Los guerreros iberos de Sierra Boyera

Los guerreros iberos de Sierra Boyera

Las dos caras de la cerámica de los guerreros recién hallada en un yacimiento de Belmez (Córdoba), a la derecha, y sección de otra pieza con un guerrero con lanza [Foto: Araceli Cristo].

La preocupante sequía que vive el norte de Córdoba nos ha traído un regalo inesperado. Desde el año 2017 un equipo de arqueólogos de la Universidad de Granada dirigido por Araceli Cristo está excavando intermitentemente el oppidum ibero de Sierra Boyera (en el término de Belmez), un yacimiento habitualmente oculto bajo las aguas del pantano y que solo es accesible en periodos de sequía como la actual, cuando la península en la que se sitúa emerge de nuevo. Y estos días ha sido noticia gracias a un espectacular hallazgo que seguramente pronto se convertirá en un icono identificativo de toda la comarca del Guadiato.

Se trata de una cerámica de sección triangular y dos caras con dos guerreros en relieve que, con sus cascos, sus escudos ovalados y sus espadas íberas (falcatas) bien definidas, practican una lucha ritual incruenta. Otra cerámica de la misma factura, de una sola cara, representa a un tercer guerrero tirando una lanza. El yacimiento está fechado entre el siglo VI y II antes de Cristo.

Pablo González, arqueólogo director del yacimiento, en declaraciones a El País, ha sabido captar enseguida la importancia simbólica del hallazgo del prisma triangular de cerámica para el territorio donde se ha producido: “La emoción sube porque sabes que aportarás un elemento identitario a la zona. Es una figura antropomórfica que genera arraigo y empatía en la gente, y no existe paralelos de relieve cerámico con esa anatomía de piernas y gemelos”. 

“Son piezas muy sugestivas y singulares, no conocemos representaciones así en molde porque representan monomaquias de sociedades prerromanas de componente ritual, sin carácter violento, a primera sangre. Es realmente interesante”, explica José Carlos Coria, arqueólogo especializado en cerámica prerromana de las universidades de Valladolid y Granada. “El objeto se diseñó para transmitir esa simbología de la monomaquia, no es solo el dibujo y la técnica”, ensalza Coria. Pascual Perdiguero, arqueólogo especializado en protohistoria y cultura material de la Universidad de Alicante, por su parte, augura: “No he visto nada parecido en la Península y serán [los guerreros] un referente en arqueología protohistórica, por el contexto en el que son hallados y conservados con esa calidad artística. Lo interesante es que esas piezas no son de furtivos y por primera vez las tenemos ubicadas, lo que nos puede ayudar a entender esas representaciones. Pueden repercutir en la divulgación de los trabajos porque son muy vistosas de la cosmogonía y en cómo comprenden el mundo esas civilizaciones”.