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El Premio Solienses se entregará en el Silo de Alcaracejos

El silo de Alcaracejos, ayer [Fotos: Solienses].

Desde la terraza superior del silo de Alcaracejos se ven casi todos los pueblos de Los Pedroches. Es el privilegio de estar en el centro de la comarca. "Allí está Villanueva del Duque, Fuente La Lancha, Hinojosa del Duque y en los días claros se distingue perfectamente el castillo de Belalcázar", me dice José Luis Cabrera, alcalde de Alcaracejos, mientras me va indicando. Y, por el otro lado, Villaralto, El Viso, Añora, Pozoblanco... "Este silo es uno de los edificios más elevados de Los Pedroches. No sabemos exactamente cuál es su altura, pero probablemente lo tengas que incluir en el ranking de los edificios más altos de la comarca que publicaste hace algún tiempo".


Hemos acudido a visitar el edificio del silo para ver las posibilidades de realizar allí este año la entrega del Premio Solienses. Buscamos siempre muestras relevantes del patrimonio monumental de Los Pedroches, donde habitualmente no se realizan actos de esta naturaleza, precisamente con la intención de llamar la atención sobre estas construcciones y darlas a conocer entre los asistentes a esta cita de la cultura comarcal en la que se ha convertido la ceremonia de entrega de nuestro Premio. El silo es un ejemplo muy destacado de arquitectura industrial, un ámbito monumental al que generalmente no se presta atención, quizás porque nos cuesta reconocer los valores históricos y artísticos de edificaciones relativamente recientes y que obedecen a principios estéticos contemporáneos. 


El silo de Alcaracejos fue inaugurado en 1970 con una capacidad para 4.000 toneladas de grano, por lo que está considerado el mayor de Andalucía. Pertenece al tipo D, según la clasificación establecida para estudiar todos los silos de España, que combina funcionalidad, sencillez y economía. Se trata de un silo de recepción del que existen 393 unidades construidas por todo el territorio nacional, siendo la tipología más extendida. Está formado por celdas de sección cuadrangular y muros de fábrica de ladrillo armado. Las filas de celdas laterales están apoyadas sobre el terreno, dejando un pasillo central de maniobra sobre el cual se sitúa otra fila de celdas de menor capacidad. La torre está situada en el frontal del edificio, quedando diferenciada del resto del cuerpo de celdas. Desde el punto de vista arquitectónico, se distingue una línea racionalista, inspirada por el International Style, que se introdujo en España en los años 50 y pasó a convertirse en el estilo arquitectónico dominante hasta los años 70. Se caracteriza por un énfasis en volumen sobre masa, el uso de materiales industriales ligeros, producidos en serie, el rechazo de todo ornamento y color, formas modulares repetitivas y el uso de superficies planas. 


Pasillo central de una de las plantas intermedias del silo y estructuras metálicas originales para la conducción del grano.

El silo de Alcaracejos, como los de Pozoblanco (1956), Hinojosa del Duque (1956) y Villanueva de Córdoba (1968), pertenecieron a la Red Nacional de Silos y Graneros, un proyecto impulsado por el Servicio Nacional del Trigo durante la etapa autárquica de la dictadura franquista para dotar a las zonas agrícolas españolas de una serie de almacenes de cereal. Los objetivos del proyecto eran posibilitar la compra de toda la cosecha de trigo a los agricultores, conservar una reserva nacional para garantizar el consumo, permitir la recepción en puerto del trigo de importación y eventual exportación y la adecuada manipulación del grano y selección y tratamiento de semillas. Los silos constituyen edificaciones monumentales, que sobresalen en el perfil urbano de los pueblos en los que se ubican y que sugieren, como se ha dicho en muchas ocasiones, un aspecto catedralicio por su grandiosidad y altura.


Tras su cesión al Ayuntamiento de Alcaracejos por parte de la Junta de Andalucía en 2010, la planta baja del silo de Alcaracejos ha sido reformada y adaptada como centro termal, configurándose como un gran atractivo turístico en Los Pedroches. Pero el resto de la construcción mantiene su estructura y forma primitiva y conserva muchos elementos de la maquinaria original, una parte integrada en las nuevas instalaciones balnearias y otra aislada todavía en su contexto inicial. La visita al silo constituye, por tanto, un viaje en el tiempo hacia unas formas de economía agrícola que tuvieron gran importancia en Los Pedroches del siglo XX, ahora combinado con las tecnologías más modernas (como su ascensor exterior que lleva hasta la terraza).


Todo esto lo podremos ver el domingo 22 de mayo, cuando nos reunamos allí para entregar el Premio Solienses 2022 a José Manuel Blanco por su novela Pueblo chico, infierno grande. El lugar no puede ser más adecuado y conviene plenamente a la obra premiada: ambos, el libro y el lugar, ofrecen una ocasión para el ocio y el esparcimiento, un chute de positividad con un punto disruptivo, una ofrenda rural al feel good. Y desde la terraza se ven todos Los Pedroches.

1 comentarios :

Sbtn | jueves, abril 14, 2022 11:28:00 a. m.

Gracias Antonio por elegir Alcaracejos y su Silo - ahora centro termal - para la entrega del Premio Solienses de este año. Tienes la enorme habilidad de ponernos delante de los ojos "patrimonios invisibles" y elevarlos de nivel al focalizar en ellos aspectos culturales de Los Pedroches. Te doy las gracias como mojino, como un enamorado más de La Comarca y del trabajo que desarrollas desde Solienses. También quiero felicitar al Ayto. de Alcaracejos por su preocupación por la Cultura y porque algo habrá tenido que ver para ser sede de la entrega de este premio. Verdaderamente la terraza de El Silo es un lugar único en Los Pedroches.

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