. Compras:
El libro de las aguas, de Alejandro López Andrada.
La maldición de madame Bovary, de Francisco Antonio Carrasco.
Canción de la madre del agua, de Pedro Tébar.
34 comentarios :
La misma opinión de siempre, de la misma persona, que se repite hasta la saciedad dispuesta a ningunear al mismo autor, poniendo por encima de él o a su altura a cualquiera. En este caso lo decora con alguna frase amable hacía López Andrada, pero es todo lo mismo. Ahora, caída la musa Juana Castro, aparece Tébar como cima de la literatura en Los Pedroches.
Repasamos:
1.- ¿ Pone a Onieva a la altura de López Andrada ? ¡¡ QUE FUERTE !!
2.- ¿ Tébar ha conseguido "el primer logro literario en la creación de un universo poético de Los Pedroches" ? ¡¡ QUE FUERTE !!. ¿ Lo de López Andrada que han sido experimentos ?. No cree que a sus artículos le faltan frases como “Creo que” “Mi opinión es” etc..
3.- “Ignoro por qué figuras principales de la literatura española (Muñoz Molina, Llamazares, Caballero Bonald) han elogiado su obra en prólogos encendidos, regalando alabanzas muy por encima del merecimiento” ¡¡ QUE FUERTE !! ¿ Ha valorado usted que haya sido porque lo piensan así ? ¿ Se atreve usted a determinar el nivel del merecimiento de López Andrada por encima de esos autores ? Se olvida de Prada, García Baena y otro largo etcétera, también lo han elogiado aunque no haya sido en prólogos. Pero seguro que piensa que lo han hecho tras alguna intoxicación que nublaba su mente.
4.- “ignorando probablemente que la defensa pueblerina de una obra no beneficia a un autor”. Lo que no beneficia a un autor son las críticas y opiniones pueblerinas y subjetivas, hechas desde la prepotencia de un blog que dice defender la cultura en Los Pedroches. Ya da hasta risa cuando las quiere contrastar o poner al nivel de las de Muñoz Molina, Llamazares, Caballero Bonald, Pérez Azaustre o incluso Gutiérrez Solís.
5.- “Porque el surco poético de Alejandro ya no admite réplicas: su nombre está escrito para siempre en la historia literaria de Los Pedroches, tiene garantizada su pequeña inmortalidad en los anales artísticos de nuestra tierra y goza del privilegio inconmensurable de contar con discípulos aventajados”. Pues si no admite replicas, deje ya usted de darlas.
Solienses se está tragando poco a poco todas las críticas que ha ido realizando hacía López Andrada y su obra, ahora ya le asigna “cierta posición en la literatura andaluza” y “una pequeña inmortalidad en nuestra tierra”, pues espérese usted un poco más, que ya veremos hasta donde llega ese escritor, al que usted tanto le cuesta darle el lugar que realmente merece. Vaya buscando excusas para justificar reconocimientos y premios que están por venir y que usted y yo veremos.
P.D: Tébar no me parece malo, pero ignoro por qué figuras destacadas de la cultura en Los Pedroches, como Antonio Merino, le elogian y regalan alabanzas muy por encima de su merecimiento. Ignora tal vez el Sr. Merino que la defensa pueblerina y por amistad de una obra no beneficia a un autor. Aún así todos esperamos que después de estos tanteos de Tébar, venga un acierto mayor.
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Para leer este verano:
EL PODER DE LA HUMILDAD
de WHITFIELD, CHARLES L.
EDICIONES OBELISCO, S.A.
ISBN: 9788497774567
Fiuuu, cómo está la cosa. Me gusta, me recuerdan aquellos piques entre los fans de los Stones y los Beatles que tanto beneficiaron a ambas bandas.
Yo también voy a recomendar un libro para el verano: Maneras de ser español, de Julio Camba.
Por cierto, en él hay un capítulo dedicado a la literatura española de la época. De su época, se entiende.
Lo pasen bien.
Hay por ahi algun admirador anónimo de Alejandro que le está haciendo mucho daño (ya sabemos que hay amores que matan). Esa defensa numantina e irracional ante cualquier crítica a su obra se vuelve contra él.
joderrrrr, pero vamos a ver, si Muñoz Molina, Llamazares, Caballero Bonald, Pérez Azaustre, Gutiérrez Solís, Prada y García Baena elogian la obra de Andrada, ¿por qué les importa tanto a sus defensores que la critique Merino?.
