Los Pedroches necesitan urgentemente una estrategia de desarrollo sostenible
REFLEXIONES SOBRE EL FUTURO DE LOS PEDROCHESMacrogranjas porcinas y avícolas, prospecciones mineras, plantas fotovoltaicas o plantas de tratamiento de residuos carecen de un marco de ordenación territorial en la comarca
Aves en una granja de engorde [Foto: 123RF].
El Ayuntamiento de Añora concedió el pasado mes de junio autorización previa para la ejecución de actuación extraordinaria en suelo rústico para la legalización de una Granja Avícola de engorde con capacidad para 39.500 aves. La instalación, que existe desde los años 90 del siglo pasado, se legaliza ahora de acuerdo con Ley 7/2021, de 1 de diciembre, de Impulso para la Sostenibilidad del Territorio de Andalucía, que está permitiendo en los últimos años autorizar numerosas granjas como esta, que en su día se implantaron sin los necesarios requerimientos administrativos. La granja avícola en cuestión está construida en Suelo No Urbanizable de Especial Protección Paisajística Forestal - Mosaico Serrano. Aunque pertenece al término municipal de Añora, se encuentra más cercana al casco urbano de Pozoblanco (7,4 km.). Concretamente se ubica en el paraje de Las Lombrizosas, donde existe una pequeña urbanización dispersa, próxima a Cerro Castillo, escenario de violentos enfrentamientos durante la Guerra Civil de los que se conservan in situ numerosos vestigios.
Ante este panorama de actuaciones aparente descoordinadas, sería fundamental diseñar una estrategia integral que regule y equilibre el desarrollo económico, la protección ambiental y el bienestar social de Los Pedroches, una estrategia que debería estar basada en principios de sostenibilidad, participación ciudadana y cumplimiento normativo, teniendo en cuenta nuestro contexto territorial y los desafíos específicos de nuestra comarca. No se trata de rechazar sin más estas iniciativas empresariales, que, bien planificadas, podrían significar, de hecho, un revulsivo para la economía comarcal y contribuir positivamente al mantenimiento de una población en continuo descenso, sino de crear un marco regulatorio y un mapa comarcal de actuaciones que permita la incorporación de estos proyectos al desarrollo de nuestros pueblos sin convertir a Los Pedroches en una superficie saturada de instalaciones contaminantes y destructoras de ecosistemas cuyo beneficio principal no revierta en el propio territorio.
Frente a la aparente anarquía y arbitrariedad con la que en la actualidad se implantan este tipo de actividades en nuestra comarca, sería urgente crear un plan específico que regulara, por ejemplo, el uso del suelo, identificando a nivel comarcal áreas aptas y no aptas para actividades industriales (como macrogranjas e instalaciones de ganadería intensiva, plantas de tratamiento de residuos, plantas fotovoltaicas, explotaciones mineras y otras similares), plan que debería priorizar la conservación de ecosistemas sensibles, como las dehesas, la pseudoestepa y el olivar tradicional, y proteger recursos hídricos clave, como ríos, arroyos y acuíferos, que ya se enfrentan a graves problemas de contaminación.
"No se trata de rechazar estas iniciativas empresariales, sino de incorporarlas al desarrollo de nuestros pueblos sin convertir a Los Pedroches en un territorio saturado de instalaciones contaminantes y destructoras de ecosistemas"
Debería exigirse que todos los proyectos industriales y agroganaderos se sometan a una Evaluación Ambiental Estratégica rigurosa, considerando impactos acumulativos (por ejemplo, la suma de purines de macrogranjas o residuos mineros en una misma zona), para lo cual sería conveniente la elaboración de un censo de instalaciones de esta naturaleza a fin de poder determinar su densidad o agrupamiento. Esto incluye evaluar la capacidad de carga del territorio para evitar también la sobreexplotación de recursos como el agua. Asimismo, deben establecerse zonas de exclusión donde no se permitan actividades industriales de alto impacto, como áreas cercanas a acuíferos, espacios naturales protegidos o núcleos urbanos.
Debería considerarse la posibilidad de impulsar una moratoria, similar a la adoptada en su día por Castilla-La Mancha (ya finalizada), para suspender nuevas autorizaciones de macrogranjas hasta que se desarrolle una normativa específica que garantice su sostenibilidad y establecer un umbral máximo de Unidades de Ganado Mayor (UGM) por explotación, alineado con la propuesta de la UE de regular explotaciones con más de 150 UGM (por ejemplo, 150 vacas adultas o 500 cerdos de cebo); también sería esencial evitar la instalación de plantas de tratamiento cerca de zonas residenciales o áreas sensibles (como acuíferos o embalses).
En cuanto a la participación ciudadana, deberían crearse espacios de diálogo permanente entre ganaderos, empresas, administraciones, organizaciones ecologistas y vecinos para consensuar el desarrollo de proyectos, así como garantizar que los proyectos sean transparentes, con acceso público a los estudios de impacto ambiental y planes de gestión de residuos. Y todo ello reflejado en un documento que no sea meramente descriptivo y teórico (como algunas aproximaciones de trámite realizadas por Adroches), sino que tenga carácter funcional y normativo de obligado cumplimiento.
El trabajo es grande, pero urge ponerse manos a la obra antes de que sea demasiado tarde, si es que no lo es ya.
1 comentarios :
Totalmente de acuerdo haber si lo toman en cuenta no puede estar mejor explicado
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