Las calles
Paisaje urbano de Conquista, hace unos años [Foto: Solienses].Juan Gutiérrez, que es Cronista Oficial de Conquista, ha escrito en su perfil de Facebook un entrañable y muy interesante comentario -que reproduzco a continuación- sobre la discriminación de facto que supone vivir en unas calles u otras del pueblo. O, más bien, de cómo incluso el pequeño urbanismo de los pueblos más pequeños esconde capas de diferencias sociales notables. De cómo condiciona nacer en una calle determinada. Se despueblan unas calles y otras no (o lo hacen menos). Los jóvenes de unas calles alcanzan mayor nivel de estudios que los de otras. Los gobernantes del pueblo proceden casi siempre de las mismas calles... Son detalles de los que no nos damos cuenta hasta que alguien nos hace reparar en ello y entonces advertimos que sí, que en todos los pueblos sucede lo mismo.
Al tiempo que me doy un paseo
Dime dónde vives y te diré quién eres. El lugar de nuestra residencia nos habla hasta de detalles tales como de si es zona que pierde población hasta darse el caso de que tu calle se queda semidespoblada a causa de la emigración, mientras otras zonas del pueblo ganan en población con el paso del tiempo.
Aunque no tengo datos fiables, sobrevolando el pueblo veo que mientras la calle Sol ha sumado habitantes, la calle Plazar tiene casi todas sus casas cerradas; si pasas por la calle Felipe II te encuentras con paisanos a los que puedes saludar, pero si te das una vuelta por la calle Fuente, si te descuidas, solo ves a mis primos y eso cuando no están en Madrid. La calle Mayor no está mal, pero su prolongación; o sea, la calle Iglesia, como nos descuidemos, va a tener buenas fachadas pero pocos habitantes. Y no digamos nada del Cerrillo ni la de la calle Moral, salvada porque Cristóbal y Pedro decidieron levantar sus casas en ellas no hace muchos años.
El análisis de este hecho no solo me habla de la desigual distribución de la población, me manifiesta también el desnivel económico de sus primigenios habitantes. Se vieron obligados a emigrar los más débiles económicamente; o sea, los de la calle Moral, Juego de Bolos, Torrecampo, …los que ocupaban el extrarradio del pueblo.
Y no solo esto. Hoy todos los niños tienen la posibilidad de alcanzar el Graduado Escolar. Pero, en mis años jóvenes, la calle donde nacías significaba también el nivel de estudios que ibas a tener. Las calles que más estudiantes daban era la calle Mayor, la calle Iglesia, calle Nueva, el Plazar... por el contrario, de los nacidos/criados en la calle Hermanos Ulzurrun (hoy calle Luna), El Cerrillo, la calle Moral, Juego de Bolos,…eran más bien escasos los que terminaban una carrera, aunque fuera de Grado Medio.
Y si hablamos de los gobernantes del pueblo, no digamos. He repasado el domicilio de los alcaldes a lo largo de los 400 años de existencia de Conquista y ha resultado que hasta Sebastián Cortés Gutiérrez [1987], de la calle La Fuente, todos los demás residieron en el círculo formado por la calle Nueva, Mayor, Plazar e Iglesia.
Esto es otro ejemplo de que el urbanismo también refleja el sistema de poder político y económico que vertebra los pueblos cuyos “poderes fácticos” tienen las mejores casas en los mejores sitios del pueblo, mientras que los jornaleros viven en calles periféricas que salen de las principales.
Juan Gutiérrez.
4 comentarios :
No se trata de las calles se trata de las familias o si se prefiere de clases.
En Pozoblanco, las dos calles traticionalmente más antagónicas, la calle San Bartolomé (Calle Nueva) que nace en la iglesia de S. Bartolomé y la calle Benedicto XV, la Calle la Iglesia que nace en Santa Catalina.
Cuantas veces de niños al hacer una travesura no hemos escuchado eso de: ¡¡pareces un callenuevo¡¡ (no tengo animos de ofender a nadie)
Pues sí, las calles son casas y las casas están hechas de piedras y de ladrillos. Ni sienten ni consienten. Pero las calles y la altura de las casas son un espejo claro de lo que albergan. Gente sencilla en las más alejadas de la Plaza o el Ayuntamiento. Y las casas altas y en calles principales son siempre de gente pudiente. Las casas de la gente sencilla, que yo recuerde, tenían a todas horas abiertas las puertas. No tenían puertas falsas ni Accesorio. Solo una puerta. Y las puertas de la gente adinerada, que yo recuerde, tenían las puertas de sus casas cerradas. Se abrían para las fiestas del Corpus, la Semana Santa y sus entierros. Son casas y calles, cierto. Pero así se señalaban a las familias que estaban dentro. Y esto no critica ni juzga, solo señala. ¿Determinismo geográfico? No lo creo. De casas sencillas de nuestros pueblos han salido hombres y mujeres geniales. De casas altas y encumbradas de nuestros pueblos han salido hombres y mujeres que han dilapidado torpemente la herencia recibida y no llegaron a ser nada. Son reflexiones sobre las casas y las calles. Un juego de niños. Sin importancia.
Casas, calles y barrios enteros eran señalados y aun hoy en nuestros pueblos, pero ya nada es lo mismo, sobre todo porque muchas calles están vacías, ya no vive nadie. Cuando vuelvo a mi pueblo me gusta caminar por aqui y por allá y es curioso como en muchas de esas zonas hoy se han obrado muchas de ellas, a lo grande, como dejando ver qué ya no son lo que eran, que ahora las cosas les van bien e imitan en su estética, muchas veces con exceso, a las mejores casas del pueblo. En las grandes ciudades pasa lo mismo, incluso la esperanza de vida es diferente según el barrio donde vivas.
Seguramente lleva razón el cronista conquistense (haría falta una análisis estadístico, algo cuantitativo, de los últimos 80-90 años), pero es que si ampliamos el foco siempre pasa igual. Me explico: Si comparamos autonomías (regiones) ocurrirá algo parecido:su número de industrias o de titulados universitarios - en proporción - será superior en la más rica o más beneficiada por la Administración; dentro de cada autonomía habrá provincias con mejores índices de desarrollo; dentro de cada provincia habrá comarcas destacadas por su nivel de empleo o de estudiantes y otras no tanto;dentro de una comarca podremos constatar la existencia de grandes diferencias entre pueblos; en los pueblos - todos lo sabemos - hay calles del centro o calles-carretera que tienen "más nivel" de casi todo que una del extrarradio (igual que Madrid o Barcelona)y , es más, en la misma calle hay familias desiguales en renta, educación, conocimientos y número de libros en las estanterías de sus casas. Que las personas adineradas tienen más posibilidades de todo ha sido una realidad ligada a la existencia de la humanidad. Dicho eso,afortunadamente, las casas en los pueblos han cambiado muchísimo y te encuentras soberbios casoplones junto a casas en ruinas y, posiblemente, los cargos de alcaldes han cambiado de calles o de barrio en los últimos 40 años....En cualquier caso, los comentarios de Juan Gutiérrez son interesantes y dan para un debate. Termino: los poderes públicos deberían de velar por limar las desigualdades entre autonomías, provincias, comarcas, pueblos, calles, familias y personas....y por qué no, entre países....Hay trabajo ya que la desigualdad se produce por múltiples factores y son difíciles de atacar (igualar por decreto es una gilipoyez)....de todas formas deberíamos no dejar de intentarlo.
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