Los primeros libros del año
Durante este mes de marzo se han publicado los dos primeros libros de autores de Los Pedroches de los que tenemos noticia en este 2015. Por un lado, la novela corta Noches de chat y benzodiazepina, de la hinojoseña María Dolores Rubio de Medina, un relato que ya se publicó el año pasado en versión e-book y que ahora ha visto la luz en una pequeña tirada en papel. Se trata de tres cuentos que se entrelazan formando una sola historia en torno al pasado y el presente de Leo, un hombre atormentado por un oscuro episodio de su niñez.
Justo estos días, por otro lado, ha comenzado a distribuirse la última entrega del prolífico Alejandro López Andrada, que lleva por título El jardín vertical. Se trata de una novela protagonizada por Daniel, un hombre de mediana edad que, indignado por las circunstancias en que se halla, decide aventurarse en la ejecución de un plan muy arriesgado y demencial. Ambientada en un Madrid roto por la crisis y los recortes del Gobierno, la novela pretende resumir los últimos cincuenta años de nuestro país y ofrecer un retrato de la España actual, en cuya degradación política dice encontrar reminiscencias del tardofranquismo. Según ha declarado en las redes sociales, Alejandro concibe esta nueva obra como "un compromiso ético y estético, humano y social con la realidad actual que nos rodea".
3 comentarios :
¿Es posible que se pueda publicar tanto como hace Alejandro López Andrada sin que se resienta la calidad de su escritura? ¿o es que acaso nunca le abandona la inspiración?
Con la lectura del comentario anterior me ha venido a la mente un poema del actual candidato de IU a la Comunidad de Madrid, Luis García Montero, titulado BALADA O EPIGRAMA, que es muy corto y dice así :
Tu que has sido Disc-Jokey más o menos
por el sueño de tu generación,
sabrás seguramente que la vida
es un disco con dos revoluciones
que dura siempre, amor, nunca se raya,
nunca se raya, amor, nunca se raya,
nunca se raya, amor,
nunca se raya ...
Pues eso : nunca se raya, amor, nunca se raya ...
No entiendo el poema anterior ni lo que quiere decir. Hay que acostumbrarse a hablar claro para que las mentes obtusas captemos los mensajes.
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