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Tren

Ahora que las vías de comunicación vuelven a ser noticia en la comarca, he encontrado una página (otra más completa se abre con muchísima dificultad) que cuenta la historia de la, podemos decir, ya mítica línea férrea de vía estrecha Peñarroya-Puertollano, el único y recordado tren que ha cruzado alguna vez Los Pedroches con provecho. A pesar de que estuvo en funcionamiento desde principios del siglo XX hasta 1970, hoy son ya muchas las personas que ni siquiera conocen su existencia, a lo que ha ayudado bastante la nefasta reutilización por parte de los ayuntamientos de las antiguas instalaciones y de los terrenos liberados tras el cierre del ferrocarril.
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Una más

La decisión del Ayuntamiento de Conquista de aceptar la opción del Ministerio de Fomento para la autopista Toledo-Autovía de Andalucía (muy lesiva para nuestras dehesas y poco beneficiosa para nuestros intereses), en contra de la alternativa defendida por la mayoría de pueblos de Los Pedroches, es una prueba más de las dificultades que existen todavía para que se escuche una única voz que aune los intereses comarcales por encima de los locales. Parece que los políticos andan todavía más interesados en beneficios a corto plazo y a cortas miras que en lo que realmente importa, el desarrollo económico de toda la comarca, que sólo es posible con decisiones unánimes de todos sus pueblos. Ahí está nuestra fuerza.
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Libros

Hoy he acudido a consultar un dato al libro de Juan Bautista Carpio Dueñas La tierra de Córdoba (2000) y he vuelto a admirar su valioso contenido. Se trata de un voluminoso estudio sobre el dominio jurisdiccional de la ciudad de Córdoba durante la Baja Edad Media que resulta revelador para entender el proceso histórico de formación de muchas de nuestros pueblos, especialmente los de la subcomarca de realengo, las llamadas Siete Villas de Los Pedroches. Sin duda que este libro ocuparía un lugar preferente en un hipotético canon de libros fundamentales sobre la comarca, entre los que me atrevería a citar también otros libros imprescindibles, como la Geografía agraria de Los Pedroches (1985), de Bartolomé Valle Buenestado, obra pionera en los estudios de la comarca en su conjunto que, contrariamente a lo que reza su título, no aborda sólo aspectos geográficos (o, al menos, no sólo estrictamente geográficos), o Las hermandades de la Virgen de Guía en Los Pedroches (1990), de Juan Agudo Torrico, obra capital para comprender la religiosidad popular de la comarca a partir del estudio de ermitas e imágenes supracomunales como referentes simbólicos en la delimitación de territorios concretos.
Sería un ejercicio de crítica interesante elegir, por ejemplo, los diez mejores libros sobre la comarca. Allí habrían de estar también, probablemente, El condado de Belalcázar (1977) de Emilio Cabrera Muñoz y, quizás, La vida tradicional en Los Pedroches (2001), de Manuel Moreno Valero, que compensaría su falta de análisis con el inmenso aporte de datos que ofrece.
Se admiten sugerencias de nuevos títulos hasta completar esos diez.
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Dos Torres: Bien de Interés Cultural

Hoy, vagabundeando por internet, me encontré el Decreto por el que se declara y delimita como bien de interés cultural, con la categoría de conjunto histórico, un sector de Dos Torres. Un documento que se debe guardar en nuestro archivo cultural. Lo cierto es que en el preámbulo se dicen algunas cosas discutibles (como aquello de que "Dos Torres representa la auténtica arquitectura de la Sierra sin parangón entre los pueblos de la zona" o lo de que el conjunto delimitado se encuentra "todavía libre de cualquier degeneración": por desgracia, incluso en nuestros pueblos es ya difícil encontrar nada libre de toda degeneración).

