Una biblioteca republicana
Biblioteca municipal de Villanueva del Duque en 1933.
Se dice (aunque más bien parece una coplilla de carnaval) que el día de la inauguración el alcalde socialista Miguel Ranchal distribuyó un folleto con una pequeña coplilla, que un comentarista ha reconstruido así:
Ahora tienen los obrerosmodo de civilizarsecon la biblioteca públicatodos pueden educarse.Hoy ya tienen los obrerosesa gran facilidadpara poder instruirsesin tener un capital
La II República desarrolló una política activa de implantación de bibliotecas en todos los pueblos, luchando contra el analfabetismo y la incultura. En pocos años se construyeron un número muy elevado de escuelas y bibliotecas, incluso en los pueblos más pequeños. Muchas veces se instalaban en espacios de ocio y recreo (plazas, jardines) para facilitar su acceso y convertirlo en un elemento de socialización, levantando pequeñas construcciones como esta.
La biblioteca de Villanueva del Duque es representativa del empeño de las autoridades republicanas de izquierdas por facilitar al pueblo el acceso a la cultura y también del rechazo que tal pretensión encontró en los sectores más conservadores. Estorba en mitad de la plaza, dirían. Las preocupaciones de los vecinos eran otras, pensarían, sin pudor de decirlo en voz alta. El quiosco fue desmontado apenas dos años después, a finales de 1935, cuando Ranchal fue destituido y nombrado en su lugar un alcalde del Partido Radical de Alejandro Lerroux (por entonces ya entregado a la CEDA), quien también debió pensar que la biblioteca era un fastidio en mitad de la plaza. O quizás lo que les molestaba era lo que había dentro, y no me refiero solo al busto de Pablo Iglesias.
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