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Presentación de documental "Artesanía de Los Pedroches"



El pasado sábado se presentó en la Casa de la Cultura de Villanueva de Córdoba el documental "Artesanía de Los Pedroches", producido por la Asociación de Artesanos de Los Pedroches Ofiarpe. En el acto intervinieron Jesús Vigorra, periodista de Canal Sur, Dolores Sánchez, alcaldesa de Villanueva de Córdoba, Patricio Moreno, presidente de Ofiarpe, Luciano Cabrera, presidente de Adroches y de la Mancomunidad de Municipios, y yo mismo, en mi condición -creo- de Cronista Oficial de Añora. La convocatoria contó con una gran afluencia de público (unas doscientas personas, una barbaridad para actos de este tipo) y nos sirvió a todos para conocer aquel magnífico teatro inaugurado recientemente. Ofiarpe obsequió a todos los asistentes con un ejemplar del DVD que se presentaba.

Los discursos rondaron en torno a la defensa de la figura del artesano como mantenedor de unos oficios tradicionales en peligro de desaparición. Como esta vez viví los hechos desde el otro lado, me limito a reproducir algunos fragmentos de mi propia intervención:


A veces, al relatar la historia de la artesanía de nuestra comarca, algunos divulgadores se remontan a las actividades de una economía basada en el trabajo manual de los siglos XVIII, XVII, XVI… sin tener en cuenta, quizás, que aquella artesanía, es decir, aquella producción realizada con técnicas rudimentarias, no puede compararse, ni siquiera como antecedente, con el concepto de artesanía que utilizamos en la actualidad. Quiero decir que, si en la actualidad entendemos por artesanía la fabricación de objetos utilizando técnicas tradicionales de producción y como contraposición a la producción mecanizada en serie, sólo podremos hablar con propiedad de artesanía desde el momento en que existen otros medios y otros modos de producción alternativos. Cuando todo se realizaba a mano, cuando no había otra forma de hacer las cosas, no había artesanía, había trabajo, autoabastecimiento, supervivencia.

Por tanto, será sólo a partir de la Revolución Industrial, cuando la mecanización y el desarrollo tecnológico crearon una industria capaz de sustituir a los procesos tradicionales de fabricación, será sólo a partir de entonces cuando podamos hablar de artesanía según entendemos hoy este término. Es decir, y esto es una paradoja, el artesano, como figura productiva que fabrica objetos siguiendo técnicas ancestrales, sólo adquiere relevancia cuando la aparición de un sistema productivo industrial lo hace innecesario desde un punto de vista económico (...).

En España, como suele en nuestra historia, la incorporación a la industria fue tardía y geográficamente muy desigual. Algunos territorios alcanzaron un cierto nivel de desarrollo pero otros, todavía a comienzos del siglo XX, se mantenían con estructuras económicas preindustriales. Y para qué ir más lejos, estando en Los Pedroches. Según el profesor Valle Buenestado, hasta la segunda década del siglo XX, con más de un siglo de retraso con respecto a los países más adelantados de Europa, no se introdujo en nuestra comarca el arado de vertedera hecho totalmente de hierro, pues hasta entonces se seguía utilizando el arado romano. Hacia 1925 se utilizaron por primera vez los abonos minerales y hasta 1934 no se vieron las primeras máquinas segadoras y trilladoras. Pero todavía en 1949 el antropólogo Julio Caro Baroja observó que en los pueblos de Los Pedroches se utilizaba el tipo de arado romano (aunque, especifica, “casi exclusivamente para sembrar garbanzos y calabazas”). Traigo estos datos para ejemplificar la tardía incorporación de la comarca a ciertos procesos industriales (...).

Ya a finales del siglo XIX se instalaron en Pozoblanco algunas fábricas de hilaturas y de fundición con moderna tecnología, pero todavía durante las primeras décadas del siglo XX asistimos a frecuentes manifestaciones y protestas por parte de las sociedades gremiales en contra de los perjudiciales efectos que para el mantenimiento de sus puestos de trabajo tendría la progresiva implantación de maquinaria. Al referirse a las industrias comarcales, el académico cordobés Alfredo Gil Muñiz cita en 1925 fábricas de tejidos en Pozoblanco e Hinojosa y telares en varias localidades, aunque quizás lo más próximo al concepto de artesanía tal como hoy la entendemos serían los ocho pequeños telares de Pedroche, donde se tejían “mantas de lana de diversos colores, alforjas y cubiertas para los aparejos de las caballerías. Tienen fama las hilanderas de Pedroche que tejen las colchas de Pedroche, que son verdaderos tapices”. Por primera vez se habla aquí de un producto en el que prima su estética, su diseño y su calidad artística por encima de su estricta funcionalidad y que se sigue realizando manualmente a pesar de la existencia ya de maquinarias avanzadas (...).

Viene todo esto a cuento porque yo lo que quería era proclamar que, de algún modo y dada la tardía incorporación de la comarca a los procesos industriales, los artistas que aparecen en este documental que traemos representan la primera generación de artesanos de Los Pedroches tal como hoy entendemos este término. Son los primeros que trabajan conscientes de que el valor de su trabajo no es principalmente funcional, sino estético, los primeros en los que prima el diseño sobre el uso, los primeros que son conscientes de estar manteniendo y transmitiendo a futuras generaciones unos modos de trabajo tradicionales que de no ser por ellos
hubieran ya desaparecido.

