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Mujeres en día de fiesta (Foto: Ismael)


En el paisaje dominical de mi pueblo, y en los repentinos días de fiesta que como islas jalonaran la semana, aparecían estos círculos de jugadoras de cartas que eran como dólmenes de libertad. Desafiando la severidad ambiental de unas ataduras ceñidas a la cintura con grandes mandilones y el moño bien repleto de horquillas que impidieran cualquier ligereza, tomaban la calle en un escándalo de gritos y risotadas vespertinas donde robar y matar era una licencia y hasta una obligación. Un derecho adquirido que nadie se atrevería a cuestionar. La negrura de sus vestidos era la de sus vidas, que quedaban encerradas de puertas adentro con sus misterios sin comprender. Las cartas en la mano permitían una estrategia, soñar una liberación que acababa dramáticamente con la llegada del anochecer. Quedaba la esperanza de volver a rebelarse siete días después, cediendo al pecado de la avaricia y la lujuria sentadas en la misma silla de ir a misa. Hay ritos que explican la vida, y otros que la hacen más llevadera.

7 comentarios :

Anónimo | jueves, marzo 08, 2007 11:57:00 a. m.

Sencillamente, un breve artículo majestuoso y entrañable.

Anónimo | jueves, marzo 08, 2007 12:06:00 p. m.

MUJER RURAL - MAS DIFICIL TODAVIA

El día 15 del pasado mes de Octubre se celebró el Día Mundial de la Mujer Rural, el cual surgió en la cuarta Conferencia Mundial sobre mujeres, realizada por la ONU en 1995 en la ciudad de Pekín. Todo ello fue resultado de las propuestas que llevaron a cabo la Fundación de la Cumbre Mundial de Mujeres (FCMM), la Federación Internacional de Productores Agrícolas (FIPA) y la red de Asociaciones de Mujeres Campesinas Africanas (NARWA).

Con la celebración de este día, aunque no esta muy difundido, se pretende reconocer mundialmente la dignidad y el trabajo casi invisible que desarrollan las mujeres en las zonas rurales, especialmente en los países en vías de desarrollo, ejerciendo el papel de productora, campesina y agricultora, así como madre y cuidadora, con la consiguiente diversidad de labores que asume por el bienestar de su familia y su comunidad. Igualmente, se trata de valorar la inestimable aportación de la mujer rural en el desarrollo de la economía y la sociedad en general.

Tradicionalmente, la mayoría de las mujeres rurales han realizado su trabajo en una explotación familiar agraria o ganadera, dedicándose por entero, además de las labores propias del cuidado de la casa, los hijos e incluso sus progenitores ancianos, a compartir por igual con su compañero el trabajo del campo o con los animales. Socialmente, han padecido todos los inconvenientes del trabajo pero ninguna de sus ventajas, ya que esta situación no les ha aportado ninguna remuneración ni derecho social ni profesional, convirtiéndolas en el que todavía hoy, en muchas zonas de nuestro planeta y en algunas de nuestra propia geografía, supone un colectivo casi silencioso y nada reconocido.

No podemos ignorar el importante papel que estas mujeres desempeñan en las explotaciones agro-ganaderas del medio rural de nuestra geografía, en la que siguen perdurando muchas zonas cuya supervivencia depende de la encomiable labor que ejerce este colectivo, y en las que se sigue diferenciando el trabajo no remunerado de carácter domestico, reproductor y productor que realizan las mujeres, de la labor productora y si remunerada de los hombres tras lo que se esconde, desgraciadamente, lo que sigue siendo una clara infravaloracion del trabajo femenino.

Asimismo, hasta la muy reciente reforma efectuada en la Seguridad Social Agraria de nuestro país, no estaba permitida la titularidad compartida de las explotaciones agricolas-ganaderas, que venia recayendo sobre el propietario de las mismas (normalmente el marido ), por lo que las mujeres no podían darse de alta ni pagar cotización social. No podían cobrar salarios, ni pedir indemnizaciones por accidente, desempleo o maternidad.

