La herida de los antepasados
El alcalde de Belalcázar envía cartas a la embajada de Colombia en España y al consulado en Bogotá mostrando su malestar por el derribo de la estatua de Sebastián Moyano en Popayán.
Era cuestión de tiempo, de días. Apenas el pasado julio aludíamos a la ola que iba creciendo de indignación frente a las estatuas de los conquistadores españoles de América, algunos de ellos procedentes de Los Pedroches. El pasado 16 de septiembre era derribada por un pequeño grupo indígena de etnia Misak la estatua ecuestre del conquistador Sebatián de Belalcázar en la ciudad de Popayán (Colombia), que él mismo fundó. La escultura es obra del español Victorio Macho y fue colocada en 1940 en el llamado "Morro de Tulcán", una colina de alto valor simbólico para el pueblo indígena porque bajo ella se oculta una pirámide ceremonial prehispánica.
Lógicamente, enseguida se inició de nuevo el debate en torno a la violencia de los hechos, lo inadecuado de juzgar el pasado desde la perspectiva actual o la agresión que supone para las culturas indígenas este culto a la figura de los conquistadores, que, según era uso en la época (y cuándo no), asentaron su gloria pasando a cuchillo a cualquier opositor. La repercusión en los medios de comunicación colombianos ha sido grande, tanto por el hecho en sí como por lo que pueda tener de incitador para futuras actuaciones. En Cali ya están protegiendo su propia estatua de Sebastián Moyano, que se cambió de nombre, según se puede leer, al llegar a Cartagena "porque venía huyendo, como tantos otros conquistadores, por el crimen de su hermano, a quien había dado muerte a garrote". Otro apostilla: "Pasó de ser un siervo que cuidaba cerdos en España a gobernador de una ignota provincia indiana". En general, el belalcazareño no sale bien parado del juicio público, aunque es opinión mayoritaria que el derribo de la estatua no parece forma justa de equilibrar la historia.
El Ayuntamiento de Belalcázar ha considerado necesario salir al paso de los hechos y de la opinión enviando sendas misivas a la Embajada de Colombia en España y al Consulado General de España en Bogotá (Colombia). En ellas, el alcalde muestra su preocupación y malestar por las agresiones que viene sufriendo la figura de Sebastián y, más concretamente, por el derribo de su estatua "en la hermosa ciudad de Popayán, con la cual estamos hermanados". Refiriéndose a las comunidades indígenas, el alcalde dice entender "su derecho constitucional a ejercer la protesta", pero alerta del efecto contrario que puede tener tal actuación, "y verse como un hecho que implica violencia y vandalismo, una falta de respeto por la historia y sus manifestaciones artísticas que han sobrevivido al paso del tiempo". El alcalde finaliza su carta admitiendo los claroscuros de la biografía de Sebastián Moyano, pero reconoce que "para nosotros es una figura que, con sus luces y sus sombras, forma parte de nuestra historia, y nos merece un respeto".
Y el error está ahí. En que no siempre nuestra historia merece un respeto.
12 comentarios :
Para mirar atrás, 500 años, que no son pocos y considerar un crimen lo que sucedió entonces, muy resuelto debes tener el presente para no luchar contra las injusticiass que el pueblo vive hoy.
¿Tirando estatuas cambiará la Historia?
Si nosotros en España hemos derribado con buen criterio las estatuas del dictador y opresor general Franco, no veo porque en latino America no van a hacer lo mismo con sus opresores. Porque los conquistadores que llegaron desde España fueron a hacer fortuna a consta de ellos. Es normal que mucha gente de Latino America sientan desprecio hacia estos personajes.
Más desprecio deberían tener por quién les gobierna ahora en muchos casos y que si marcan el futuro de sus hijos. En España no se derribo, se desmontaron estatuas y cambiaron nombres a calles en aplicación de la ley, no como vandalismo. No confundas
Correcto y cierto.
El mal que hicieron los conquistadores allá por el 1500 repercute hoy en el que le están haciendo muchos gobernantes mestizos de América del Sur??, Sin olvidar la historia, lo que puedan hacer hoy para enmendar la situación que viven de desigualdad y precariedad no está en las manos de Belalcazar, Hernan Cortes y otros, está en las suyas y exigir los derechos de los indígenas en sus manos.
Damos por hecho que el Sr. editor cuando afirma que no siempre "nuestra historia" merece respeto se refiere a nuestra historia común de la humanidad.
¿Verdad?
Visité en 2005 las ciudades de Popayán, Cali y Quito, ciudades fundadas por Moyano. Estuve acompañado todo el tiempo por nativos de Colombia y Ecuador, el trato fue impecable dentro de todos los sitios oficiales y no oficiales que pude visitar como natural de la villa del fundador de estas ciudades.
El morro de Popayán donde se encontraba la escultura de Moyano, es un lugar muy característico para los payaneses, en si la escultura estaba llena de escritos de las parejas que allí se declaraban, eso me llevó a indicar en su alcaldía que sería bueno que la protegieran para que la gente no llegase a la misma. Me hicieron caso en parte, porque al poco tiempo estaba limpia de los escritos pero al no quedar mas protegida han vuelto de nuevo a escribir en ella y ahora a su derribo.
Sobre el derribo solo decir que no es un tema nuevo la controversia de los conquistadores en aquellas tierras, valorar con ojos de ahora lo que se hacía hace 500 años en esos temas es quizás un poco complicado analizarlo con parcialidad. De todos modos creo que los indígenas están ahora en la actualidad discriminados, olvidados, y no es un tema de conquistadores, sino por quienes les gobiernan.
José Cortés
Los pobres, los oprimidos, los esclavizados, hacen conatos esporádicos de rebelarse ante su explotación sempiterna y son acusados de violentos. Los imperialistas, los explotadores del genero humano; humillan, violentan, esclavizan, exterminan, y son tildados de civilizadores. ¿De dónde saldrá el martillo
Verdugo de esta cadena?. Salud y República.
Derriban estatuas porque no pueden derribar gobiernos. Se consuelan en su orfandad cuando echan abajo a un conquistador cruel que no pensaba en sus antepasados como personas. Lo siguen haciendo ahora, sus gobernantes. No piensan en ellos y llenan sus bolsillos. No los derriban. Solo de tarde en tarde derribamos gobiernos. Con los votos, me refiero. En España están también llenando ahora sus bolsillos. Pero no es ese el tema. Dice bien un paisano cuando piensa que es difícil juzgar aquellos crímenes con los ojos de ahora. Los que nacimos y crecimos en la Dictadura teníamos a aquellos conquistadores como héroes. Franco era un héroe, como aquellos belicosos guerreros, y ese incienso de bravura y de salvador de la ignominia comunista y de la patria, se derramaba a diario en las escuelas. Y aún hoy no puedo dejar de admirar, simbólicamente, a Hernán Cortés o a Pizarro. Todo es cuestión de política, de estrategia. Este derribo de estatuas, ese desmantelamiento de nombres y de monumentos en España es también cuestión de estrategia, de un movimiento de fichas en el tablero de la política. Siempre hay alguien detrás interesado y lo aprovecha. A veces lo fomenta. Siempre hay un pueblo bobalicón que solo mira, que no interviene. Alguien se estará frotando las manos en Colombia. Alguien se estará frotando las manos en España cuando suben los contagios en Madrid. ¿Dónde está el remedio?
Donde va a estar? En Abascal; o no camarada?
¿Se imagina usted persona S y R un término medio?
¿O toda la humanidad es exclusivamente como uno u otro de los extremos que usted define?
Válgame Dios 🙄🙄🙄
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