LO QUE JODE ES Q MERINO INSINUE QUE NO LO HACEN OBJETIVAMENTE SINO POR AMISTAD. LO Q ÉL DICE ES OBJETIVO, LO DEMÁS INCOMPRENSIBLE.
NO OBSTANTE AL SOLIENSE LE HAN CALENTAO BIEN ESTA VEZ <:o)
De numantino e irracional tiene poco lo que escribe el primer anónimo, creo que da argumentos, opiniones y frases para que al menos se valoren un poco.
A mí me parece también un poco ofensivo que se compare a Onieva con Alejandro o que se ponga en duda lo que dicen grandes escritores, solo porque a Merino le estropeen su argumentación.
Los rookies como Onieva o Tébar tienen aún mucho que demostrar, que Alejandro lleva ya unos cuantos años metiendo canastas. Ahora, como en la NBA, pueden conformarse con llevarle la maleta
"Ya da hasta risa cuando las quiere contrastar o poner al nivel de las de Muñoz Molina, Llamazares, Caballero Bonald, Pérez Azaustre o incluso Gutiérrez Solís."
Y no se olvide de Azorín.
Al último anónimo "NO TE HAS ENTERADO DE NADA"
No entiendo muy bien la reacción del anónimo primero. No me parece que en este artículo se critique negativamente a Alejandro, al contrario, me parece que se hace un análisis bastante correcto de su obra. Además Solienses ya le concedió su premio al mejor libro del año, lo que implica un reconocimiento. No entiendo por qué se exige ese elogio sin ninguna reserva hacia una obra que, como la de todos los escritores, tendrá sus luces y sus sombras.
¿ Esto es elogio ?
"Ignoro por qué figuras principales de la literatura española (Muñoz Molina, Llamazares, Caballero Bonald) han elogiado su obra en prólogos encendidos, regalando alabanzas muy por encima del merecimiento"
¿ Poner a un novel como Onieva a su altura es elogio ?
Solienses concedió el premio a Alejandro, porque Merino no estaba en el jurado, de haberlo estado se lo hubiese dado a Juana Castro, aún sin presentar ningún libro
yo creo que han habido tantas desconsideraciones de esta web hacia Lopez Andrada, que todo es una gota más, otra gota más y ya cansa. Coincido con el ultimo anónimo con que el premio solienses fue a López Andrada muy a pesar de A. Merino. Eso sí después se aprovechó bien del autor para promocionarse.
vaya, si no le dan el premio solienses es que es envidia, y si se lo dan es que es para promocionarse. que mal contentar.
y en cuanto a las desconsideraciones, no sé a que se refiere, porque hemos tenido rodaje del libro de las aguas hasta en la sopa.
Es que en casa de los Tébar Castro con una buena cena y buen vino hasta las lagartijas parecen míticas
Conversación por chat entre un vecino de Los Pedroches y un internauta que no sale de casa y solo lee Solienses.
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Vecino: Que suerte, que el libro de Alejandro vaya al cine, está promocionando toda nuestra tierra.
Internauta:¿ El libro de las aguas es de López Andrada ? no puede ser.
Será de Tébar o Juana Castro y Alejandro lo ha plagiado.
Vecino: ¿ Como dices eso hombre ? si es el primer libro de un autor de nuestra tierra que va al cine, ahora mismo es nuestro escritor más destacado.
Internauta: Pues yo he leído que Onieva es mejor, y Tébar, y Castro.
Vecino: No hombre, Alejandro está reconocido por los escritores más importantes de Córdoba e incluso a nivel nacional: Muñoz Molina, Llamazares, Caballero Bonald, Pérez Azaustre, Gutiérrez Solís, Prada y García Baena.
Internauta: Pero lo habrán elogiado de casualidad, no habrán leído otra cosa en su vida.
Vecino: bueno te dejo que veo que te informas poco.
Internauta: ¿ Y las olimpiadas de Añora que, acontecimiento mundial no ?
Vecino: -- Vecino ha finalizado la sesión --
¡Otra vez Alejandro! ¡qué “jartura”!. Creo que mucha gente de la que opina no han leído sus libros, saltan sólo porque Antonio lo nombre, da igual en qué sentido.
