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Valle de los Pedroches (y II)

A pesar de su engañosa apariencia visual, ya es bien sabido por todos que desde el punto de vista geográfico la comarca de Los Pedroches no es un valle, sino una penillanura. La autoridad en este asunto, aceptada por todos los investigadores, se le concede a Rafael Cabanás Pareja, quien, al estudiar las comarcas de la provincia de Córdoba, calificó a Los Pedroches como "la comarca natural cordobesa mejor caracterizada en todos los aspectos" y aportó esta explicación sobre el origen del nombre "Valle de los Pedroches":

"Por el N. y S. [la comarca] queda flanqueada por algunas crestas cuarcitosas y pizarreñas que a modo de barreras naturales han contribuido a aislarla hasta cierto punto y a que conserve sus caracteres peculiares.

El contraste morfológico entre las crestas de los flancos y la suave topografía de la zona granítica pedrocheña es, sin duda, lo que ha motivado que a esta comarca se la conozca con el nombre de Valle de los Pedroches.

Este nombre carece de exactitud desde el punto de vista morfológico: sin duda, como en casi todos los casos, es de origen popular y de ahí lo tomó la Geografía: pero aquí la fina intuición geográfica del pueblo falla lamentablemente". [Rafael Cabanás Pareja, "Notas para el estudio de las comarcas en la provincia de Córdoba", Estudios Geográficos, 88 (1962), pág. 373]


Continúa cabanás afirmando que "no se trata de un valle, sino de una amplia cúpula rebajada y erosionada en la que algunas corientes fluviales de escasa importancia apenas si han logrado encajarse" y recuerda que el domo achatado de su territorio actúa, en realidad, como divisoria, "muy poco acusada e indecisa", entre el Guadiana y el Guadalquivir, hasta el punto de que el profesor Hernández-Pacheco denomina a la comarca "divisoria granítica de los Pedroches".

A la vez, por tanto, que descubre el error, el investigador da la explicación: el nombre "Valle de los Pedroches" es de origen popular. Este mismo carácter impide poner fecha a su nacimiento, puesto que, como suele ocurrir con los componentes de índole tradicional, su vida real debe ser muy anterior a su fijación escrita. Por mi parte, la alusión más antigua que he encontrado hasta el momento data del siglo XVIII (pero ello no implica que no las haya anteriores, habrá que seguir buscando) y corresponde al Atlante Español de Bernardo Espinalt, quien, al describir el reino de Córdoba en su tomo XI (Madrid, 1787), afirma: "En la sierra están los Condados de los Pedroches, Santa Eufemia y Belalcázar, situados en dilatado valle" (pág. 8). En realidad, el autor utiliza propiamente el sentido académico del término, aunque no se corresponda con el geográfico: según el Diccionario de Autoridades (1739), en definición que se conserva aún hoy, un valle es una "llanura de tierra entre montes o alturas". Es, con todo, la primera vez que hemos encontrado el término relacionado con la comarca.

En el siglo XIX encontramos la denominación en el Diccionario de Madoz (Madrid, 1850), en cuya página 746 aparece la entrada "PEDROCHES (VALLE DE)", aunque referida exclusivamente a las llamadas Siete Villas (Pedroche, Torremilano, Torrecampo, Pozoblanco, Alcaracejos, Villanueva de Córdoba y Añora). No he visto, en cambio, que Casas-Deza utilice esa denominación en su Corografía (Córdoba, 1840). Ya en el siglo XX, Antonio Porras Márquez, en sus Prácticas de derecho y de economía popular observadas en la villa de Añora (Madrid, 1916) afirma que el pueblo de Añora se encuentra "enclavado en el Valle de los Pedroches" (pág. 7), término que continúa utilizando en su acepción restringida, al igual que Juan Ruiz, quien en su La ilustre y noble villa de Hinojosa del Duque (Jerez de la Frontera, 1922), al situar geográficamente a Hinojosa, afirma que la villa "ocupa la parte septentrional de la indicada Provincia de Córdoba, al occidente del valle de los Pedroches" (pág. 47). También por esta época nace en Pozoblanco el periódico El cronista del Valle (no he podido averiguar en este momento la fecha de su fundación, aunque sé que ya existía en la segunda década del siglo), a través del cual podría quizás estudiarse la evolución del término "valle" a lo largo del siglo, puesto que la publicación perduró, con diversos avatares, hasta los años 70. El nombre de este periódico sería un indicio de que la denominación debía tener ya en el momento de su creación un gran arraigo popular.

