Juan Benet y Los Pedroches (y otra vez el Quijote)

Juan Benet y Los Pedroches (y otra vez el Quijote)

El escritor Juan Benet.

Ya hace tiempo que incluí en la sección Tribuna (que, recuerden, vamos a dedicar a recopilar artículos de prensa que ofrezcan una visión crítica de la comarca) el polémico artículo de Juan Benet titulado "Los Pedroches" que se publicó en el diario El País en julio de 1985. Ahora, gracias a una jornada de puertas abiertas de elpais.es de hace unos días, he podido recuperar unas cartas al director, tres en total, que se publicaron en ese diario contestando a dicho artículo, de las que tenía noticia pero que hasta ahora no había leído. Además, con gran sorpresa, me he encontrado también un artículo, que no conocía, de Carlos Castilla del Pino sobre el mismo tema. Recojo todos estos escritos bajo el epígrafe de Respuestas al artículo "Los Pedroches" de Juan Benet, en la seguridad de que serán del interés de muchos lectores que quizás nunca supieron de esta pequeña disputa literaria sobre nuestra comarca, en la que participaron personas tan señeras de la cultura española en un medio de tanta difusión como el diario El País.



Joaquín Chamero se ha sentido ofendido por mi artículo "¿Gigantes o molinos?" y ha considerado oportuno escribir unos comentarios reprobando su contenido y mi persona. Me sorprende el tono empleado de hostilidad personal, cuando aquí se trata de una cuestión meramente histórico-literaria y de juzgar la decisión de un Ayuntamiento. Que Cervantes dedicó la primera parte del Quijote al Duque de Béjar y Conde de Belalcázar, entre otros títulos, ya lo escribí en mi artículo "Quixote", que se publicó también en Los Pedroches Información, pienso que defendiendo respetuosamente la idea de que había que aprovechar tan remoto motivo para seguir reclamando la rehabilitación del castillo de los Sotomayor, al que una encuesta realizada por Solienses consideró el monumento más representativo de Los Pedroches. Pero punto. De ahí a afirmar que la obra fue financiada "con el erario público de Belalcázar" o que el autor leyó de un tirón el tocho ante la mirada arrobada del noble va un abismo que sólo puedo saltar si quien lo defiende presenta documentos o reseñas bibliográficas que así lo avalen. Mis lecturas al respecto, por el contrario, me presentan al Duque y Conde bien poco preocupado por las cuestiones literarias y por Cervantes mismo, que bien poco apoyo encontró, mientras vivió, ni en nobles ni en plebeyos, como acertadamente expone Gabriel Tortella en un artículo publicado precisamente el pasado viernes en El País. Sobre este tema pienso escribir más detenidamente en otro lugar.

Por lo demás, entristece que, mientras nos esforzamos en desarrollar la idea de comarca ajena a localismos, se recurra a tan pueriles argumentos de enfrentamiento de pueblos, tan impropios de una persona culta. En varias ocasiones he escrito sobre Belalcázar, unas veces elogiosa y otras críticamente, como de otros pueblos, incluido el mío, y así lo seguiré haciendo. A Belalcázar le sobran méritos históricos y artísticos como para que tenga que recurrir al rídículo -no por unánime menos bochornoso- de nombrar a Cervantes cronista oficial de la localidad. En el apoyo a los valores de este pueblo, tan abandonados algunos de ellos, estamos todos, a pesar de quienes con tanta vehemencia equivocan la dirección de sus dardos.