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Y para variar, sé si alguien vio el sábado por la noche en el programa “Las mil y 1 noches” de la 2 de Andalucía, la entrevista que con motivo de la publicación de su libro “Decidme cómo es un árbol” le hicieron a MARCOS ANA de 88 años y que fue el último preso político del Franquismo. Amigo de los grandes de su época ( Alberti, Neruda, Miguel Hernández, ect,) encarcelado desde los 19 a los 42 años, torturado, con 2 condenas a muerte y una vida intensa e interesante dónde las haya, y qué ejemplo de sencillez y humildad. Me impactó. Desde luego si su libro es la mitad de interesante que su persona, no debe tener desperdicio.
Quise decir "no sé".
Es verdad que solienses con este tema aburre, mejor no diga nada, pq siempre vamos a saber lo que piensa de cualquier tema relacionado con este escritor.
Yo no sé si lo que quieren algunos es defender al escritor o indirectamente “linchar” al editor de esta página. Y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid...
Exacto, anónimo de arriba, ¡cuántos quisieran borrarlo del mapa y campar a sus anchas!
¿ Linchar al editor ? vaya por dos cositas como se ponen algunos, pero si aquí lo único que le han dicho es que es un poco prepotente y que tiene fijaciones, negativas y positivas, por determinadas personas. Lo cual no son más que otras opiniones de las tantas vertidas en esta web.
Ya lo decía el maestro Miyami "Dar cera, pulir cera".
Y en este santo valle nuestro todos campan a sus anchas, o se imagina usted al presidente de la mancomunidad temblando porque en este blog se diga que no da una. O al vicepresidente porque se diga no sabe contar visitantes a su feria de turismo.
Por un oído les entra y por el otro les sale.
El alcalde de El Viso informa que 311.215 personas participaron en sus encierros tradicionales, donde se soltaron 22.891 vacas. Cree haber superado ampliamente al torneo de brisca de Añora, aunque no dispone de imagenes por satelite para realizar el recuento.
Creo que nos deberíamos de ir a la playa o mejor que nos saliera gratis porque yo no puedo este año, he dicho "no puedo".Es increible la cultura como rompe esquemas en "Los Pedroches".Gracias Merino por poder y por ser como erees(no es hacerte la pelota que se lleva últimamente, sino que esto me gusta esto de poder hablar sin alterarse o exaltarse que me da miedo.)
La verdad que no debes ser muy malo por las entradas de "amónimos" que tienes pero está interesante, es increible hasta donde puede llegar el homo sapiens increible es como cojonudo no voy a decir "superbueno" porque ya suena a Americanada prefiero lo de muy bueno ó muy buena dependiendo de lo buena o bueno que esté el miembro.En fin corrijeme me hace falta, me hace falte leer un poco más y mejores autores porque se me va me pierdoúltimamente dudo "no Puedor"
o mejor dicho estoy o no estoy en LOs Pedroches una Tierra por descubrir,es mu fuerte colega esto eh liberta gracias una vez más Merino, bueno me gustaria defenderte de quien te ataque por las espaldas por que veo cierto hambriento de sabidurio leyente de libros de la nueva york y de la
Nacional Giografica que es inpresionante que me corrijan me gusta, seguiré aprendiendo de ellos, "es una gozada" Gracias a ellos me lo paso bien son como máquinas o como el encantador de perros aunque lo de las ...
A ver ¿ a quien se le ha escado un virus informático que habla solo, escribe frases inconexas, y deja comentarios en Solienses como el anterior a este ?
Quería decir escapado, es que ultimamente hablo como Don Manuel
Confieso no haber leído nada del Sr. Tebar, pero la curiosidad me ha llevado a pinchar en el extracto que hay en solienses.
¿ A todo el mundo le parece tan liado y complicado de leer como me resultó a mí ?