Será finalmente Alfredo Gil Muñiz quien, en un artículo publicado en 1925 en el Boletín de la Real Academia de Córdoba , con el título "El Valle de los Pedroches", fije definitivamente la denominación haciéndola extensiva a todos los pueblos de la comarca que hoy la componen, alegando incluso (erróneamente, como ya sabemos) criterios estrictamente geográficos: "Es muy común en los habitantes del Valle conocer por los Pedroches a las siete villas (...). Vemos, pues, que confunden el concepto político-administrativo con el natural, porque el Valle como comarca geográfica comprende todas las villas en él situadas, que tienen idénticas condiciones físicas, económicas, antropológicas y sociales" (pág. 132). Poco antes, en 1923, se había fundado en Pozoblanco el periódico La Lucha, que llevaba el subtítulo "Semanario defensor de los intereses del Valle".

Esto en cuanto a la literatura más o menos histórica. En cuanto a la documentación de archivo, la cita más antigua que he podido encontrar hasta el momento de la denominación "valle" referida a la comarca data de un documento de 1835 conservado en el Archivo Histórico Municipal de Añora. Se trata de un acta de una reunión celebrada en Dos Torres entre los regidores de Añora y el Gobernador Civil de la provincia, a petición de éste, con el fin de conocer "el estado de esa población y sus necesidades". En el punto sexto del acta se pregunta "si necesita para atender a sus cargas echar mano de algunos arbitrios", a lo que el Ayuntamiento contesta con la conveniencia de repartir la dehesa comunal de la Jara entre las villas del Corregimiento y añade que "sobre dicha división y su administración posterior llama muy particularmente la atención del Sr. Gobernador Civil pues de verificarse resultará beneficios conocidos a este Valle y muchas bendiciones tanto al benéfico gobierno de S.M...". Deducimos, pues, por el contexto, que la denominación "valle" se aplica aquí también exclusivamente a las Siete Villas de Los Pedroches, que eran las comuneras de la dehesa de la Jara. El hecho de que la denominación aparezca en un documento oficial (a pesar de la redacción pedestre que el escrito ofrece en otros lugares) debería ser una pista de que el término "valle" llevaba ya bastantes años prendido en el habla habitual para referirse a la comarca, pues ya conocemos la resistencia del lenguaje administrativo a aceptar innovaciones lingüísticas.

Todos estos indicios me llevan a pensar que la denominación "valle" aplicada a Los Pedroches debió surgir como mínimo a principios del siglo XIX o finales del XVIII, inicialmente aplicada estrictamente a las Siete Villas. Posteriormente, cuando las circunstancias políticas y culturales fueron favoreciendo una contemplación unitaria de todos los pueblos de la comarca como pertencientes a una sola entidad, el término se hizo extensivo a todo el territorio pedrocheño. Pienso que el artículo de Gil Muñiz fijó la denominación en ámbitos académicos y literarios, mientras que a nivel popular sería posible quizás encontrar todavía ciertas fluctuaciones. El nombre hizo rápidamente fortuna favorecido por sus resonancias líricas y quizás por semejanza con el colindante valle de Alcudia (y por Valle de la Serena, que no es un valle, sino un pueblo). La consolidación definitiva del término vino de la mano de la Cooperativa Ganadera del Valle de los Pedroches (COVAP), entidad fundada en 1959 y que, al incorporar la denominación a su nombre, ha contribuido de manera definitiva a su perpetuación, convirtiéndose así ella en garante de un nombre que perdurará, al menos, tanto como la propia Cooperativa.

Por supuesto, no éste el lugar para un estudio más exhaustivo del tema, que tendría que hacerse con una más detallada consulta documental y bibliográfica y con más visitas a la hemeroteca, pero considero que las líneas generales aquí expuestas a vuelapluma no deben ir muy descaminadas.

1 comentarios :

Anónimo | martes, julio 18, 2006 5:31:00 p. m.

Otra vez me has dejado alucinado, Antonio. ¿De dónde sacas tiempo para tanto? Gracias por esa interesante información.

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