Mediante iniciativa surgida a través de la red social Facebook se ha creado "Unidos por el agua", una "plataforma ciudadana por un agua de calidad en la zona norte de Córdoba". El grupo se define como "totalmente apolítico" y proclama que "no es hora de buscar culpables, es hora de buscar soluciones". Su carta de presentación ha sido la convocatoria de una concentración para hoy mismo a las 21:00 horas en el Pletín del Paseo Marcos Redondo de Pozoblanco. El lema de la convocatoria es "80.000 cordobeses vivimos con agua envenenada en los grifos".
Ni en el grupo de Facebook ni en los carteles de la convocatoria se deja ver quién anda detrás de este grupo (responsable, administrador, presidente...) o a qué empujes y emociones responde, lo que, en un principio, puede despertar algún recelo. Lo de enfatizar su carácter "totalmente apolítico" tampoco ayuda, sabiendo como sabemos que nada en el mundo es "totalmente apolítico" (quizás quisieron decir "apartidista"). Es más, resulta obvio que la naturaleza intrínseca de este grupo es netamente política en su mejor sentido, por cuanto persigue un bien colectivo para los ciudadanos. No había necesidad de ocultarlo.
En un debate mantenido ayer en Cope Pozoblanco entre el periodista Emilio Gómez y el activista ecologista Miguel Aparicio supimos que este último figura entre los promotores directos de la iniciativa. Miguel es un histórico agitador de conciencias en temas medioambientales de Los Pedroches, especialmente por su papel jugado al frente de la Plataforma Anti Cementerio Nuclear, que en su día luchó en contra de la implantación en la comarca de tal infraestructura. Tras unos años alejado de cualquier tipo de reivindicación en la zona, ha vuelto ahora con fuerza para visibilizar de forma contundente, entre otros, el grave problema de suministro de agua potable que nos afecta. Hace unos meses publicó un artículo como firma invitada en Solienses ("La batalla ambiental") y más recientemente otro en el digital Hoy al Día ("Agua").
Personalmente, me parece precipitada la convocatoria de la concentración (antes incluso de haberse presentado públicamente la plataforma convocante), veo un error no haber contactado con otras asociaciones afines que pudieran reforzar el llamamiento y, lo que resulta más grave, no he captado exactamente cuál es el objetivo concreto que se persigue (el debate radiofónico estuvo tan cargado de Gish gallop que difícilmente se puede extraer de allí ningún argumento en claro). A pesar de esto, me parece que cualquier iniciativa popular de reclamación política y ciudadana sobre derechos colectivos debe ser apoyada sin fisuras, porque su mera existencia demuestra que nos encontramos ante una sociedad comarcal viva, que no permanece insensible ante los problemas que nos afectan ni se mantiene dormida o entregada a la voluntad de los poderosos (con intereses no siempre coincidentes con los del ciudadano) o de unos gobernantes demasiado volcados en ganancias electorales a corto plazo. Ojalá la convocatoria de esta tarde sea un éxito. Todos saldríamos ganando.