Las Olimpiadas Rurales en mi mente

Las Olimpiadas Rurales en mi mente

Prueba de la sillita de la reina, ayer. [Foto: Istagram danieljcalero].

Una de las razones por las que mantengo Solienses es para publicar aquí lo que a mí me gustaría ver y leer en otros lugares, y no lo encuentro. Por circunstancias personales, este año no he podido acudir a las Olimpiadas Rurales de Añora. Es la primera vez que falto, desde su creación. Realmente, nunca las he vivido desde dentro, que es como verdaderamente se disfrutan estas cosas, sino que me he integrado siempre en ellas como espectador, pero como un espectador muy especial. Porque mi intención al querer estar presente en la realización de casi todas las pruebas no era solo observar, disfrutar y aprender, sino que el impulso principal que me empujaba era ver y entender para luego contarlo. Les aseguro que es un modo diferente, único, de introducirse en espectáculos como este. Asistir desde el objetivo de la cámara de fotos, buscando ángulos novedosos, evitando lo rutinario en la medida de lo posible, te proporciona una dimensión de los hechos imposible de adquirir de otro modo. Mirar no sólo en un ejercicio de mera contemplación pasiva, sino con la severa obligación de obtener de allí esencias y fundamentos que luego poder plasmar en forma de reflexiones y balances. Así, cada año publiqué series de imágenes con las que trasladar al mundo lo que estaba ocurriendo en Añora, ofreciendo la cara más positiva del acontecimiento, sin por ello obviar la mirada crítica consustancial a este blog.


Atletas preparados para la carrera de sacos, ayer. [Foto: Twitter @Aliciachoquera].

Este año, ya digo, por circunstancias de última hora no he podido acudir y ahora, sí, puedo decirlo, echo en falta un trabajo como el mío, valioso no porque fuera bueno, sino porque era el único de esa naturaleza. Es cierto que el desarrollo exponencial de las redes sociales en los últimos tiempos ha multiplicado las referencias a las Olimpiadas en internet -como a cualquier otro fenómeno de dimensión colectiva-, pero advierto que se trata de una presencia superficial y pasajera. Los cientos de tuits alusivos que hemos querido también poner estos días en la cabecera de Solienses y las actualizaciones apresuradas de los muros de Facebook se perderán irremediablemente dentro de unas pocas horas en el submundo abismal de la red, de donde jamás podrán ya ser rescatados. Dentro de unos días, o semanas, quizás empecemos a conocer colecciones de fotos de calidad o vídeos que nos enseñen lo que en Añora está pasando durante estos tres días. Pero falta, increíblemente en estos tiempos de inmediatez informativa, la crónica puntual, diaria y ordenada de lo que sucede ahora mismo, aunque fuera solo a base de imágenes y pequeños comentarios. Este año no he encontrado en internet nada parecido a esto y esto, ni esto o esto, ni siquiera esto, y me temo que esta tarde tampoco encontraré nada como esto y mucho menos esto, por poner tan solo unos ejemplos. Y por eso, ahora ya lo saben, me entretenía yo -gozosamente- en hacerlo, porque me gustaba verlo. Este año, que no estuve allí, hubiera agradecido también encontrarlo en otro lugar, no dentro de dos semanas, cuando ya habrá otros acontecimientos que reclamen poderosamente nuestra atención, sino ayer mismo y hoy mismo. Esperemos que el año que viene haya más suerte.


Vista de la plaza de toros de Añora el viernes por la noche durante la celebración de la prueba del garrote [Foto: Twitter @Ana2t].


Jóvenes atletas descansan al final de una tanda de pruebas [Foto: Twitter @immg1995].


La Charanga El Trompetón, siempre animando el cotarro. [Foto: Istagram danieljcalero].