Crónica de mi pueblo / 2
Una pequeña furgoneta blanca se detiene delante de una vivienda. La conductora saca de la parte de atrás unas bolsas con suministros de supermercado y las deja delante de la puerta de la casa, que permanece aún cerrada. Al alejarse unos pasos, se abre el postigo y observo que la repartidora charla brevemente con alguien del interior. Mientras sube de nuevo al vehículo, unas manos introducen las bolsas adentro. Añora ha comenzado a organizarse por ella misma. Varios establecimientos comerciales ofrecen gratuitamente reparto a domicilio para aquellas familias que se encuentren confinadas, bien por tener algún miembro positivo, bien por haber sido contactos estrechos. También el ayuntamiento ha puesto en funcionamiento un número de teléfono para asistencia a afectados.
Esta mañana nos hemos levantado con la noticia de que los diagnosticados positivos en covid-19 podrían elevarse hasta 87 personas, según fuentes municipales y a la espera de la confirmación oficial. La cosa resulta ser mucho más grave de lo que imaginábamos ayer y la incertidumbre al fin parece decantarse hacia el abismo. Estos datos provisionales arrojarían una tasa de más de 5.600 casos por cien mil habitantes (en España actualmente la tasa más alta corresponde a Baleares, que la tiene establecida en 575). El Ayuntamiento de Añora ha dado la voz de alarma y ha solicitado a través de un comunicado la toma de medidas excepcionales por parte de la Junta de Andalucía y el Gobierno de España ante la gravedad de la situación. Preocupa especialmente la rápida propagación del virus: los 87 casos detectados se han declarado en tan solo seis días, desde el pasado 29 de diciembre, en que se tuvo conocimiento del primer caso positivo.
Ya el día 30 la alcaldía informó de la existencia de tres focos en la localidad, de los cuales "el más numeroso y preocupante es el que afecta a jóvenes de nuestro municipio, los cuales con su irresponsabilidad nos han sumergido en una dura y brutal realidad". Se hablaba de que los jóvenes "han venido manteniendo conductas inadecuadas con reuniones en locales y casas privadas durante toda la pandemia, alargando los tiempos de ocio sin adoptar las medidas de prevención adecuadas". Al día siguiente, el alcalde volvía a insistir a través de un bando en "la situación de extrema gravedad en la que se encuentra nuestro pueblo" y requería al vecindario "el escrupuloso cumplimiento a todas las medidas preventivas que han sido dictadas". Se pedía que todos permanecieran en sus casas, el cumplimiento riguroso de cuarentenas y confinamientos, así como " la colaboración y la solidaridad de los establecimientos de hostelería para que permanezcan cerrados hasta que en unos días la situación se estabilice". Hoy mismo el Ayuntamiento ha emitido una nota de prensa avanzando el número posible de contagiados y dando cuenta de las gestiones realizadas ante las administraciones estatal y autonómica e instando "sobre la necesidad del estudio exhaustivo del virus responsable de este brote" en la localidad, ante la extrañeza por su rápida propagación. "Ello puede ser crucial para ayudar a la población a entender lo que está ocurriendo en su municipio y generarles una confianza muy necesaria en el momento tan duro que están viviendo". Hay en el vecindario desconcierto ante lo que ven suceder, como un mal sueño. "Nada justifica un contagio tan brutal como el producido en Añora", proclama la nota.
Mientras, en la calle no se ve un alma en esta mañana fría y gris. La Guardia Civil acude a realizar tareas rutinarias de control, pero tiene poco trabajo. Los vecinos andan ansiosos de noticias, esperando algún indicio que indique el doblegamiento de la curva. Deseando alguna señal de alivio que les permita alimentar cierta esperanza. De momento, tras cuatro días sin actualización de datos, todos empiezan a sentir una cierta sensación de abandono. Como que, ante la alarma de los números que vamos conociendo, nadie atiende a la gravedad de lo que manifiestan. "¿A qué esperan? ¿Por qué nos abandonan a nuestra suerte?", comenta un vecino. Entretanto, la furgoneta blanca continúa repartiendo bolsas de supermercado por un pueblo que parece deshabitado, pero no lo está.
10 comentarios :
La sociedad decide, de vez en cuando, suicidarse. El problema está en aquellos a los que no se les solicitó su opinión. Los recursos son limitados y están llegando. Lo del abandono al que se refiere debería ser explicado. El papá estado/autonomía/comarca/pueblo no puede abarcar a tanta inconsciencia.
