La inscripción funeraria de Hieronimus en La Losilla
En un artículo recién publicado en la revista extraordinaria de la Fiesta de la Cruz de Añora de este año, el arqueólogo responsable de las excavaciones del yacimiento tardoantiguo de La Losilla en Añora, Fedor Schlimbach, da cuenta del hallazgo de una interesante inscripción funeraria encontrada en la nave central de la basílica durante la campaña de 2019. Se trata de una losa de mármol blanco con vetas azules de unos 84 x 32-33 centímetros y de un grosor aproximado de 8. En la cara superior bien alisada del soporte está grabado el texto en latín en doce líneas.
Según explica Schlimbach, el epígrafe fue hallado en su emplazamiento original y, aunque quebrado en unos once fragmentos, se conserva casi completo, a excepción de un fragmento de la esquina inferior derecha, lo que afecta a la legibilidad de las cuatro últimas líneas de la inscripción. En esta parte, lamentablemente, se encontraría la indicación de la fecha de muerte del difunto, que, no obstante, atendiendo a las características paleográficas del documento, podría datarse en las últimas décadas del siglo VII o en las primeras del VIII, es decir, en la última etapa de actividad de la iglesia de La Losilla.
Para la reconstrucción del texto de la inscripción, Schlimbach reconoce haber acudido a la autoridad del insigne epigrafista Armin Stylow, a quien atribuye los resultados de la siguiente lectura:
ITERANS CVRAM PRO DELICTIS
SVIS PIE VIXIT IN EVO
ROGATVR POTENTIA DI VT
DE SECVNDA EUM ERVAT TVTVM
NIHIL AMBIGVVS DE GRATIA
XPI QVI EVM A PVLVERE FINXIT
MVSITANTER VENIAM POSCIT
QVIA SVA DELICTA COGNOSCIT
XXXV IN HO[C] S[CLO]
VITAM DVX[IT---]
XVIII KL MAI FAT[---]-
TE MIGRAVIT ERA DC[---]
La traducción que proponen los autores es la siguiente: "Hieronimus. Constantemente preocupado por sus pecados, vivió piadosamente durante su vida. Se pide al poder de Dios le salve de la segunda (muerte) y así le otorgue seguridad. No pone en duda la gracia de Cristo que de polvo lo formó. Humildemente pide perdón porque reconoce sus pecados. Durante 35 (años) llevó una vida [---] en este mundo. El día 18 antes de las calendas de mayo (14 de abril) del año [---]cientos[---] de la era, se retiró [¿agotado?] de [¿la vida?]".
El nombre del difunto, Hieronimus, no aparece explícitamente en el texto epigráfico, sino mediante un "acróstico silábico" (uniendo la primera sílaba de los cuatro primeros versos impares, destacados por carecer de sangría inicial). Stylow considera que esta peculiaridad en la presentación del nomen convierte a la inscripción de La Losilla en "el único ejemplo de un acróstico silábico en un texto de prosa -y no solo en Hispania, sino también en todo el Occidente latino".
A continuación, Schlimbach, siguiendo a Stylow, aporta una serie de consideraciones sobre el contenido de la inscripción que, a mi parecer, han sido redactadas de forma precipitada y, algunas de ellas, más dirigidas a los grandilocuentes titulares periodísticos que al rigor de la comunidad científica. Así, se especula en torno al concepto patrístico de la "segunda muerte" y de la alusión a un pasaje del Génesis sobre la creación del hombre a partir del polvo (según los autores, la referencia a que Dios creó del polvo a Hieronimus "no tiene paralelo ninguno en las fuentes tardoantiguas de la Península Ibérica", lo que me parece, así, a bote pronto, sin haber investigado particularmente la cuestión, una afirmación cuanto menos atrevida, dado el carácter tópico de tal alusión bíblica en la literatura cristiana).
En cuanto al tal Hieronimus, el hecho de que fuera enterrado dentro de una iglesia pese a no ser clérigo (condición que nunca se hubiera silenciado en su epitafio), atestigua que pertenecía a una capa social alta. Si, como propone una de las hipótesis interpretativas del yacimiento, La Losilla fuera la iglesia propia de un terrateniente, "se podría sospechar que Hieronimus pertenecía a la familia del dueño".
Finalmente, los autores aprecian una intencionalidad literaria en el texto, en el cual perciben cierta disposición métrica mediante el empleo del cursus planus (un tipo de prosa rítmica que surge a partir del siglo IV, reemplazando a la prosa métrica antigua). Ello les lleva a relacionar al autor del texto (el propio Hieronimus o tal vez un amigo suyo) "con un círculo de literatos cuyos miembros solían componer e intercambiar textos y poemas (...) y aunque el texto de nuestra inscripción con sus pequeñas debilidades no llega al nivel literario de las obras de un Venantius Fortunatus o de un Eugenio de Toledo, por ejemplo, sí da testimonio de una cultura literaria en la clase alta de la Baetica en época visigoda".
2 comentarios :
Interesante.
Este ejemplo de interés poético en la redacción de la lápida, tan singular, explicaría entonces el genio literario de algunos vates nacidos en Los Pedroches, incluyendo aquí, naturalmente, a Paco Onieva y Pérez Zarco, ya aclimatados a nuestra dehesa, entre otros. ¡Cuántas veces me he hecho yo esa pregunta! ¿De dónde les vendrá a nuestros bardos esa facilidad en la composición de versos? Herencia de Hieronimus.
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