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Entre águilas

Manuel Camacho, ayer en Dos Torres [Fotos: Solienses].


Lo más reseñable de la jornada de ayer en la Muestra de Cine Rural de Dos Torres fue su propia realización. En estos tiempos de pandemia y confinamiento, constituye un respiro para el alma la permanencia de algunas actividades culturales que rompan el páramo yermo de alimento espiritual en que parece haberse convertido nuestra existencia en los últimos tiempos. Con las medidas básicas de prevención sanitaria (toma de temperaturas, hidroalcohol, distancia social, mascarillas), un puñado de atrevidos nos reunimos en el Centro Cultural DT para apoyar estas iniciativas en tiempos de tanta incertidumbre y comprobar que la seguridad en los recintos de la cultura es mucho mayor que en los bares del entorno, donde a esa misma hora grupos de personas sin mascarilla gritaban a pleno pulmón los avatares del partido de fútbol de turno, mientras bebían de sus vasos agolpados en la barra.


Lo segundo que más destacaría fue la presencia del actor jarote Manuel Camacho en la película que se presentaba: Hermanos del viento (2015), dirigida por Gerardo Olivares y Otmar Penker (el debate sobre si esto es cine rural o no lo dejaremos para otro día). El filme resultó ser un documental de naturaleza con una historia humana insertada con calzador. En la pantalla pueden verse espectaculares imágenes de paisajes impresionantes y sobrecogen las sorprendentes tomas de la actividad animal, particularmente de la vida de las águilas y su majestuoso vuelo por los valles nevados, pero el relato del niño traumatizado carece de la suficiente fuerza dramática como para despertar interés en el espectador. Aun así, la presencia de Manuel Camacho no pasa desapercibida y, a pesar del mínimo guión y la ausencia casi absoluta de diálogos, el joven jarote logra expresar una gama de sentimientos que le auguran un mejor futuro en el mundo de la interpretación.


Gerardo Olivares, durante el coloquio de ayer en Dos Torres.


Tras la proyección de la película tuvo lugar un coloquio, moderado por el periodista Manuel Bellido, con la presencia del director Gerardo Olivares y el propio Manuel Camacho. Ambos recordaron su primer encuentro en la película Entrelobos (2010) y relataron muchas anécdotas en torno a los rodajes de ambas cintas, que tienen el nexo común de su ambientación en plena naturaleza (una en la sierra de Cardeña, otra en los Alpes). Olivares desentrañó algunas peripecias del rodaje en paisajes agrestes y de las imposiciones de trabajar con animales ("Hermanos del viento se rodó en 17 águilas", afirmó). Manuel, por su parte, habló de su presente y su futuro. En la actualidad ha abandonado temporalmente la actividad interpretativa y dedica el tiempo a su formación: se encuentra estudiando interpretación en la escuela de Cristina Rota en Madrid y también estudia Bellas Artes. Manifestó su gusto por la videocreación, la fotografía y la pintura, aunque confesó que se ve preferentemente trabajando en el mundo de la interpretación. También ha perfeccionado su inglés en Estados Unidos y, según Olivares, es un virtuoso del violonchelo. Con todas estas bases, será más fácil emprender un futuro prometedor. 


Los tres participantes en el coloquio.

1 comentarios :

Anónimo | domingo, octubre 25, 2020 1:52:00 p. m.

Sobre esta película, yo la difetencio en dos partes la parte humana o fílmica y la animal o documental. La vi allá por 2016, creo que estaba en francés ya que en España aún no se había estrenado, incluso creo que tenía otro nombre. Lo que de verdad me llamó la atencíón en esta película es el trabajo del austriaco Otmar Penker. La película la he vuelto a ver sólo por las imagenes de las águilas. Son sobrecogedoras y una auténtica obra de arte documental.

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