Corpus 2010 en Añora
Preparativos para la fiesta del Corpus ayer en Añora.
La fiesta del Corpus es la unión de dos elementos que se funden como el agua y el aceite. De un lado, la explosión de júbilo popular que, no suficientemente satisfecha todavía con los excesos de la celebración de la Cruz, vuelve otra vez los ojos a la naturaleza para extraer de ella su inspiración estética, sensual. De otra, la severidad oscura del rito litúrgico, tan excluyente, hostil a cualquier invitación integradora, tan ajeno a sus principios.
Pues la fiesta del Corpus nació como una manifestación de exaltación y de prestigio que incorporó desde el principio elementos profanos, como el desfile de figuras (la tarasca, gigantes, diablillos, animales fabulosos, representaciones alegóricas) y danzas procedentes de la cultura popular. El papa Urbano IV, que la instituyó, quería una fiesta de exaltación y de júbilo en la que "todos, assi clérigos como legos, canten con gozo y regozijo" e invitaba a participar "cada qual con animo alegre". El triunfo de la Ilustración en el siglo XVIII elimina lo popular de la fiesta y se apodera de ella en nombre de la razón y el control social.
Hoy, la procesión del Corpus es una ceremonia triste que contrasta enormemente con el júbilo gozoso de la manifestación popular. Se trata, sin duda, de dos fiestas distintas, como lo demuestra el hecho de que raramente quienes participan en un rito lo hacen en el otro y diferente es también la actitud que irradian. Las mujeres y hombres que confeccionan las alfombras multicolores y convierten las calles en un estallido primaveral desprenden alegría y luz. La rigurosidad añeja de los participantes en el desfile transmite tristeza y sombra, de modo que cuando, como en la última fotografía de esta serie, la custodia se eleva solemne sobre las cabezas de los asistentes, un escalofrío de temerosa inquietud recorre la espalda y la memoria.
Preparando los adornos vegetales.
Dos mujeres colocan un ramo en una ventana.
Las aceras se adornan con macetas.
Alfombrando la calle Rastro.
Trabajo realizado
Mesa para reposar la custodia en la calle Río Jordán.
Trabajo en la calle Iglesia.
EL Chaparral se ha convertido en un rincón con mucho encanto.
Las niñas de la primera comunión depositan pétalos de flores sobre la mesa de El Cerrillo.
Adoración a la custodia.
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5 comentarios :
Excelente reportaje que ofrece una admirable imagen de las calles de Añora. Lástima que no podamos apreciar los intensos aromas de la juncia y el romero. Gracias por podernos dar la oportunidad de admirar estas obras de arte callejero y popular, a las que no se les da importancia y que pronto desapareceran.
que no se les da importancia??? tu has visto la de gente que habia en las fotos preparando las alfombras???
Repito: NO SE LES DA IMPORTANCIA, salvo en este blog. Pues como a tantas otras cuestiones de la Cultura Tradicional, antes se promociona cualquier "invento-supuestamente-rentable" que una tradición, como esta, que embellece y enriquece, tanto a sus creadoras/es como a todo un pueblo.
Y desaparecerá, también, pues las tradiciones lo son mientras las mantenga el pueblo, y quienes apareen en las fotos tienen una edad media evidentetemente avanzada. Y lo siento.
Antonio las fotos son maravillosas,tú como siempre promocionando la cultura y las tradiciones.GRACIAS
http://el-guijo.blogspot.com/search/label/Corpus%20Christi
TRADICIONAL SOLEMNIDAD DEL CORPUS EN EL GUIJO.
Saludos
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