"En la bodega, un cuartete ruinoso, de paredes de piedras con arañas, que debió de ser en tiempos una cuadra y donde mi padre almacenaba ahora las garrafas de cristal verde con vino de Montilla, qué vino prefieres tú, Montilla, o Moriles Ruz, y el anís exquisito de Rute que él representaba, allí se colocaron las matanceras aquel año, alrededor de una artesa grande, llena de molondrosco, como una montaña rojiza y sangrienta. Todas llevaban el pelo recogido en gruesos moños o cubierto bajo un pañuelo. La más experta, arremangada hasta más arriba de los codos, movía y removía aquella masa con una sabiduría heredada y envidiable. Se llamaba Francisca y era una vecina cariñosa y amable que hablaba con mi madre todos los días cuando se acercaban con los cubos de agua al pozo medianero. Movía y removía, hasta que de pronto el revuelo, dónde está mi anillo, si yo me lo he quitado, pero dónde lo has puesto, aquí mismo, encima de la artesa, eso es que no te lo has quitado, que hiciste la intención pero que no te lo has quitado, pero, por Dios, Francisca, a quien se le cuente, cómo te dejas el anillo en la mano. Nosotros, que merodeábamos por todos los lugares como almas en pena, nos encargamos de pregonar ruidosamente aquel suceso."
Pero hombre Señor mío, no me sea como el Sr. Soliense, valorando las obras de López Andrada tras leer solo el prólogo o la primera página.
Profundice más que tal vez Tebar ha mejorado desde que escribió esto.
No obstante me recuerda este extracto a un anuncio de televisión de una voz en off que habla muy rápido y suelta frases como una ametralladora ¿ se acuerdan de la marca ustedes ?
Solienses opina de El Viento Derruido tras leer sólo el prólogo:
"Jamás osaría enfrentar mi opinión a la de autores tan principales. Y puesto que, sin necesidad de mi aportación crítica, ya ha quedado demostrada la grandeza de este libro de Alejandro López Andrada, creo que abandonaré su lectura y continuaré con la de Wolfgang Koeppen."
En el Libro de las aguas en un gran esfuerzo lee un capítulo completo y concluye:
"Esta tarde he comenzado a leer El libro de las aguas (Algaida, 2007), la última novela publicada por Alejandro López Andrada, y, habiendo leído tan sólo el primer capítulo, resulta que ya la he leído toda completa"
Pues como para todas sus opiniones se documente así, mal vamos.
Al anónimo que no entiende el fragmento de Tébar le sugiero que se lea primero el Ulises de Joyce o aquí, más cerca, Tiempo de Silencio, de Martín Santos, lectura de bachillerato, y así quizás aprenda algo.
Pues no he leído ninguno, pero si es como esto, no quiero hacerlo. Gracias
Ah!! ¿ compara usted a Joyce con Tébar ? ¡¡ que objetivo !!
Otra lectura de bachillerato propuesta por el MEC es "Alí Babá y los 40 maricones" no por eso debe ser buena ¿ no creen ?
Extracto del Ulises de James Joyce:
"O and the sea the sea crimson sometimes like fire and the glorious sunsets and the fig-trees in the Alameda gardens yes and all the little queer streets asid pink and blue and yellow houses and the rose gardens and the jessamine and geraniums and cactusses and Gibraltar a girl where I was a Flower of the mountains yes when I put the rose in my hair like the Andalusian girls used or shall I wear a red and how he kissed me under the moonish wall and I thought well as well him as another and then I asked him with my eyes to ask again yes and he asked me would I yes to said yes my mountainflower and I put my arms around him yes and drew him down to me so he could feel my breast all perfume yes and his heart was going like mad and yes I said yes I will yes.
"
Pues se entiende mejor este que el de Tébar
Pérez Azaustre ha escrito mucho sobre los Pedroches, y también Pedroche, en la hemeroteca de Solienses podemos leer esto:
"Pedroche, el pueblo, de donde toma el nombre la comarca, es un sepulcro alado con una percusión
de paz nocturna. Hay una calma escueta sobre el aire, una condición desde las sombras que se
esparcen del fondo de este valle, para poblar el cielo con misterios de muy variada y dúctil
condición. La riqueza de los Pedroches, que tiene su santo y seña en la finura carnosa del lechón,
en esa multitud de ibéricos alzados sobre los corazones de una mesa, tiene un símbolo escueto,
concentrado y rocoso, en esa torre alzada de Pedroche"
Lastima que el concejal de cultura de Pedroche no lea lo que se escribe sobre su pueblo, porque se hubiera evitado la metedura de pata y la osadía de escribir esto, ignorando que es una comparación con Territorio Comanche:
http://pedroche.blogspot.com/2008/07/cay-joaqun.html
Y para verlos en todo su explendor...
http://www.dehesasostenible.es/index.php?m=33
Con lo bonito que era el título y en lo que ha derivado.
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