Esperemos pase esto pronto, no buscar culpables en ningun sitio, el culpable es el coronavirus, le perdimos el miedo y ese fue el error. ¡ANIMO! Saldremos adelante, cuidaos al maximo, y cuando pase un tiempo esperemos no sea mucho podremos seguir con nuestra vida de siempre pudiendo por fin disfrutar de todo ,de nuestras cruces, de nuestra feria. Esto pasara y lo recordaremos como un mal recuerdo. Os deseo lo mejor a todos, Esto PASARA.
Hace unos días escuchaba en una emisora nacional, Onda Cero, la charla de un filósofo. Tengo mucha confianza en lo que me dice un filósofo porque son personas que piensan. Se elevan por encima de la nata o costra de lo que son los rumores, las declaraciones, las opiniones de expertos, etc. y descubren verdades elementales. En esta ocasión, naturalmente, estaba hablando del crecimiento en estos días de los contagios. Él los resumía así: "Estamos rodeados de jóvenes, y no tan jóvenes, caprichosos y gobernados por políticos cobardes. Sí, me dirán, si fueran más valientes, ¿quién lo pagaría? Los bares, los restaurantes...Muy bien, pero yo me quedo con la frase del filósofo.
Por favor, Anónimo | lunes, enero 04, 2021 9:51:00 p. m. ha abierto comillas con la frase del filósofo, pero no las ha cerrado.
Puede surgir -y surgirá- la duda de dónde termina la frase del filósofo.
¿Sería usted tan amable de escribir única y exclusivamente la frase del filósofo entrecomillada en su principio y en su final?.
Gracias.
Cierto, atento paisano, se me ha olvidado cerrar las comillas. Se puede deducir, pero eso es mucho pedir en estos tiempos de agobios y pandemias. Esta noche, en la cama, me decía: "Me parece que no he cerrado las comillas de mi comentario". Y así ha resultado. Porca e mínima atención la mía. Lo considero un descuido pero es verdad que se presta a confusión y le agradezco su recta intención. Las comillas, esa insignificancia. Pero cumplen su misión, sí señor. Las cerraré ahora mismo y así resolveremos la gran duda de mis palabras. Las comillas deben cerrarse después de "políticos cobardes". Lo repito, por si todavía quedan dudas: "políticos cobardes". ¿Se entiende mejor ahora? Políticos cobardes, esto ya sin comillas. Y como aquella opinión pertenecía al filósofo que hablaba no me voy yo a meter en dilucidar si se estaba refiriendo a políticos locales, autonómicos o a aquellos que decretan estados de alarma que solo sirven para lo que a ellos interesa. La cuestión está en saber si este señor filósofo, Ignacio Varela, tiene o no tiene razón. Naturalmente con todos los matices que se quieran señalar. Misión cumplida.
Sí, lo de siempre los culpables son los chinos y el "esto está pasando en todas partes". La culpa la tienen los irresponsables, jovenes y padres, que miran a otras partes pero no al interior de sus casas. Solo había y hay que cumplir con unas normas básicas y estás se han incumplido por parte de jovenes y de padres. Los hijos son hijos de la vida, sí, pero digo yo que nosotros también hemos puesto algo y alguna corresponsasabilidad tendremos. Antes de nada, hay que enseñar civismo.
Me ha hecho gracia el segundo comentario, no echarle la culpa a nadie, la culpa es del coronavirus, hombre pues menuda novedad, aunque un sector de la población llevan culpando al gobierno de esta lacra desde marzo, me temo que los mismos que ahora no quieren culpables. Esto se llama doble cara de medir
Lo que ha pasado en Añora gran parte de culpa la tienen los ciudadanos por no cumplir las normas y otra parte de culpa el ayuntamiento por no disponer de autoridades que obliguen a los ciudadanos a cumplir la normas. En Añora no había en los días mas festivos de las fiestas navideñas ni policía municipal ni vigilantes municipales para que al menos obligaran a la gente que se acumulaba en la calle en la puerta de algún bar a que cumpliese la normas y creo que eso es responsabilidad del ayuntamiento. Nadie puede controlar que todos los conductores utilicen el cinturón de seguridad pero hay policía para vigilarlo. Nadie puede controlar que todos los ciudadanos cumplan las normas COVID pero debe haber autoridad para su control y en Añora no la ha habido. Llamemos a las cosas por su nombre y que cada cual asuma su responsabilidad.
Esto es parte del mensaje de reyes del alcalde de Añora: "Hoy tenemos helado el corazón y la mente, pero también algunos/as están demostrando que tienen helados los sentimientos, no colaborando para que esto cese o tratando de sacar rendimiento a la desgracia colectiva." Pero el resto de los mortales a callar "que no hay que echarle la culpa anadie"
Todos tenemos sentimientos y no helados, porque todos estamos muy preocupados y todos tenemos familiares mas o menos allegados en Añora, menos cercanos y muy cercanos. Parece que la preocupacion y los sentimientos son solo de algunos.
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