Del riesgo al conformismo

Concentración de comerciantes de la calle Mayor ayer ante el Ayuntamiento de Pozoblanco. [Foto: Quercus en ABC]
"Así les va y así nos va". Esta sentencia a modo de conclusión se la escuché hace unas semanas a un locutor de radio comarcal a propósito de la actitud que habían mantenido los comerciantes de Pozoblanco con motivo de una concentración religiosa en la localidad que supuso la venida de 800 personas de toda la provincia a Pozoblanco. La celebración transcurrió por la tarde y noche del sábado y durante todo ese tiempo ninguna tienda del centro de Pozoblanco permaneció abierta, a pesar de que la asociación de empresarios había recomentado la apertura excepcional. Es un hecho anecdótico, si se quiere, pero muy indicativo de la desorientación que durante los últimos años se percibe en el pequeño comercio de Pozoblanco, un sector siempre pujante en la localidad y del que parece haber desaparecido aquel espíritu arriesgado y emprendedor que lo hizo envidiable en toda la provincia.
Esa es la sensación que durante las últimas semanas se desprende del comportamiento colectivo del comercio en la ciudad: que Pozoblanco ya no es lo que era. Se percibe una oposición visceral a lo nuevo y triunfa el deseo de refugiarse en un pasado idealizado, como si la sociedad nada hubiera cambiado en los últimos veinte años. Resulta muy significativo en este sentido que el manifiesto de los comerciantes de la calle Mayor en la concentración de ayer contra la peatonalización lo leyera un empresario hostelero de 70 años, que dice seguir en activo todavía.
Manifiesto de los comerciantes de la calle Mayor de Pozoblanco contrarios a la peatonalización, leído ayer ante el ayuntamiento. [Sonido: ABC Punto Radio Pozoblanco]
Independientemente de las razones que puedan asistir a los comerciantes de la calle Mayor, no hay ninguna duda de que han equivocado radicalmente su estrategia reivindicativa. Desde el comienzo, sus medidas de presión han resultado antipáticas para un sector de la población, que ha visto en ellas más un enfrentamiento de carácter político que empresarial. El hilo de fidelidad que une al cliente con el comerciante es muy frágil y creo que no me equivoco al asegurar que, en muchos casos, los acontecimientos de los últimos días lo han roto quizás para siempre. Probablemente ellos mismos, en el fragor de la batalla, no lo perciban, pero desde fuera su lucha en contra de la peatonalización se entiende como un intento desesperado de aferrarse a formas caducas de relación comercial frente a propuestas novedosas de abrir la ciudad a los modos que hoy son comunes en el urbanismo moderno.