Candidatos al Solienses: fragmentos
Alejandro López Andrada: Entre zarzas y asfalto
Iluminaciones
Traje un puñado de luz entre los dedos. Se lo robé a la tarde que se iba, abandonando un lirio entre los cerros. Vi tras las casa una ocre oscuridad. Luego, la noche vino de puntillas. Mientras los grillos abrían oquedades en la carne del cielo, abrí mi puño soltando el aire y una luz ya malva -el sol de mi conciencia- se agrandó e iluminó un instante el encinar.
Francisco Onieva: Vértices
El Soldado
Existe.
Sin asumir ninguna responsabilidad,
como cualquier paisaje.
Sin tiempo, como un parque infantil en diciembre.
Sin vida, como una clase en agosto.
Forma con las encinas un bosque de galena,
y con ellas comparte estaciones y luces.
Un poblado derruido, eucaliptos, escorias,
pozos, huellas del tren,
piedras... por todos lados, piedras.
Lo miro sin buscar otro secreto
que la emoción,
pero no me devuelve la mirada.
Y os veo.
Transformáis la inmutable existencia
de esa geometría estéril,
seguras de que el cielo
-perpetua estalactita colgada del silencio-
puede rozarse con los dedos.
La fecundáis.
Os llamo con las palabras del hombre
que observa lo que no comprende y se estremece.
Es hora de volver.
Basta con regresar sobre los propios pasos
para adecuar pensamientos y símbolos.
Juan Bosco Castilla: El hombre que amaba a Franco Battiato
El centro de gravedad permanente
Don Ginés había aspirado a diputado provincial por el partido judicial de Pozoblanco, donde contaba con apoyos más que suficientes entre sus compañeros de partido, y durante unos cuantos días se vio ejerciendo de Diputado Delegado de Cultura, pero desde las altas esferas provinciales llegó la orden de votar a otro para pagar el apoyo a una candidatura en un congreso interno y se quedó con la miel en los labios y el único ejercicio de concejal de pueblo, un cargo que a él le venía pequeño. El elegido había sido alcalde, pero había perdido las elecciones y se había quedado sin cargo y sin un sueldo que llevar a su casa. Don Ginés sabía que el Diputado Delegado de Cultura le debía a él buena parte de su nombramiento, pues lejos de oponerse a su designación había renunciado a hacerle la competencia y lo había votado, y sabía que con una simple llamada suya la Diputación publicaría El centro de gravedad permanente en su colección de narrativa actual, pero no hizo nada en tal sentido, sino al contrario, ordenó al secretario del Ayuntamiento que remitieran el libro al departamento de publicaciones de la Diputación como si fuera cualquier otro original y llamó al Diputado Delegado de Cultura para advertirle que el informe técnico debía ser negativo, porque el individuo que lo había escrito era impresentable y un sectario. "Si se lo merece, ya se publicará cuando ganen los suyos", sentenció.
10 comentarios :
Por lo que puedo leer de los tres fragmentos, en mi humilde opinión, el de Bosco Castilla es el mas notable. El premio Solienses éste año debe recaer en él. Me gusta, expresa fuerza y demuestra una estética poco común en nuestros escritores. El texto manifiesta una proximidad al lector que lo convierte en un relato muy atractivo y sugerente. Disculpadme si no me expreso bien y tengo alguna falta de ortografía, pero es que solo pude acabar la ESO y con dificultad.
Veo tan claro como tú quien será el ganador. Lo que no veo tan claro es que sea el más notable y no comparto nada que el premio deba recaer sobre él. Esas afirmaciones hacen daño al premio. Para terminar la ESO con dificultad te expresas muy bien. Tenemos un sistema educativo que funciona.
Los cojones funciona bien el sistema educativo. Por lo menos 10 años he estado estudiando inglés en los colegios públicos y yo al igual que mis compañeros no somos capaces de entablar una pequeña conversación con un nativo de Inglaterra. Los ciudadanos del resto de los paises europeos con un periodo de aprendizaje inferior salen de los colegios dominando el inglés. Yo al igual que el primer comentarista apuesto por Juan Bosco Castilla.
Yo no sé quien ganará pero este año se ha cometido alguna injusticia.
Y no será la única. Tenía que estar un novelista que aún no tiene el premio porque le toca. Mis tres candidatos serían López Andrea, Onieva y Félix A. Moreno. Pero claro los 3 tienen ya el premio y había que sacrificar a alguno.
Pues yo no veo ninguna injusticia porque, y así fue desde el principio, Antonio, creador del premio, lee y elige. ¿Qué esto es supeditarse al gusto y lecturas del editor? Ciertamente sí. Pero considero a Merino un buen lector, una persona culta y con conocimientos suficientes para hacer una buena elección. Como se demuestra en los tres libros seleccionados. Puede que no acierte con el gusto de otros lectores, eso también. Pero hay que darle un margen de confianza. Además, quién sospeche que su texto no va correr buena suerte por la parcialidad del seleccionador sólo tiene que retirarlo cuando se publican los primeros títulos. Veo difícil este año la labor del jurado, eso sí.
Propongo para la entrega de este año el incomparable espacio del Castillo de Belalcázar, ahora que necesita que el tema suene en los medios.
Antonio, se premia al libro o al autor? El anónimo del jueves se expresa también muy bien, aunque no sea bilingüe y no entienda la ironía del anterior comentario.
Creo que Antonio elige con buena fe y que es culto y tiene buen criterio, lo que ocurre es que elegir según unos criterios personales es complicado y es entendido luego por algunos como que son las mejores obras. El lo ha dicho: eso trae unas consecuencias que afectan a otros y eso se ve en los comentarios anteriores que buscan polémica donde no la hay si se conoce a los otros.
¿Al autor? ¿A la obra? ¿Acaso lo dudas? Y sí hay ironía en mis palabras.
El Premio Solienses se concede a un libro, por lo que el mismo autor podría recibir el premio en varios años.
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