El frío de la perfección
Teatro La Abadía representando los "Entremeses" de Cervantes. [Foto promocional]
Por fin, El Silo completamente lleno. No sé si el mérito es de Cervantes o porque era gratis. Los Entremeses, en versión de José Luis Gómez, mostraron una elegante y sobria puesta en escena, clásica en su más puro sentido, con canciones tradicionales y efectos sonoros en directo, un colorido vestuario, un espacio escénico transparente que dejaba al descubierto los artificios del teatro y unos actores con una dotes interpretativas magistrales. Siendo todo tan destacado, tan deslumbrante y rayando la perfección, la propuesta, sin embargo, deja algo frío al espectador y no es solo porque todos hayamos visto ya estas pequeñas obritas en versiones más innovadoras. Al trabajo de La Abadía le sobra, a mi parecer, técnica y le falta emoción. Es un montaje demasiado perfecto en todos sus componentes, hasta el punto de que se echa de menos eso que hace que la obra de arte dé un pellizco en el estómago al espectador, que le inquiete, le sorprenda o le angustie. Tras las dos horas de representación, que se pasan en un suspiro, uno aplaude complacido reconociendo el buen trabajo desarrollado, y luego se marcha a su casa tranquilamente pensando en otra cosa, sin que parezca haber quedado ninguna huella.
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