También me entero de la creación de la Asociación "Amigos de Belalcázar, Villa de Monumentos", que tiene, entre otros objetivos, la protección y defensa del rico patrimonio artístico belalcazareño. Bienvenida sea.
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Última función

Ayer acudí a la última representación de la Muestra de Teatro Clásico de Los Pedroches: un anónimo del siglo XVI titulado “La cárcel de Sevilla”, por la compañía El Velador. La magnífica interpretación de unos estupendos actores hizo que disculpáramos la casi media hora de retraso con que comenzó la función, pero no templó el frío que hacía en la Plaza de Toros de Villanueva de Córdoba. La miserable convivencia de unos cuantos presos que se ríen de la justicia y de la sociedad y de sí mismos nos hizo estremecer y sonreír con amargura. Fría fue igualmente la terminación de la Muestra. Se echó en falta un acto de clausura institucional que hubiera arropado a las buenas compañías que han actuado durante estas semanas y hubiera anunciado los propósitos de continuidad de esta Muestra, que comienza a consolidarse como necesaria entre las personas culturalmente inquietas de la comarca.
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Fuerza

De vez en cuando me gusta revisitar ciertos lugares de Los Pedroches que actúan para mí como cargadores de las pilas del ánimo, que me proporcionan la fuerza antigua de la tierra (no diré telúrica, que ya cansa), el espíritu de la historia centenaria y la esencia del ser y el sentir de las cosas de mis antepasados y el suelo en que vivieron. Uno de esos lugares es la ermita de la Virgen de Guía en Villanueva del Duque, santuario de aroma templario, de sobriedad acabada y misteriosa, que incrusta en uno de sus muros una estela funeraria romana consagrada a los dioses Manes, en un conmovedor ejemplo de tolerancia seguramente inconsciente. Ayer, cuando volví, al filo del anochecer, casi a oscuras, el templo desierto me trajo de nuevo a la memoria sensaciones antiguas. Eché 50 céntimos en un dispositivo que ilumina el altar mayor, mostrando unos relucientes frescos de reciente restauración. El tributo que hay que pagar a tanto esplendor es una placa de cerámica en plena capilla –casi sacrílega- con el nombre de la entidad patrocinadora de la restauración. Cuando de nuevo se apagó la luz eléctrica, volvió la oscuridad apenas quebrada por los pálidos rayos mortecinos que entraban a través del pequeño rosetón del frontal y se proyectaban sobre los arcos. Al salir, desde la puerta contemplas el sol que se oculta frente a ti. ¡Cuánta simbología!.

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Actividades culturales

Jornadas de teatro, conciertos y recitales, cine, cursos universitarios, ferias, conferencias, presentaciones de libros, exposiciones, festivales flamencos o folklóricos… multitud de actividades se acumulan estos días veraniegos en los pueblos de Los Pedroches. Muchas de ellas, lamentablemente, coinciden en la fecha, lo que les priva de parte de una audiencia que por desgracia es limitada. Es frecuente, cuando uno asiste a alguna de estas celebraciones, encontrarse con las mismas personas, venidas de otras localidades, que siguen al compás la ruta cultural de los pueblos, ávidos de un conocimiento, o simplemente de un entretenimiento, encomiable. Lo malo será cuando pase el verano y, de nuevo, nos enfrentemos al páramo cultural del otoño e invierno.

Esta acumulación de actividades en verano es comprensible por la bonanza del tiempo y por la afluencia –por cierto, cada vez menor- de comarcanos ausentes, pero sería de desear que durante el resto del año los ayuntamientos se mostraran igualmente generosos en sus programaciones y que, en la medida de lo posible, se pusieran de acuerdo para no hacer coincidir actividades en un mismo fin de semana. Por último, periódicamente debería publicarse una especie de “guía del ocio” comarcal, a fin de que los habitantes de cada uno de los pueblos tuvieran conocimiento de las actividades o celebraciones que se van a realizar en los otros. Sería una forma de aumentar la asistencia, pues la publicidad que muchas veces se hace de estos actos es meramente local, mientras que su interés es con frecuencia más general.