Esta situación de precariedad y discriminación se mantiene por varios motivos esenciales: El hecho de ejercer una actividad económica sometida a grandes incertidumbres, un entorno que todavía esta muy masculinizado, el escaso apoyo social respecto a las tareas y cargas familiares, la violencia en el ámbito familiar y necesidad de formación e información.

Muchas de estas mujeres que hoy son nuestras madres o abuelas, a menudo eran analfabetas, o como mucho habían aprendido a leer y escribir torpemente (las 4 reglas como decía mi madre), pero eran y son mujeres cargadas de sabiduría y conocimientos, basados en la experiencia de sus anteriores generaciones así como la suya propia. Valores que son de suma importancia para mantener vivas las tradiciones de nuestra tierra, con la riqueza que ello aporta a nuestra propia cultura.

Por fortuna, en los últimos años, las mujeres del ámbito rural se han unido en su esfuerzo por formar grupos y asociaciones que luchan por una igualdad de oportunidades entre el medio urbano y el rural, por el incremento de su formación y su adaptación a los cambios sociales, contra la discriminación socio-laboral y la violencia de genero.

Al mismo tiempo,se están realizando numerosas medidas institucionales para promover el desarrollo de las zonas rurales así como para mejorar la vida de las mujeres rurales, ejercer su derecho a la formación e información y atender su necesidad de comunicación con el mundo que les rodea.

En este aspecto, en el de la comunicación, es sumamente importante el valor que tienen el ámbito familiar, el escolar y los medios de comunicación, especialmente la poderosa televisión. Entre todos, hemos de inculcar a nuestros jóvenes valores por la igualdad, ofrecer una imagen de la mujer orientada de forma positiva y no-sexista, y por ultimo promover la valía de la mujer y su igualdad de derechos ante el hombre, dejando a un lado debates sobre machismo o feminismo. Se trata, simplemente, de nuestra igualdad como personas.

Anónimo | jueves, marzo 08, 2007 6:16:00 p. m.

Gracias Merino por 'refrescar' mi memoria.
Y gracias Rafaela por tu espléndido comentario, pero me quedo con la última, y para mi más importante, frase: 'Se trata, simplemente, de nuestra igualdad como personas'.
Espero que TODAS las mujeres la convirtamos en nuestro slogan diario y la tengamos en cuenta en TODO lo que hacemos TODOS los días.
Otra vez gracias a los dos.

Anónimo | viernes, marzo 09, 2007 1:28:00 a. m.

Gracias Antonio, gracias por ceder tiempo y espacio a este día en el que el fin principal es la reivindicación de mujeres y hombres por un mundo más justo; y en esta lucha por la igualdad real y el derecho a la diferencia, queremos ir junto a, no en contra de.
Gracias por el texto, en el que no se puede decir más en tan poco espacio, y gracias por la foto que has escogido que me parece espléndida, pero además, la mujer que aparece de espaldas en la foto es mi abuela, de la que he heredado su nombre y su rebeldía. Ella nunca utilizó su silla para ir a misa.
N.G.

Anónimo | viernes, marzo 09, 2007 10:16:00 a. m.

Mujeres Discriminadas del Mundo, ¡UNÍOS!

Anónimo | viernes, marzo 09, 2007 7:08:00 p. m.

Magnífico artículo, yo de mayor quiero ser como tú.
Felicidades y mi reconocimiento a muchas mujeres de nuestra tierra que han perdido sus uñas y salud trabajando toda su vida y llega la hora de su justa jubilación y sólo le queda mendigar una pensión no contributiva porque nunca ningún empresario se cuestionó la necesidad de cotizar por ellas.

Anónimo | sábado, marzo 10, 2007 12:32:00 p. m.

Antonio,esta foto siempre que la veo me emociona,me dice tantas cosas...,pero hoy con tus palabras escritas me han dicho mucho más.GRACIAS.

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