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Relato imaginario



Imaginemos esta situación.


La Concejala de Igualdad de un Ayuntamiento de Los Pedroches, en manos del PP, declara públicamente durante un pleno municipal que ha recibido amenazas, al tiempo que denuncia que ni los grupos de la oposición ni la asociación feminista de la localidad se han interesado por su situación personal a pesar de conocerla desde hace tiempo. La concejala acusa a los portavoces de la oposición de interesarse solamente por la igualdad de las mujeres que comparten su ideología de izquierdas. La concejala no especifica si las amenazas que ha recibido están vinculadas a la violencia de género o están relacionadas con el desempeño de su cargo público, aunque el contexto de la intervención parece dar a entender lo primero: "¿A las mujeres de derechas no las maltratan, no las amenazan o no les gritan? ¿Por qué ustedes a esta concejala que denuncia amenazas en un pleno no la defienden?", afirma furiosa.


Todo comienza, en este relato imaginario, cuando el portavoz de un grupo de izquierdas en el Ayuntamiento pregunta por qué la concejala  no ha contestado a un escrito de la Asociación de Mujeres en el que solicitaba la colocación de una pancarta reivindicativa con motivo del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. La concejala, entonces, se declara "defensora a ultranza del feminismo", pero matiza airada: "el feminismo está siempre que se vulneran los derechos de todas las mujeres, cosa que ustedes no hacen... El feminismo no se dice, se hace". Posteriormente recuerda que "esta mujer que les habla ha dicho aquí en un pleno hace muchos meses que había recibido amenazas" y manifiesta que, a pesar de ello, la Asociación de Mujeres nunca la ha llamado para interesarse por su situación. "Defienden una igualdad y una lucha de género que yo personalmente no la veo", añade. Y concluye, preguntándose: "¿Es que para esta asociación una mujer que recibe amenazas tiene que ser una mujer de una ideología política concreta?". En la réplica posterior, el portavoz interpelante pide a la concejala que explique el sentido de esas amenazas, para poder solidarizarse con ella. 


Es cierto que, a partir de los pocos datos conocidos en esta situación imaginaria, no podríamos intuir siquiera la gravedad de las amenazas ni el ámbito en que se han desarrollado (doméstico, institucional, social), ni si continúan o fueron una actuación aislada, pero el contexto de toda la intervención parecería indicar que, aunque de forma muy laxa, se estaría denunciando un caso de violencia machista. Aunque no se explicita abiertamente, alguien ajeno al caso entendería claramente que la concejala está denunciando amenazas recibidas por su condición de mujer ("¿A las mujeres de derechas no las maltratan, no las amenazan o no les gritan?") y, al denunciar la falta de interés hacia su caso por parte de la Asociación de Mujeres y de los propios portavoces de la oposición de izquierdas, parece estar reclamando una atención que, a su parecer, no ha recibido hasta el momento.


Siguiendo un patrón habitual, es probable que en este relato imaginario algunos comentaristas de redes sociales dudaran luego de la veracidad de la denuncia de la concejala, en lo que suele constituir un proceso de revictimización de la mujer que se ha atrevido a publicar la agresión. Se pondría de manifiesto la tensa vehemencia con la que la concejala defiende unos argumentos insostenibles desde el punto de vista político e ideológico, pero ello, ni siquiera la antipatía personal que la áspera actitud de la concejala despertara, justificaría que su denuncia no fuera atendida urgentemente y se investigara en qué circunstancias una concejala de un ayuntamiento democrático está recibiendo amenazas en el ámbito de la violencia de género. Luego vendría lo demás. Pero lo urgente sería detectar el problema y, al menos, no poder alegar en un futuro que no lo supimos.


Ahora imaginemos que esta situación imaginaria no es imaginaria. Que es real.

2 comentarios :

Anónimo | martes, abril 06, 2021 7:13:00 p. m.

Aunque mi ideología está muy lejos de la concejala ya que soy comunista, si manifiesto mi apoyo a la misma y la animo a que denuncie a su amenazante publicamente ya que no debemos dejar impunes este tipo de agresiones. Aunque sabemos que no siempre es facil denunciar por las posibles consecuencias (recordad el caso de la concejala del PP de Ponferrada) nuestros representantes deben ser mas valientes y denunciar para acabar con esta lacra.

Anónimo | jueves, abril 08, 2021 12:08:00 p. m.

Desgraciadamente, y ahora hablo de gente afín ideológicamente o militante dentro de un partido, se es muy propenso a perdonar las equivocaciones del político hermano y resaltar esos mismos errores en el bando contrario. Es la vida. Es la vida de la política y de los políticos. Se ha perdido la honradez y la ecuanimidad. Conozco tertulianos, parientes, cuñados, suegros, etc., que sabes de antemano lo que te va a contestar cuando le pides su opinión sobre un asunto que consideras erróneo dentro del gobernante que él apoya. No hay manera de hacerles que razonen. Ven lo blanco en lo negro. Así que esto es una guerra perdida. Lo que nos queda a todos es votar, retener los fallos, las mentiras, el doble rasero con que se miden las cosas. Y cuando se halle un político o política ecuánimes y que denuncie conductas dentro de su propio partido, votarles y pedirle que gobiernen siempre con arreglo a su conciencia. Si es que esos políticos existen, que tengo mis dudas.

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