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Una reflexión sobre el estado del patrimonio monumental de Los Pedroches

José Luis González, de Piedra y Cal, y Antonio Merino, editor de Solienses, el pasado jueves en Pozoblanco [Fotos: Agustín Merino]

El objetivo del libro Patrimonio perdido de Los Pedroches, como ya hemos dicho en otras ocasiones, no era solo recoger un catálogo de ausencias en la nómina de monumentos comarcales, sino promover espacios de reflexión en torno a la cuestión de la protección y salvaguarda del patrimonio histórico en nuestra tierra. El jueves por la noche se dio cumplimiento a este propósito.

Más de sesenta personas abarrotaron la sede de la asociación "Piedra y Cal" de Pozoblanco. "Piedra y cal" me había invitado a pronunciar una conferencia sobre el tema, que yo bauticé como "Patrimonio perdido de Los Pedroches: una propuesta contra el olvido". Desde la publicación del libro vengo jugando con este oxímoron memoria/olvido a raíz de un verso de Mario Benedetti que me fascinó: "El olvido está lleno de memoria" [el libro completo de Benedetti, una preciosidad, puede leerse aquí], puesto que la memoria es la mejor arma contra el olvido.

Y allí estábamos aquella noche gozosamente lluviosa, mientras en otro lugar de Pozoblanco se celebraba también el entierro de la sardina. Me presentó, con la solvencia y generosidad acostumbrada, José Luis González Peralbo, vocal de la asociación y Cronista Oficial de Pozoblanco, él mismo también incansable investigador de las cosas de nuestra tierra. En primera fila, con su presidenta María Teresa León Gómez a la cabeza, estaba toda la junta directiva de "Piedra y Cal", una asociación que lleva vasi treinta años preocupándose por la conservación del patrimonio histórico de Pozoblanco y de Los Pedroches. La responsabilidad, por tanto, era grande.

Vista de la sala durante la presentación del acto.

Por mi parte, comencé mi exposición con una apelación al concepto de "entorno monumental" a propósito de varias imágenes del santuario de la Virgen de Luna en distintos momentos del siglo XX. Luego, ya más centrado en el libro, abordé algunas de las causas principales que han provocado la desaparición de monumentos en Los Pedroches durante los dos últimos siglos: partiendo del concepto de "destrucción pacífica" acuñado por Gaya Nuño (y que, en nuestro caso, habría afectado especialmente a las ermitas), me referí también a la guerra como justificación del derribo de las iglesias de Cardeña, Conquista y Alcaracejos, a los decretos de exclaustración y desamortización como causantes de la desaparición de los conventos franciscanos comarcales y al tópico tempus omnia delet como responsable indeterminado de la desaparición a través de los siglos de algunos de nuestros castillos.

Seguidamente, hice una ligera referencia a algunos documentos internacionales de protección del patrimonio redactados durante el siglo XX, cuando la conciencia proteccionista abrazó finalmente el ámbito social, y destaqué de cada uno de ellos algún aspecto aplicable al propio patrimonio de Los Pedroches. Así, me referí a la Carta de Atenas de 1931, donde se incluye "la prevalencia del interés colectivo frente al individual" y abordé ligeramente las implicaciones que tal máxima contiene con respecto, especialmente, a la arquitectura doméstica. En la Carta de Venecia de 1964 se explicita que el concepto patrimonio se refiere no solo a grandes creaciones, sino también a las obras modestas que han adquirido con el tiempo una significación cultural, como las chozas de pastores de las que hemos venido hablando últimamente en Solienses (aquí, aquí y aquí). Finalmente, la Carta de Ámsterdam de 1975 incluye en el propio concepto de patrimonio a edificios de la época moderna, como la arquitectura industrial o minera, tan en riesgo todavía en nuestra comarca.

Terminé mi exposición apuntando algunas de las causas que todavía hoy mantienen en peligro el patrimonio monumental de Los Pedroches. Por una parte, la falta de protección administrativa, que está permitiendo la destrucción, por ejemplo, de nuestro patrimonio minero (los grandes castilletes de mampostería o de hierro, abandonados por ahí a su suerte en la mina Demetrio, por ejemplo), así como el patrimonio doméstico, las viviendas particulares, que están siendo ferozmente intervenidas hasta provocar que esté cambiando radicalmente la imagen tradicional urbana que teníamos de nuestros pueblos. Por otra, paradójicamente, el exceso de protección, que en casos como Dos Torres (cuyo casco histórico está declarado BIC y, por tanto, sometido a estrictas normas regulatorias) puede provocar el abandono a su suerte de las viviendas por parte de los propietarios. Finalmente, incluí como causa de riesgo en el mantenimiento de nuestro patrimonio monumental público las decisiones políticas arbitrarias, como la que afectó a la Casa de la Cultura de Añora (edificio moderno amparado por la Carta de Ámsterdam), que en 2020 sufrió la mutilación de una parte de su estructura (la que realmente le concedía un carácter monumental) sin justificación aparente.

