La lección del futuro

La lección del futuro

Grupo escolar de El Viso. [Foto: Juan Carlos Rubio en el Facebook de Viseños por el mundo].

Ayer celebramos en mi instituto la ceremonia de fin de curso para los alumnos de segundo de Bachillerato que, después de seis años de permanencia, abandonan al fin el Centro para dirigirse ya cada uno a su futuro. Como siempre ocurre en estos acontecimientos, fue un encuentro de nostalgias: de las pequeñas nostalgias de los alumnos, que consideran haber transcurrido un mundo entre su ingreso en primero de la ESO y su salida de ahora, que lamentan ya severos lo que hicieron o no hicieron en tan poco margen, que exaltan la amistad como valor supremo. Pero, sobre todo, las nostalgias de los mayores que también andábamos por allí, las de los padres y profesores. Observar ahora las incertidumbres que acechan a estos jóvenes dispuestos a cumplir sus sueños, con su libro de vida aún entero por escribir, todavía expedito de errores -aunque ellos crean otra cosa-, no hace sino traernos al frente el nuestro propio, la evidencia de nuestro recorrido personal tan errático, ese sí que lleno de equivocaciones ya incorregibles. La confrontación de ambas percepciones y realidades deja un poso de amargura que apenas disimula la alegre circunstancia del momento, la explosión de energía juvenil que sabe expresar su emoción con lágrimas sensibles que son destellos de porvenir.

Allí, anoche, se hicieron miles de fotos y de todo ello me he acordado esta mañana al contemplar esta imagen clásica de un grupo escolar de El Viso. Una fotografía que era entonces un artículo de lujo y también un objeto artístico. Las caras de los niños, y la del maestro, las tremendas realidades que se ocultan tras sus miradas, los ojos llenos de futuro -como ahora, siendo tan diferentes-, marcan una impronta indeleble. El mundo gira y todo es siempre lo mismo a la vez que distinto. El futuro de estos niños de la vieja fotografía, que una mano piadosa cosió para que no se borrara del todo la memoria, es ya pasado, olvido. La lección más difícil de aprender.