"Los Pedroches son, sobre todo, un sentimiento"
De izquierda a derecha: en la mesa, Gabriel Duque, José María Bellido, Juan Emilio García y Jesús Fernández. En el atril, Francisco A. Carrasco, que actuó como conductor del acto [Foto: Solienses].
El acto fue conducido, con sobriedad y elegancia, por el escritor Francisco A. Carrasco, socio también de la casa y vocal en su junta directiva. En primer lugar intervino el delegado de Cultura de la Diputación, Gabriel Duque, quien disculpó la ausencia de Eduardo Lucena, delegado territorial de Cultura de la Junta de Andalucía, y se congratuló de que una asociación de la comarca de la que proceden ambos alcanzara este aniversario tan poco usual, consecuencia de un trabajo bien realizado durante décadas. El presidente de la Casa, Juan Emilio García, acometió después un recorrido por la historia de la asociación desde su fundación en 1974 y repasó los nombres de personas, empresas e instituciones que han colaborado con la Casa durante estas cinco décadas, poniendo especial énfasis en las celebraciones realizadas en su caseta de la feria de Córdoba. El alcalde de Córdoba, José María Bellido, señaló la singularidad de que se trate de una Casa comarcal, cuando lo habitual es que este tipo de asociaciones sean de ámbito regional o referidas a una ciudad o pueblo en concreto, lo que demuestra, a su parecer, la profunda conciencia e identidad comarcal que existe en Los Pedroches. También destacó el modo ejemplar en que la Casa de Los Pedroches se ha integrado en las celebraciones y costumbres cordobesas, llegando a convertirse en una peña más de las muchas que existen en la ciudad.
De izquierda a derecha, María Victoria, Juan Emilio y Sebastián [Foto: Solienses].
Seguidamente se proyectó el vídeo "Miradas sobre la Casa", un recorrido histórico con imágenes de las actividades realizadas durante estos cincuenta años (pinchar en la siguiente imagen para verlo).
Más tarde María Victoria Sánchez, vocal de la asociación, hablaría sobre el futuro de la Casa y sus necesidades, pero antes el vocal por Alcaracejos Sebastián Muriel realizó una emocionante intervención en la que reflexionó sobre el significado de la Casa, a la que se refirió como "un lugar amplio de acogida, un espacio de encuentro, un hogar destinado a todas las personas que vibran al unísono ante la visión de una encina, una jara pringosa o un granito que aflora", explicando el contexto en que nació la asociación y las razones que llevaron a su creación. A continuación, detalló los peligros que acechan a Los Pedroches y los desafíos a los que nos enfrentamos. Por su interés, reproduzco literalmente algunos pasajes de esta parte de su intervención:
1.- Por su miopía e insolidaridad, quiero advertir del peligro de los localismos exagerados. En ese prodigio natural, que es un batolito, se asientan Los Pedroches con identificadores elementos. De sur a norte, avistamos la balconada del Calatraveño, el Cerro de la Chimorra y la atalaya de Miramontes. El este lo fija el Parque Natural de Cardeña–Montoro y en el suroeste nos topamos con el Camino Mozárabe, vía que nos comunica con Extremadura. Entre otros puntos álgidos que el hombre construyó, están el Castillo de Belalcázar, la Torre del Salvador en Pedroche y el enraizado monumento de Aurelio Teno, en el puerto que glosó el famoso Marqués. Aunque nuestro país es nuestra infancia, el amor por la tierra que nos vio nacer, y crecer, no puede ser ciego y transformar bellotas en calabazas ni ángeles en demonios. Los Pedroches es un lugar único y fantástico, casi mágico, al estilo del Macondo de García Márquez o la Región de Benet, pero hemos de ser conscientes de que la singularidad de nuestra comarca es aplicable a cientos de docenas de lugares en España y a decenas de miles en el mundo. Son multitud las comarcas que tienen otras peculiaridades que las hacen tan únicas y tan fantásticas como la nuestra. Animo a romper fronteras y aprender a valorar lo que hay por ahí fuera defendiendo lo nuestro. Sabemos que Los Pedroches son, sobretodo, un sentimiento y ahí, sí que no hay nada que rascar. Los Pedroches existen y hay que preservarlos, pero debieran ser puerta abierta para contemplar el mundo. Visión global, actuación local.2.- Llegados hasta aquí, nos toca hablar del agua. Igual que la muerte de Paquirri aceleró y cambió a mejor los servicios sanitarios del norte provincial, los últimos periodos de sequía y la seria contaminación de la comarca, y en concreto de la Colada, han de conducir a mejorar las políticas de potabilización del agua y el tratamiento de residuos, sean responsabilidad del Gobierno Central, Junta de Andalucía o de la Diputación. Dejen atrás los ataques de importancia y pónganse de acuerdo. Dialoguen. No por ingenuidad sino por convicción, siempre creí en la tercera España, la del encuentro y no la del encontronazo. Agua hay. Dicho eso, agua habrá siempre que no se sobreexploten los acuíferos y no se contamine el subsuelo. Indudablemente habrá que descontaminar lo contaminado y transformar los residuos en recursos. Administraciones, empresas, propietarios y habitantes de Los Pedroches tenemos que ser agentes activos de todo ese proceso. El cambio climático es un gran enemigo que, unido a factores endógenos de la Comarca, castigará con dureza nuestra división. Necesitamos agua de calidad y es misión de los poderes públicos que el agua no se seque, porque si el agua se secara ¿qué la humedecerá? Me constan los esfuerzos y la preocupación de todos. El agua ha de salir de la lucha política y si no sale, todos tendrán que ceder en algo para que gane la Comarca. Un apunte más: creo que habría que racionalizar y reorganizar al sector ganadero, porque las explotaciones intensivas –no me gustan los animales ni esclavos ni prisioneros– a pesar de los permisos oficiales no pueden ni matarnos de sed ni ensuciar el subsuelo. Si salvamos el agua, salvaremos la comarca. Hay demasiado ruido y ese exceso no favorece las soluciones. Siempre existe una grieta por donde pasa la luz.3.