Tras diversas intervenciones del público, que se mostró muy interesado por las cuestiones planteadas, nos retiramos a la sala contigua para tomar un aperitivo y continuar charlando sobre esta problemática y sobre otras. En el exterior había dejado de llover y los lamentos de las plañideras carnavaleras habían cesado, anunciando el comienzo de la Cuaresma.

 
Antonio Merino durante su intervención.

El autor firma ejemplares de su libro al final del acto.

 

10 comentarios :

Anónimo | sábado, febrero 17, 2024 4:21:00 p. m.

Sobre la "Declaración BIC" en Dos Torres y sus probables y por supuesto paradójicas pero nefastas consecuencias,
totalmente de acuerdo.

Anónimo | sábado, febrero 17, 2024 5:03:00 p. m.

Muy triste pero muy cierta realidad.
Así es.

Juan Gutiérrez | sábado, febrero 17, 2024 7:29:00 p. m.

Alguien con más poder que este Cronista, aunque no con más autoridad que nosotros para hablar de Conquista, ha extendido la fake new de que el templo de Conquista fue destruido durante la Guerra Civil del 36-39. Tanto es así que hasta el bien informado y honesto escribidor Antonio Merino, C.O de Añora. se ha hecho eco de este error que ya hemos aclarado en alguna que otra ocasión: “me referí también a la guerra como justificación del derribo de las iglesias de...Conquista…” , dice en su “Refelxión…” del 27 de febrero de 2024.
Conquista tuvo suerte, aquí no se cumplió el alegato del Lerroux “emperador del Paralelo” en sus mítines de Barcelona: “Destruid los templos. (…) No os detengáis ante los sepulcros, ni ante los altares”, si bien se quemaron algunos santos y el templo fue dedicado a menesteres que no le eran propios.
Fue el consejo del obispo Fray Albino, quien, en una visita que le hacen el Párroco y el alcalde, les aconseja que “el pueblo proceda al derribo de la existente, y proceda a hacer nueva obra ampliada en la parte del antiguo cementerio municipal.
Así, pues, se decide derruir en 1954 el viejo templo, trasladándose el culto al almacén de los Pacos en la calle Juego de Bolos nos 14 y 16 mientras se levantaba la nueva iglesia.

Antonio | sábado, febrero 17, 2024 11:44:00 p. m.

Estimado Juan: como tú mismo citas, digo que "me referí también a la guerra como justificación del derribo de las iglesias de Cardeña, Conquista y Alcaracejos". Como "justificación" (es decir, como "excusa"), no como "causa". Tal vez en mi "reflexión" no esté bien expresado, pero tanto en mi exposición como en el libro quedó claro que la iglesia de Conquista no sufrió daños graves durante la guerra y que se utilizó con normalidad para la actividad religiosa al terminar la contienda y que no fue derribada hasta 1954 por iniciativa del párroco de la época, tal como tú apuntas.

Anónimo | domingo, febrero 18, 2024 1:25:00 p. m.

Todas las imágenes religiosas de Villanueva de Córdoba, incluida la Virgen de Luna, fueron destruidas en los primeros días de la guerra civil.
Se hizo una gran hoguera en la plaza del pueblo y allí perecieron pasto de las llamas. Dicen algunos que la imagen de la Virgen de Luna fue arrojada en llamas desde lo alto de la torre, pero esto no puedo confirmarlo.
Al menos respetaron el edificio de la Iglesia de San Miguel que, ya sin imágenes religiosas, fue destinado a mercado de abastos.
Esto también es Patrimonio perdido de los Pedroches.
Y forma parte de la Memoria histórica, aunque algunos no quieran reconocerlo.

Anónimo | domingo, febrero 18, 2024 6:29:00 p. m.

Totalmente de acuerdo.

Anónimo | domingo, febrero 18, 2024 9:33:00 p. m.

La iglesia de Alcaracejos la destruyeron las bombas del bando nacional.

Anónimo | lunes, febrero 19, 2024 9:33:00 a. m.

Quedo anodadado al descubrir que la Virgen de Luna no es la que se apareció hace muchos años a un pastorcito en el Jara y que hacia el milagro de desaparecer de un sitio y aparecer en otro y que se trata de una réplica ya que la original la quemaron los rojos. Pierde eficacia en su capacidad milagrosa al tratarse de una copia? Esto es bueno que lo sepa la gente por el tema de la memoria histórica. Y es verdad lo que dice el anterior comentarista que la iglesia de Alcaracejos la destruyeron los malvados fascistas con sus bombas lanzadas por los aviones. Pero eso ya lo sabíamos.

Anónimo | lunes, febrero 19, 2024 11:45:00 a. m.

¡ Pero que chistosillo !
Otros quedaran anonadados de su irreverencia.

Anónimo | lunes, febrero 19, 2024 4:52:00 p. m.

Usted si que ha dejado "anodadado" a muchos/as

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