Vírgenes compartidas
La Virgen de las Cruces, durante su traslado a El Guijo en 2004.
Algún día habrá de estudiarse con rigor la importancia que han tenido las advocaciones marianas compartidas por varios pueblos de Los Pedroches en la cohesión social de la comarca. Juan Agudo elaboró hace unos años un modélico estudio en torno a las hermandades de la Virgen de Guía, centrándose en los elementos simbólicos de sus rituales como expresivos de las relaciones de poder subyacentes, y yo mismo, mucho más modestamente, apunté algo sobre el componente de reivindicación territorial que pudo esconderse en sus orígenes tras el culto a la Virgen de Luna. Pero a lo que ahora me refiero es a cómo el hecho de que tres imágenes patronales de la Virgen sean compartidas por varios pueblos de la comarca ha podido influir en la relación entre los vecinos de esas localidades, tanto en la creación de lazos afectivos y de cohesión social, como en la formación de rivalidades y enemistades no siempre meramente simbólicas.
Las imágenes marianas supracomunales a las que me refiero son la Virgen de Guía, cuyo patronazgo es compartido por Villanueva del Duque, Hinojosa, Fuenta La Lancha, Alcaracejos y Dos Torres; la Virgen de Luna, venerada por Pozoblanco y Villanueva de Córdoba, y la Virgen de las Cruces, cuyo culto comparten El Guijo y Santa Eufemia. Y entiéndase que no hablamos de compartir advocaciones, sino imágenes: la misma imagen, que une a aquella singularidad su carácter itinerante, es venerada en las diferentes localidades, que reparten, de acuerdo con antiquísimos pactos, su posesión y su tenencia en diversos periodos del año. Este compartimiento de los sentimientos religiosos más acendrados implica necesariamente una forzada relación entre los vecinos de las diferentes localidades vecinas que, como queda bien demostrado en la existencia de multitud de pleitos históricos, no siempre ha resultado fácil. Pero entendemos que precisamente por esa causa se han ido tejiendo a lo largo de los siglos una serie de implicaciones sociales y personales que han coadyuvado necesariamente a la formación de una conciencia cultural (pues como cultura entendemos ahora la religión) común. No decimos que sea un factor decisivo ni determinante, pero sí muy importante (e incluso fundamental, si pudiéramos establecer la gradación de estos téminos) que deberá ser convenientemente investigado en el futuro si se quiere comprender con exactitud la personalidad histórica y cultural de esta comarca tan sorprendente y, todavía, tan enigmática.
Ermita de la Virgen de Guía, en Villanueva del Duque.
Virgen de Luna, fotografiada hace unos días en la parroquia de San Miguel de Villanueva de Córdoba.
El espíritu de el halcón
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