Debemos irnos acostumbrando, poco a poco, a asistir a las actividades culturales de otros pueblos como si fueran las del nuestro propio. Las distancias lo permiten. Y el fomento de la conciencia de comarca lo exige.
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Ser o no ser

Ahora que Hamlet vuelve a dejar volar su eterna incertidumbre sobre nuestros cielos nocturnos, pienso también en el ser o no ser de Los Pedroches. Es verdad que en los últimos años se ha desarrollado mínimamente un cierto espíritu comarcal, pero todavía distamos mucho de poder presentar una concepción común de los problemas y realidades que afectan a nuestros pueblos. Los intereses localistas pueden todavía más que los comunales. La Mancomunidad de Municipios, pienso, no ayuda mucho a propagar este espíritu de comunidad. Creo que si a muchos pedrocheños se les preguntara para qué sirve, no sabrían qué responder. Quizás yo tampoco. Sus métodos desconciertan: se elige a un nuevo presidente sin que se presente ningún proyecto previo de actuaciones, ningún programa de gestión. Se prefiere la persona a las ideas, o, más aún, el partido a los proyectos. Sin debate, sin confrontación de intenciones. Y el debate, la reflexión y la confrontación de intenciones son tarea inexcusable para que la idea de comarca se consolide al fin como única alternativa posible para el desarrollo de nuestros pueblos.
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Sobre identidad comarcal

En el último número del Boletín de la Real Academia de Córdoba, correspondiente al primer semestre de 2002, aparece un artículo de Antonio López Ontiveros sobre la obra referida a Córdoba del geólogo y geógrafo catalán, aunque afincado en nuestra provincia, Juan Carandell Pericay (1893-1937). Al visitar Los Pedroches, Carandell no puede dejar de aludir a las peculiaridades de nuestra comarca, que no considera apenas participativa de lo andaluz. Reproduzco una cita textual de un artículo de 1929 y que cada uno la analice: "El granito y las encinas estrechan sus vínvulos y el paisaje adquiere la serena grandeza de Extremadura y Castilla; combas amplísimas alternan con valles apenas bosquejados... (Y hacia Pozoblanco) el paisaje es extremeño, no andaluz. Villanueva y Pozoblanco ya no tienen nada de andaluces: desapareció el patio de las casas, aparecieron los dinteles con marco de granito, los carros van tirados por mulos emparejados, etc. El habla es puro castellano. (En resumen) Pedroches es (una) cuña extremeña".
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Eso es teatro

Leo las crónicas de Rosa García en el diario Córdoba sobre las representaciones de la III Muestra de Teatro de Los Pedroches y veo detalles sobre el argumento y sentido de la obra, pero nada sobre la asistencia de público, sobre su reacción ante la representación, sobre la idoneidad del lugar, sobre incidencias, sobre el nivel interpretativo de los actores y sus recursos escénicos, sobre la calidad de la dirección, el decorado, la representación en general, en fin, nada que no venga en los folletos propagandísticos que la propia compañía distribuye. Entonces, ¿cuál es la labor del periodista? ¿Cortar y pegar?.
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¡Ultreia!

Cambio, durante unos días, la impresora por la mochila, el teclado por un bastón y la pantalla por las flechas amarillas... esas que indican siempre el camino verdadero. Aguardan días de cansancio y sudor. No importa. Volveré.
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Internet

Aun desconociendo si cristalizará finalmente en algo realmente artístico y duradero, no cabe duda de que en la actualidad la cultura de vanguardia circula por internet. Este medio de comunicación dejó ya hace tiempo de ser algo experimental y en la actualidad se ha convertido en algo imprescindible para el conocimiento cabal de lo que sucede en el mundo, en todos los ámbitos, también en el de la cultura. La invención de internet ha resultado, al cabo, tan definitiva para la transmisión de la cultura como en su día fuera la invención del alfabeto por parte de los fenicios (que permitió poner por escrito la cultura oral y así evitar su desaparición) o la invención de la imprenta por Guttemberg (que permitió difundir de forma conveniente la cultura escrita). Internet se sitúa en esta línea, permitiendo una inmediata difusión de los conocimientos a escala planetaria, algo jamás soñado hasta ahora ni por las mentes más prospectivas.

