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Entrega del Premio Solienses 2005

Juana Castro con el cuadro de Domi CaleroVolvemos a las minúsculas. Ayer por la tarde, según todo lo previsto, se entregó finalmente el Premio Solienses 2005. Algo más de treinta personas acudieron al acto, que contó con las intervenciones de Antonio Merino, editor de Solienses, Juan José Pérez Zarco, profesor de Lengua y Literatura Castellana del IES Los Pedroches de Pozoblanco, y la propia Juana Castro, autora del libro premiado. Antonio presentó el acto con unas palabras en las que hizo una defensa de internet como medio revolucionario de promoción y difusión cultural y reivindicó su capacidad de generar noticias positivas frente a los hechos negativos con los que frecuentemente aparece vinculado en las informaciones de los medios de comunicación. También explicó brevemente la filosofía del premio ("es posible actuar al margen de las instituciones públicas", "el objetivo sobre el que se cimenta todo el trabajo realizado ha sido la difusión de la cultura de Los Pedroches, que es lo que anima también todo el esfuerzo de la página Solienses") y agradeció su participación a todos los colaboradores.

Juan José Pérez Zarco analizó con agudeza el libro premiado, partiendo de su encuadre en aquella poesía que trata de asuntos cotidianos, del mundo actual, de hoy. Descifró la simbología del poemario, la hondura de su expresión poética , destacando la expresividad, los ritmos y cómo la autora ha sabido presentar una poesía desnuda, ajena a sentimentalismos que hubieran sido tan fáciles en los temas que se tratan. Pérez Zarco explicó que a veces la poesía no hay que comprenderla racionalmente, sino sentirla como una emoción íntima, y con los versos de Juana Castro, aunque a veces no se comprendan con exactitud las motivaciones últimas de la poeta, el lector siente la emoción de hallarse ante una exposición poética terrible y conmovedora.

Juana Castro, finalmente, leyó algunos de los poemas de su libro con tanta emoción que la mayoría de los presentes alcanzaron entonces a comprender lo que significa verdaderamente la poesía. Juana, agradecida con el medio que convocaba el acto, afirmó que "tengo esperanza en el mundo porque aún existen espacios de libertad e independencia" y aludió a internet como "una revolución que está ahí y la mayoría no lo sabe". Luego se refirió a la experiencia personal que se encuentra en el fondo de Los cuerpos oscuros, la enfermedad de demencia senil sufrida por su padre y el mal de Alzheimer de su madre: "la poesía tiene que ser testigo de esta época, de lo que sucede, y lo que sucede es esto". Al recitar el poema "Brasas" explicó que en él le daba voz a la mujer, que habla recordando, "y no recordando", al esposo, y el poema termina con este perturbador verso: "-Cómo va a ser este mi marido".

"Las personas mayores que viven en un pueblo y van a la ciudad se encuentran perdidas", afirmó la autora, quien también reconoció que en este poemario, al rememorar la historia de dos personas de la tierra, está también de algún modo la historia de Los Pedroches, de sus gentes, aunque la experiencia poética que se plasma en el libro tenga un sentido universal.

Antes de recitar el poema que cierra el libro ("Era una vez"), Juana comentó: "Los poetas de hoy hemos inventado el libro de poesía, que tiene su principio, su argumento y su final. Pero en mi caso la historia no se ha terminado, porque mi padre murió, pero mi madre vive..."

Fue, por muchas cosas, una noche que no se olvidará fácilmente.

Entrega del Premio Solienses
Un momento del acto de entrega del premio, que tuvo lugar en la Casa del Pozo Viejo de Pozoblanco.

Entrega del Premio Solienses
Parte del público que asistió al acto.

Entrega premio Solienses
Juana Castro y Juan José Pérez Zarco.

Entrega del Premio Solienses
Al terminar el acto, Juana Castro firmó a los asistentes ejemplares de su libro.



El premio en la prensa.

7 comentarios :

Anónimo | domingo, marzo 26, 2006 4:53:00 p. m.

Enhorabuena,don Antonio, de verdad.Sabe que -físicamente- no pude estar más cerca por motivos familiares, infantiles más bien.Estuve de corazón.
Me alegro sobre todo por usted, qué caray, porque debió ser un gran día.

Anónimo | domingo, marzo 26, 2006 5:34:00 p. m.

