Solienses 7

Solienses 7

Solienses cumple mañana siete años. El número, mágico desde la antigüedad, no invitaba a pasar por él sin señalarlo. Los días han sido tantos que convenía detenerse un momento y mirar, detenerse y hablar. Y el mejor modo de celebración me pareció, esta vez, romper la frialdad de las distancias digitales y charlar personalmente con algunos de los protagonistas de la historia de Los Pedroches y de la historia de Solienses durante estos siete años que ahora se completan. Exactamente, con siete protagonistas, uno por año. Hice una primera lista precavida con reservas, pero no hicieron falta. Las siete primeras personas a las que solicité el gesto aceptaron con agrado. Mi selección es particular y hasta cierto punto arbitraria, una entre otras posibles, pero la considero representativa de la cultura, la sociedad y la política de Los Pedroches, los tres ejes sobre los que habitualmente gira Solienses.

Son personas destacadas en la vida de la comarca, por una razón u otra, y que durante estos siete años han actuado, en mayor o menor grado, como referencias de Solienses. Hemos escrito de ellas y algunas de ellas han escrito también de nosotros, para ponderar o menospreciar, según conviene al genio humano y su cabal entendimiento de las cosas que suceden. Ahora, durante estas últimas semanas del primer estío, nos hemos reunido para hablar pausadamente de sus asuntos y de los nuestros, de Los Pedroches, del pasado y del futuro.

Usurpando la difícil tarea del entrevistador, les he preguntado por qué hicieron lo que hicieron y no otra cosa, por qué su mundo es así y no de otra manera, si se vive bien en Los Pedroches, si Los Pedroches tienen futuro o están condenados a la despoblación, el porqué de la no alineación, si los socios no productivos son un lastre, si Los Pedroches ya existen, si hay libertad en las plazas, si los contrarios todo lo hacen mal, si servirá de algo que pare el tren, si puede haber acierto en las restauraciones...

Quise entrevistas breves, de unos veinte minutos, pero raramente se cumplió el propósito. Algunas doblaron con creces lo solicitado y aquí estarán, a partir de mañana, junto con mis propias reflexiones sobre el encuentro y el destacado de sus ideas principales. La calidad técnica del sonido resultará, en general, deficiente, dado los precarios medios utilizados, que habrá que mejorar para próximas ocasiones, si las hubiere. Pero el contenido de las entrevistas bien merecerá un esfuerzo para los interesados, cuando el ocio veraniego permita solazarse en las opiniones de los otros y, muy raramente, en las mías propias.

Y así pasaremos por el hito que señala los aniversarios con la dulce calidez de la palabra, esa arma que confunde y distingue, que separa y une, que enreda la situación y la simplifica. Con el descubrimiento radical de que precisamente la falta de palabra constituye la más abundante fuente de conflictos entre los condenados a entenderse.