Y se da la paradoja en algunos casos de que, siendo los primeros, parece que son también los últimos. Tal es el caso de Francisco Pozo, nuestro artesano curtidor que mantiene, según parece, la única tenería artesanal que sobrevive en toda Andalucía. O de Francisco Santos, el último eneador de Los Pedroches y quién sabe si habrá alguno más en Andalucía o en toda España. Pero también otros oficios, cuando los veamos ahora en la proyección, nos parecerán sacados de un pasado remoto y nos maravillaremos de que haya aún personas que sean capaces de trabajar así, con esa paciencia tan ajena al mundo de hoy y con ese amor al trabajo hecho a base de esfuerzo y espíritu de perfección. El trabajador de la enea, el pedrero con sus cuñas y la maza, el herrero con el yunque y el martillo, el paciente tallador de la madera, el alfarero tradicional, el guarnicionero con sus mochilas… son estampas venidas de otro mundo y que sin embargo un grupo de personas de nuestra comarca se ha empeñado en mantener, en primer lugar porque han encontrado en ese oficio un modo de mantener su economía, pero también, y esto es lo que principalmente nos maravilla, porque han decidido colaborar en el mantenimiento de unas formas principales de trabajo que ya se hallan en peligro de extinción. Y el mantenimiento del trabajo trae consigo otros mantenimientos y me referiré ahora tan sólo a uno: el vocabulario, las palabras. Gracias a que se mantienen todavía estos oficios, gracias a que estos artesanos de Los Pedroches han decidido colaborar en su supervivencia, se mantienen aún vivas y con significado palabras que a muchos de los presentes quizás nada digan, pero que a otros evocarán recuerdos muy entrañables: la uñeta, la chaira, el matacantos o la lezna del guarnicionero, la azuela y la escofina del silletero, el cáñamo y el cerote del zapatero, la clavera, la estampilla, la buterola y la carrañacla del herrero, el escoplo, la picareta y el barreño del pedrero.

Cuando enseguida veamos el vídeo, y este es uno de sus grandes valores, nos enfrentaremos a secuencias que parecerán sacadas del pasado y que sólo por el amor a su profesión de los miembros de Ofiarpe podemos todavía contemplar en Los Pedroches. La imagen del pedrero Rafael Espejo partiendo en dos una mole de granito con el certero y sabio manejo de las cuñas y la maza, o la secuencia del herrero Bonifacio Moreno golpeando un hierro incandescente en el yunque de su fragua, son estampas que nos retrotraen a un pasado que sin embargo en Los Pedroches es presente. Pero se da la circunstancia de que hoy no contemplamos esto como una señal de retraso ni como un indicio de que Los Pedroches continúan con su secular abandono en la historia, sino que tales escenas son reflejo de un sentimiento que permanece muy arraigado entre las gentes de nuestra tierra, el de que hay que progresar sin olvidar completamente las raíces, que no se puede avanzar rechazando las técnicas de trabajo tradicionales que son las que nos atan a nuestro pasado y a nuestra historia.

Porque se da la paradoja de que en estas manifestaciones del pasado, en estas muestras de economía tradicional que quizás pudieran parecer de subsistencia, se halla sin embargo un germen de esperanza para el desarrollo económico futuro de la comarca de Los Pedroches. En otras ocasiones he escrito que uno de los valores mayores de nuestra tierra es que ha sabido conservar tradiciones, fiestas, costumbres, arquitecturas, gastronomías y formas de ser que en otros lugares hace ya mucho tiempo que desaparecieron, ahogadas por la uniformidad cultural que parece igualar las sociedades contemporáneas. En Los Pedroches, sin embargo, gozamos de una riqueza etnológica tan grande que hemos podido hablar de la comarca como una “reserva natural de la antropología”, puesto que todavía pueden observarse en nuestros pueblos rasgos definitorios, rituales festivos y modos de trabajo que algunos investigadores sólo conocían ya a través de los libros.

Ese vínculo con el pasado puede ser una esperanza futura. Hay en las sociedades modernas un deseo de recuperar las raíces, los procesos que nos identifican, y en el mundo que hoy vivimos el turismo rural es el modo más eficiente de acceder a estos conocimientos. Los trabajos artesanales de los miembros de Ofiarpe, al igual que las fiestas populares o nuestra arquitectura vernácula, son reclamos potentísimos para que gentes inquietas acudan desde otros lugares a conocer esta riqueza que poseemos muchas veces sin reconocerla ni apreciarla.




El presidente de Ofiarpe nos entrega unos regalos a la finalización del acto


Saludos y charlas a la entrada.


De izquierda a derecha, Jesús Rodríguez, Patricio Moreno, Dolores Sánchez, Luciano Cabrera y Antonio Merino.


Un fragmento del documental presentado el sábado.

3 comentarios :

Anónimo | martes, febrero 19, 2008 9:32:00 a. m.

El pasado sabado invitada por Domi Calero tube la suerte de asistir a la presentacion del video de los Artesanos de los Pedroches, tengo que decir que fue un acto en el que difrutas tanto de poder compartir un momento con todas estas personas que luchan por sus raices con oficios que nos recuerdan nuestra niñez , enhorabuena a todos los artesanos de los Pedroches , por dejar este testimonio para generaciones venideras, muy bien Antonio una vez más por tú intervención

Anónimo | viernes, febrero 22, 2008 11:13:00 a. m.

En el Córdoba se hace eco hoy de la noticia, casi una semana después: http://www.diariocordoba.com/noticias/noticia.asp?pkid=385322

Juanma | lunes, octubre 26, 2009 4:04:00 p. m.

He visitado vuestra comarca y a alguno de los artesanos de ofiarpe.
Espero que os guste mi trabajo. Un saludo
http://www.miradasdeandalucia.es/blogmiradas/juanmadelgado/2009/10/24/ofiarte/

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