Realmente, como dices, esta entrega ha sido un acto, el cual los que estuvimos allí no olvidaremos con facilidad, el acto en si fue encantador y vuestras intervenciones, cada uno en su papel, magníficas.
Esperemos que tu página, la de todos, siga aportando nuevas ideas a nuestra comarca tan necesitada de actos como el de ayer, y por supuesto, la continuación del premio Solienses en los sucesivos años.
Felicidades

Conrado Castilla | domingo, marzo 26, 2006 7:35:00 p. m.

Me hubiese gustado estar presente pero me ha sido imposible. Lo que si he podido es adquirir y leer recientemente el libro premiado y desde luego, una vez más Juana Castro me ha emocionado.

Anónimo | domingo, marzo 26, 2006 8:29:00 p. m.

Desde hace unos meses vengo rumiando la composición de un libro que relate mis aventuras y pesares en la cría de los cochinos y cochinas en el Valle de los Pedroches. El hermoso título lo tengo desde el primer momento: "Hoceando entre encinares". Mis tribulaciones comenzaron en el primer párrafo, ya que no sabía si darle un enfoque poético, abstracto, realista, misterioso…

Un primer golpe a mi ego de escritor consagrado lo recibí cuando al poco tiempo de componer el segundo párrafo, alguién me llamó 'criador de cochinos', expresión simple que en sí misma es pura y descriptiva, pero arrojada a según qué velocidad, implicaba un menosprecio de mi trabajo como criador de cochinos y me negaba la posibilidad de alcanzar la gloria con tal oficio, y lo que es peor, implicaba que no la iba a alcanzar tampoco fuera de tal condición.

Poco a poco conseguí sobreponerme a tal ataque, sin duda ayudado por las musas que sin duda me animaban desde detrás de cada chaparro en los ratos de inspección de mis animales por el encinar.

Y ahora el Premios Solienses. Supongamos que supero el tercer párrafo donde permanezco atascado y acabo el libro y lo publico. O me lo publican, que todo puede ser. Y ya para colmo el editor de Solienses me elije el libro como digno para participar en la puja por el mejor libro de un autor del Valle del año 2006.

A la alegría inicial de verme en tan honrosa tesitura, le sigue una serie de malos pensamientos que me vuelven a restar energía literaria. A saber:

1a) ¿Si la cosecha del año es escasa y no queda más remedio que coger mi libro para completar los tres necesarios competidores? De tres hay que coger tres, lo que no implica que no tienen que ser necesariamente buenos.

1b) ¿Y si me dejan fuera y alguno de los elegidos se niega a que le hagan participar con su libro y entonces como último recurso cogen el mío?

1c) ¿Y si alguno de los del jurado odia los cerdos y me condena de antemano sin ni siquiera leer mi libro?

2a) ¿Y si resultara que los demás participantes fueran más altos y guapos que yo? ¿Y si fueran mujeres, qué posibilidades tendría yo con un jurado mayoritario de tíos? ¿Y si fueran del Valle en sus orígenes pero vivieran en Madrid? ¿Y si no vivieran sólo en Madrid, sino más lejos todavía, como Galicia o Cataluña, cómo podría competir yo que vivo en el pueblo y me puedo ver casi diariamente con alguno del jurado, que al cruzarse conmigo por la calle el Toro podría notar por el olfato a qué me dedico?

3a) Y si elijo el estilo poético y los otros dos elijen la prosa llana ¿cómo podría el jurado determinar el mejor libro con estilos diferentes? Lo mismo les podría entrar el gusto distinguido y premiar el mío que es minoriario, o el gusto por la moda y al quedar el mío en minoría y no llevarse ese año, estar perdido de antemano.

En fín, son dudas que a todo gran escritor deben haberle asaltado alguna vez. Así que no sé qué haré…

(Escrito en el Foro de Pozoblanco, 26/3/2006) enlace

Anónimo | lunes, marzo 27, 2006 11:20:00 p. m.

Como miembro del jurado de 2005, sólo puedo recomendarte, andaya, que escribas siempre pensando únicamente en ganar el premio. No el Nobel, sino el Solienses, por supuesto. Mientras tanto, puedes leerte los tres seleccionados de 2005: merecen la pena. Y suerte.

Anónimo | lunes, marzo 27, 2006 11:34:00 p. m.

Muy bien por el escritor de los cochinos, lo que pasa es que la ironía todavía no le sale fina... Es cuestión de seguir probando...

Celia

Anónimo | martes, marzo 28, 2006 4:13:00 p. m.

Te auguro poco exito, porquero,andaya, porquero.

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