- Sobre la dehesa, ¿qué se puede decir además de alegrarnos la vista, ser tema literario, refrescar el ambiente, ser fuente de riqueza y pastilla antiestrés? A estas alturas, tenemos claro que la única salida es proteger, proteger y ampliar lo que se pueda. A la imagen del tronco de una fornida encina, paradójicamente, tenemos que asociarlo con su fragilidad. Los Quercus, por un desajuste inmunitario debido a la falta de agua, contaminación ambiental, aumento de parásitos por el calentamiento global etc, necesitan el cuidado del hombre. Para atajar hongos y larvas taladradoras de encinas es imprescindible la colaboración de los afectados con la Universidad, centros de investigación, laboratorios y Administraciones. A la seca y a la larva citada hay que secarlas. Sugeriría que la Dehesa de los Pedroches, ese mar de encinas que actúa como una manta del terreno protegiéndolo del calor y del frio, se añada a la Red de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía, completando la Sierra de Cardeña y Montoro, donde el bosque mediterráneo se funde con la dehesa. Se habla de “los dos Pedroches” ya que la subcomarca del oeste, a partir de Pozoblanco, presenta un encinar mucho más triste y despoblado. Todo indica que el hombre, su agricultura cerealista y desde 1940 hacia acá, la ganadería intensiva, en particular el vacuno de leche, ganaron la batalla a un ejército de encinas que ya la historia había debilitado. En el este, hay zonas donde el encinar alcanza cotas de paraíso, en equilibrio con una ganadería extensiva, básicamente cerdo ibérico y vacuno de carne. Reforestar el oeste, de acuerdo con los habitantes de la zona, debería ser trabajo imprescindible. Los Pedroches, con un 8 % de la población provincial y un 25 % de su extensión, se han convertido en un agrosistema, un rimero de materias primas y eso debe conllevar la recepción de recursos para mantener su medio ambiente. El tamaño importa. Esos 3.500 km2 son decisivos y deben formar parte del pensamiento político, a la hora de la distribución de recursos, según opinión manifestada por el profesor Valle Buenestado.4.- Despoblación: La disminución de la población en la comarca es un hecho contrastado: en los 50 años de asociación, hemos perdido más de 18.000 almas. Esta disminución continuada de población en los pequeños municipios es un grave fenómeno, un desafío más que no se acaba de afrontar con eficacia. La despoblación no es solo la ausencia de personas, es la huida de empresas y comercios, calles sin niños, establos y sucursales cerradas, higueras en el salón, curas y personal sanitario compartidos, escuelas sin maestros, residencias repletas, casas sin compradores y hasta los cementerios empiezan a echar de menos a más muertos. Espero que ninguno de los 17 pueblos y las 2 aldeas llegue a tener un habitante, como en el Ainielle de La lluvia amarilla del magistral Julio Llamazares, ni que Los Pedroches acaben formando parte de esa España interior que Sergio del Molino avanzó en su España vacía, allá por el 2016. Nuestro paisano López Andrada ya nos avisaba en El viento derruido de que “Los pueblos se mueren como se mueren las personas; se les va arrugando el espíritu despacio y se va apoderando de ellos la tristeza”. Escombros, musgo, líquenes, tejados derrumbados y un lento olvido son los testigos de la amistad entre el silencio y la soledad. Ante eso, la cabaña ovina y caprina se apunta como sector clave contra la despoblación en Los Pedroches. Programas de apoyo fiscal a empresas y familias radicadas en la zona se hacen imprescindibles, así como bonificaciones sustantivas a los costes laborales. Mejorar las comunicaciones por ferrocarril y carretera y una red 5G generalizada y estable son medidas vitales. No podemos dejar perder tanta riqueza. Los Pedroches no se merecen corazones de granito, ya tenemos bastante.
El acto concluyó con la actuación de los grupos Alcaria y Los Jarales de Alcaracejos, que nos deleitaron con su arsenal de jotas populares de la comarca. También interpretaron los cantos del "Rosario de la Aurora", canciones infantiles y finalizaron con el estreno de "La jota de Los Pedroches", una composición que, al ritmo de las jotas tradicionales de varios pueblos, acoge una letra compuesta ex profeso por Paco Escribano Villanueva y arreglos musicales de Juan Madrid Herruzo.
Actuación de Alcaria y Los Jarales.
Miembros de la directiva de la Casa de Los Pedroches y autoridades asistentes al acto ayer en el Teatro Cómico de Córdoba [Foto: Agustín Merino].
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