Que todo lo que circula por internet no es cultura es cierto; que hay mucha basura, también. Pero también la hay en los libros, en la radio, en la televisión, en el cine (hasta, diría, en los museos), y eso no los invalida como medios adecuados de difusión. Como siempre, la educación y la formación humana de la persona serán las que determinen el uso que se haga del instrumento, tan válido para elevarse a las más altas cotas de la sabiduría como para hundirse en los lodazales de la infamia y la perversión.

Todo este discurso viene a cuento porque también en Los Pedroches internet debe ser un medio difusor de cultura de vanguardia. Internet permite otras formas, otros modos. Permite la libre expresión de ideas que jamás encontrarían cabida en los medios de comunicación convencionales, por lo general sujetos a una serie de intereses demasiado amordazantes. Ahí tenemos las palabras de Antonio Jimeno Márquez en el Foro de Pozoblanco, ejemplo de una rebeldía culta y razonada, sobre la polémica de la supresión de la muestra Pop-zoblanco, que no acaba de terminar.

En el futuro, quizás ya, no dominar internet será otra forma de analfabetismo. Y su uso será una forma de libertad y un freno a la manipulación; una libertad, que, para ser auténtica, deberá estar sujeta a una serie de normas y principios, pero que permitirá, al menos en la forma que ahora la conocemos (pero cuántas sorpresas nos deparará el futuro) una difusión sin barreras de la opinión diferente y del pensamiento alternativo.
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Premios

Por tercer año consecutivo, la Mancomunidad de Municipios y los medios de comunicación de la comarca han entregado los premios “Encina de Los Pedroches”. Sólo porque, después de dos ediciones a nueve premios cada una, es posible que los organizadores se comiencen a quedar ya sin premiables, pueden explicarse algunos de los galardonados, que lo son –sin más- por cumplir su trabajo (cualidad esta, sin duda, destacable en los tiempos que corren). Por mi parte, se me ocurren varios nombres que con su trabajo y su mérito engrandecen el nombre de Los Pedroches más que algunos de los premiados este año (sin salir de Añora, que es lo que tengo más a mano, ahí están Francisco Sánchez Madrid, catedrático de inmunología de la Universidad Autónoma de Madrid y Jefe de Sección de Inmunología del Hospital de La Princesa de Madrid, que recibió en noviembre de 2002 la III Ayuda de Investigación de la Fundación Juan March, o Agustín Madrid Parra, recientemente elegido rector de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla –ambos orgullosos de su procedencia noriega-; y cuántos más de meritoria carrera habrá en nuestros pueblos).

Muy acertado ha sido incluir entre los premiados a organizaciones que desarrollan de algún modo la sociedad comarcal, como Confevap en el campo económico (es decir, la Covap, que nunca falta a esta cita) o la Asociación de Acogida Infantil en el campo humanitario, en ambos casos premiando ideas más que personas.

Por lo demás, para algunos de los premiados, de ya dilatada y sólida trayectoria, su inclusión en la nómina de esta tercera edición es, a la vez que un honor, una vejación, puesto que no hay ninguna razón –más que, quizás, el arbitrario sentido jerárquico de los dadores- para que no lo hubieran recibido ya en la primera edición. Tomo este argumento de Javier Marías, quien estaría de acuerdo conmigo en que nada honra a Juana Castro o Jara y granito o José Luis Moreno recibir el premio ahora, y no antes. En último término, son ellos quienes honran al premio (como lo harán, en el futuro, todos los que lo reciban en ediciones venideras teniendo ya méritos suficientes para haberlo recibido en esta).
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Autopista

Según el estudio informativo de la autopista Toledo-Ciudad Real-Autovía de Andalucía, el trazado de ésta será finalmente el más perjudicial para nuestra dehesa y el menos favorable para los vecinos de Los Pedroches. ¿Por qué será que no nos extraña? ¿Por qué por esta comarca todo pasa de largo, a gran velocidad, sin parar pero atropellando cuanto encuentra a su paso?. ¿Qué fuerza tenemos las gentes de Los Pedroches? ¿Qué fuerza sus alcaldes? ¿Qué fuerza sus grandes empresas?. A ver si la gran amenaza negra, esa que acecha con quedarse, pasa también de largo para siempre.