La historia de un hombre que sufre
Serafín Pedraza, Alejandro y Juan Jesús Fernández [Foto: Solienses].Alejandro López Andrada presentó su nueva novela Un jilguero en el ático (Berenice) el pasado lunes en la sede de AFEMVAP de Pozoblanco. Inicialmente me llamó la atención el lugar elegido para el acto, pero después, sin embargo, me pareció una opción muy oportuna, en el sentido de que conviene disolver la idea instalada en nuestros pueblos de que la actividad cultural debe estar ligada necesariamente a la línea discursiva institucional y someterse a sus exigencias y principios. Afortunadamente, la sociedad goza todavía de cierta articulación que permite sortear las trabas impuestas por ciertos organismos públicos y es posible aún explorar cauces alternativos de difusión cultural.
El acto fue presentado por Juan Jesús Fernández Ruiz y contó con la participación de Serafín Pedraza Pascual. Serafín hizo un recorrido somero por la obra de Alejandro y presentó el nuevo libro como una novela perteneciente al universo literario clásico del escritor villaduqueño. Destacó la circunstancia casual de que este año se vayan a publicar tres obras del autor: la novela que se presentaba en ese momento, un libro de poesía infantil, que verá la luz próximamente, y el poemario ganador del Premio Claudio Rodríguez, Va oscureciendo, premio que precisamente le será entregado en Zamora el próximo 3 de junio.
Alejandro, por su parte, desgranó algunas claves de su obra. Un jilguero en el ático gira en torno a "alguien que huye de sí mismo y de las circunstancias. Se trata de una historia de amor romántico protagonizada por un sacerdote víctima de un falso testimonio que lo hunde totalmente a través de un terrible juicio mediático". El personaje, llamado Jesús, huye a la sierra de Almadén, junto a Guadalmez, "a una casita que realmente existe y ahí se reencuentra consigo mismo, con su infancia, con la naturaleza y con Dios". Alejandro definió su obra como "romántica y existencialista" y la presentó como "un homenaje a la gente sencilla y humilde ejemplificada en personas reales de mi propia infancia, gente de mi mundo que participa activamente en mis historias". Algunas de esas personas se encontraban presentes en aquel mismo momento y rememoraron con el autor diversas vivencias compartidas. El autor estableció paralelismos entre el protagonista de su obra y Jesús de Nazareth, "que también fue perseguido e incomprendido, ya que esta novela es la historia de un hombre que sufre y se recompone a través de los fragmentos de su memoria". Se trata, concluyó, de una "novela poliédrica, de amor humano y de amor a la naturaleza".
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