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"Amor a su tierra"

Félix Ángel Moreno Ruiz ha escrito en el semanario La comarca un artículo sobre mi libro Añora y sus fiestas [comprar aquí], frente al que no puedo mostrar sino agradecimiento. Me ha emocionado especialmente su título, "Amor a su tierra", porque hubo un tiempo en que algunas personas, pretendiendo hacerme daño, me acusaron de "hablar mal" de mi pueblo. Eran personas de esas que consideran que solo hay una forma de amar, la suya. Este libro mío ha querido ser precisamente, como digo en el prólogo, "una declaración de amor" a Añora, un regalo para el futuro arrancado de su pasado, una entrega absoluta a la tierra gracias a la cual uno ha llegado a ser lo que es. Hay quienes no entienden que se pueda querer desde la cruda visceralidad de lo real, demasiado acostumbrados quizás a servidumbres acríticas. Yo me he propuesto ahondar en el conocimiento de mi pueblo fundamentalmente para conocerme mejor a mí mismo. También, en otro ámbito, lo he pretendido desde Solienses con respecto a Los Pedroches: profundizar en las miserias para entender mejor el mundo que me rodea, convencido de que el exceso de halago envilece a las personas, especialmente si tienen algún poder. Conocidas las debilidades, uno se encuentra más firme para disfrutar de toda la belleza y dulzura que nos rodea.

Gracias, Félix, por tus palabras.


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5 comentarios :

Anónimo | miércoles, octubre 03, 2018 2:06:00 p. m.

Cuando el amor a la tierra de uno se convierte en un sentimiento irracional nos podemos volver nacionalistas como le sucede a la mitad de los catalanes. Hay que amar a las personas. El amor a la tierra, a las religiones o a las nacionalidades es la lacra que han atormentado a la humanidad durante miles de años y la base del sistema imperialista que tanta desgracia ha causado y sigue causando. Ya lo dijo Cristo. "Amaos los unos a los otros"

Anónimo | miércoles, octubre 03, 2018 11:23:00 p. m.

No queda muy claro la referencia a las religiones, para terminar mencionando un mandato de Cristo

Anónimo | jueves, octubre 04, 2018 10:33:00 a. m.

Cuando era joven e indocumentado yo también amaba a mi tierra. Era un amor limpio, puro y sin excesiva pasión. Con el paso de los años vi que ese amor no era correspondido lo cual me produjo cierta tristeza y desazón. En vista a los agravios que sufría por parte de mi tierra en esa historia de amor mi actitud fue cambiando poco a poco hasta llegar a desenamorarme. Pero fue un desamor sin acritud, muy tranquilo, sin que naciera en mi ningún tipo de odio que muchas veces aparece en las rupturas amorosas. Como digo fue un proceso tranquilo, lento pero imparable hasta acabar en la total indiferencia que siento por mi tierra y mi patria en el día de hoy. Mi relación es meramente comercial y administrativa. Ella me da unas prestaciones a través de sus organismos públicos y yo se las pago via impuestos y tasas. Nada mas, así es como es y así es como debe ser. Espero Sr. Merino que Vd., se vea correspondido en ese amor o no.

Anónimo | jueves, octubre 04, 2018 11:32:00 a. m.

Entonces, ¿cuáles deberían ser nuestros sentimientos? ¿Un amor a nuestra tierra moderado? ¿Te quiero, mi tierra, pero sin exageración? ¿Estoy enamorado de ti, tierra mía, pero no me gustaría perder la cabeza? Creo que el amor al terruño donde nacimos es un sentimiento casi universal. Y mucho más para los que viven fuera de él. Es nostalgia, potentes recuerdos de infancia, afán porque lo que amamos de pequeños no desaparezca. Combate perdido. Tratar de evitar que los niños (y también las niñas) no crezcan es combate perdido. Pero, ¿qué tienen que ver estas apacibles y dulces motivaciones con la radicalidad y la intransigencia de los irracionales nacionalistas? Además, creo, el cariño y entrega de Antonio no se puede encasillar en un determinado pueblo, el suyo, sino que se extiende a toda la comarca y de ahí a otros espacios pues no deja de ser un pensamiento ecológico, aunque es mucho más y más profundo. Los que pensamos como él nos sentimos orgullosos y arropados al saber que no estamos solos. ¿Es necesario salir fuera para querer a tu pueblo? Esto es ya una pregunta al auditorio.

Anónimo | viernes, octubre 05, 2018 8:59:00 p. m.

No es amor, el sentimiento es otro.
Cuando un ciudadano de Alcaracejos por poner un ejemplo se relaciona con su vecino no manifiesta ningún amor a su tierra.
Si ese ciudadano se va a Córdoba empezará a manifestar un sentimiento hacia su pueblo en las relaciones con los demás.
Pero si ese ciudadano se marcha a Bilbao, ese sentimiento no se reflejará en su pueblo sino que será hacia su provincia.
Si ahora, ese ciudadano se marcha a Australia, manifestará ese sentimiento no hacia su provincia sino a su pais. Por eso el amor de A. Merino a su tierra es circunstancial y eso no es amor.

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